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miércoles, 18 de diciembre de 2024

MŌDRAMITH O LA NOCHE DE LAS MADRES

 

Mōdramiht o La Noche de las Madres

La Mōdramiht, también conocida como La Noche de las Madres, es una festividad que pertenece a la mitología y las tradiciones del antiguo pueblo germánico, particularmente asociada con las comunidades anglosajonas. Se celebraba la noche antes del solsticio de invierno y era una fiesta dedicada a las Diosas, a las madres del hogar y a las Isis que eran espíritus femeninos asociados a la familia y el hogar. Era una veneración a las antiguas madres fundadoras del clan o de la tribu ya desaparecidas. Las Disen eran las encargadas de proteger el campo y el clan y hacer que su fertilidad y bienestar perduraran. Como guardianas del campo, ayudaban a las mujeres a dar a luz y protegían a los hombres durante las batallas y en los arduos trabajos del campo.

El solsticio de invierno era una época significativa en las culturas germánicas y anglosajonas, pues representaba no solo el fin de la oscuridad del invierno, sino también el regreso de la luz y la esperanza de nuevas cosechas y vida. El homenaje a las madres en esta noche especial podría estar relacionado con la renovación del ciclo de la vida, así como la fertilidad y la protección de la familia, simbolizando el papel de las mujeres como portadoras de vida y protectoras de la familia en momentos de transición.

Los rituales de la Mōdramiht probablemente involucraban ofrendas a las madres o a figuras maternas asociadas con las deidades de la fertilidad. También se creía que rendir homenaje a las madres podía garantizar prosperidad y salud para el próximo ciclo agrícola.

Hoy en día se puede convertir en un reconocimiento que sirve no solo para honrar a nuestras ancestras, sino como ejercicio para ayudar a sanar la herida del Sagrado Femenino, sanando además nuestro propio linaje ancestral femenino.

Si resuena contigo y no has hecho nunca este ritual, te recomiendo que busques tu momento para hacerlo. Hace ya varios años que lo hice por primera vez en un taller donde aprendí sobre los ciclos femeninos y cómo respetarlos y honrarlos y fue increíblemente revelador y sanador en mi vida personal y para mi linaje tanto ancestral como para aquellas que ya están aquí o llegarán en un futuro, pues se dice que todo aquello que sanes en ti, sana en ambas líneas del tiempo.

Para realizar el ritual, prepara un pequeño  espacio de tu casa, puede ser en un altar o en un lugar que sea especial para ti. Limpia primero el espacio tanto energética como físicamente para armonizarlo y prepararlo. Decóralo a tu gusto con motivos de la estación, con algunas fotos de tus ancestras o algún recuerdo físico que todavía conserves de ellas, puedes incluir alguna ofrenda de comida, alguna velita para dar luz y un incienso que te guste, incluso alguna melodía que te haga sentir bien o que fuera la canción favorita de alguna de tus ancestras.


Vas a necesitar una piedra más grande para dibujar una espiral en ella y otras más pequeñas para ponerlas alrededor, formando una espiral. Mientras trazas el dibujo de la espiral en la piedra más grande, piensa en todas aquellas mujeres de tu linaje femenino que te precedieron y de las cuales desconoces el nombre y hónralas y agradéceles por su existencia porque gracias a ellas hoy tú estás aquí. Pon esta piedra en el centro de tu altar. Alrededor de ella ve poniendo piedrecitas, cada una de ellas representará a las ancestras que sí conociste o de las que sabes los nombres y agradéceles igualmente porque gracias a cada una de ellas, tú estás aquí. La última piedrecita que pongas te representará a ti.

Haz una especie de meditación u oración en la que puedas abrazar y agradecer a cada una de tus antecesoras, desde la más cercana, a la más lejana en el tiempo. Susúrrales que gracias a ellas y sus sacrificios y sufrimiento, tú has disfrutado de muchos más privilegios y de una vida mejor. Recuérdales que ellas viven en ti y a través de ti. Hazlas partícipes de tus logros, de tu felicidad, de tu alegría y tus ilusiones. Cuando así lo sientas, despídelas con agradecimiento y mucho amor. Diles que pueden descansar en paz, que tú estás aquí para aligerar esa mochila de cargas que pasaron de unas a otras,  que la vida es bella y que el amor sana el dolor y cura todas las memorias y heridas del alma.

Se me ocurre que, una vez terminada esa oración de reconocimiento y agradecimiento hacia tus ancestras, puedas coger otra piedrecita que tengas preparada a un lado. Antes de poner esta última piedrecita que representaría a tus descendientes femeninas, cógela entre tus manos e intenciónala haciendo una especie de oración verbal o interna, en la que le digas que harás todo lo posible por limpiar todas las cargas y vaciar las mochilas que han ido pasando de mano en mano por tus ancestras hasta llegar a ti para limpiar las memorias de la carga, la responsabilidad, el dolor, la culpa  y el sufrimiento que han ido pasado de unas generaciones a otras a lo largo de vuestra historia familiar, y que tú recoges esa última mochila para transformarla en bendiciones y amor para las siguientes generaciones. Puedes hacerlo igualmente aunque no tengas hijas o todavía no tengas descendencia. No creo que pase nada por ello.

Si no tienes piedras, puedes sustituirlas por aquello que sientas, no hay problema.

Espero que esta tradición te resulte interesante y te animes a realizar tu propio ritual. Si lo haces cuéntame qué tal te has sentido. Yo este año lo haré de nuevo para renovar acuerdos. Voy a ir preparando mi espacio para convertirlo en sagrado y dedicar unos minutos a la memoria de mis ancestras, a mi hija y mis futuras descendientes femeninas (si las llego a tener en alguna ocasión) y, por supuesto, a mí misma. Este año el solsticio de invierno es el sábado 21 de diciembre, por tanto el viernes 20 sería el día indicado si te animas a hacerlo. A la hora que tú puedas, quieras o resuene contigo.

Las dos primeras imágenes que te comparto son de mi Feed de Instagram, de cuando realicé este ritual en 2020. Preparé este pequeño altar para honrar y agradecer a mis ancestras, todas las Diosas de mi linaje familiar materno. La piedra del centro, como he explicado representa a todas las mujeres que me precedieron de las cuales no tengo genealogía y desconozco sus nombres. Las otras piedrecitas de Odín y druidas representan a las mujeres que me precedieron de las que sí conozco nombres, yo soy la penúltima y mi hija, la última.

Creo que las piedras bruja y druidas representan muy bien a mi familia, por eso las elegí. Asimismo, he incluido las llaves abrecaminos, para que nos hagan más fácil el día a día. Como he comentando, si decides hacerlo puedes elegir las piedras que quieras o cualquier otra cosa que te represente o tengas a mano, piñas, nueces, algo que sea especial en tu hogar o en las tradiciones familiares…

Te abrazo deseándote una feliz renovación de energías y una inmejorable sanación de tu linaje femenino.

©Paqui Sánchez

Arte de Claudia Tremblay


©Paqui Sánchez



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