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Somos puentes de Luz que unen la Tierra con el Cielo

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domingo, 31 de julio de 2022

GRATITUD

 

Gratitud

Hoy me doy las gracias por todas las veces que me caí y conseguí volver a ponerme en pie.

Por esas veces que no sabía hacia dónde ir y simplemente comencé a caminar sin dirección, sin rumbo, solo poniendo un pie delante del otro, hacia donde el destino quisiera llevarme.

Me doy las gracias por todas las veces que me rendí, porque rendirme a la experiencia me llevó justo donde tenía que estar y me ayudó a integrar el aprendizaje.

Siento gratitud por todos los errores que cometí, porque ellos fueron los que me brindaron mayor instrucción.

Estoy profundamente agradecida a todos los miedos que me han ido visitando a lo largo de mi vida, por todas las veces que los senté junto a mi y nos dije: “¡Vaaamos!”

Agradezco por todos los obstáculos del camino, porque ellos me han hecho fuerte y han permitido que aflorara mi valentía y pudiera reconocerme en conciencia y valores.

Doy las gracias por todas las veces que hesité, la indecisión me ha hecho caminar por diversos senderos y todos ellos, sin ninguna duda, me han enriquecido.

Gracias por toda la ira y la rabia que he ido sintiendo en determinados momentos de mi vida porque me han enseñado a comprender mis procesos, a entender el porqué de mis enfadados y a respetar mi proceso evolutivo y el proceso evolutivo de los demás.

Gracias por todas esas partes de mí que he odiado, que he repudiado, que no he aceptado porque me han enseñado a reunir todos mis trozos rotos, a perdonarme y a amarme. Hoy, cada cicatriz desprende gratitud y amor.

Agradezco mis múltiples explosiones y mi carácter peleón porque me han enseñado a respirar y a reencontrarme conmigo misma a otro nivel. Ya no deseo ser lo que me gusta de los otros, ahora solo quiero ser yo y experimentarme en ese trocito de conciencia en el que me reconozco.

Gracias a los momentos de frustración, ellos me hicieron descubrir otros caminos, otras maneras, otros modos de auto transformación.

Me agradezco por la inconsciencia que a veces me abruma, porque me permite ver un atisbo de conciencia que me cuenta quién soy, quién eres tú y quienes somos cada uno de nosotros.

Siento gratitud por mi alto grado de exigencia y perfección, ellos me ayudan a pulirme y a tener siempre a punto mi mejor versión.

Gracias por ser capaz de ir a lo simple y lo sencillo y nutrirme de todas las cosas pequeñas que me rodean, porque son grandiosas.

Agradezco a la naturaleza por enseñarme a mirar y a ver, a oír y escuchar, a respirar, olfatear y oler, a degustar y saborear y a acariciar y sentir a través de la piel, desarrollando así y despertando todos mis sentidos. Gracias por ponerme en común unión con ella y aprender de su sencillez y sabiduría.

Doy las gracias por ser consciente de que en mí habita todo cuanto existe y que puedo transformarme en aquello que necesito en cada momento porque todo está dentro de mí y en mí.

También agradezco mis tiempos de espera, mis pausas, la necesidad de soledad, la de silencio, la de mirar hacia dentro para poder verme desde esos ojos que solo sienten, sin juicio, sin crítica, sin etiquetas.

Siento gratitud infinita por empujar los límites de mis pensamientos para ensancharlos. Por haber aprendido a no creerme todo lo que ellos piensan, a ir más allá de lo evidente y lo lógico, por crear pensamientos que me ayudan a encontrar soluciones, pensamientos transformadores.

Doy las gracias a mi rebeldía, ella ha hecho que no me crea todo lo que me cuentan y me ayuda a descubrir lo que hay más allá de las apariencias y “verdades”.

Gracias por hacerme consciente de que no soy lo que pienso, de que mis creencias son solo mías, al igual que mis pensamientos y solo sirven para mí, no pueden ayudar a nadie más y, a su vez,  no son nada si coartan mi propia libertad.

Gracias por hacerme consciente de que me puedo liberar de mis pensamientos y salir de la jaula en la que me encierran y limitan.

Gracias por descubrir el reglo del presente y ser esa conciencia expandida de la que todos formamos parte.

Gracias por ser capaz de ir de la individualidad a la unicidad a través del autoconocimiento.

Me doy las gracias por todo lo que me ha acontecido en la vida porque todas mis vivencias me han enseñado a ser amor, a ser gratitud y a estar viva.

Con Gratitud y Amor,


©
Paqui Sánchez

Esta fue la publicación que aporté este mes de julio para la revista digital de divulgación gratuita "Abrazos para tu Alma", en la que colaboro con una aportación mensual. Desde el momento en el que empecé a escribir, sentí que lo que estaba escribiendo era para el blog y que tenía que ser publicado aquí, sin embargo, no venía nada más para compartir allí y pensé que estaba bien así, que podía estar en ambos sitios.

Os entrego toda mi gratitud por acompañarme hasta aquí.


©Paqui Sánchez

domingo, 17 de julio de 2022

CUÉNTAME

 


Cuéntame

-       Hoy vamos a jugar a un juego de preguntas y respuestas. ¿Te apetece?

-       Bueno, pero ¿van a ser preguntas muy difíciles?

-       No, ¡qué va! Súper sencillas, créeme. Lo único es que para empezar a jugar vas a tener que fijarte un poquito en alguien.

-       ¿Sí? Parece divertido. Y dime, ¿a quién voy a tener que mirar? ¿Se dará cuenta? ¿No será de mala educación quedarme mirando fijamente a alguien? ¿Y cómo voy a saber contestar a unas preguntas solo mirando a alguien?

-       ¡Oh! No te preocupes, será más fácil de lo que piensas y no, no será de mala educación que mires a esa persona a la que te voy a pedir que mires. Además, si te da vergüenza, no tienes ni que mirarla fijamente, puedes mirar así, como de lado, como si no fuera la cosa con ella.

-       ¿Seguro?

-       Claro, ya verás, te voy a explicar cómo. Puedes mirar de dos maneras diferentes, puedes buscar un espejo y ponerte delante de él, entonces haces un recorrido con la mirada, partes desde abajo y vas subiendo la mirada disimuladamente, moviendo un poco la cabeza, así, como quien no quiere la cosa. Y cuando tu mirada esté a la altura de la cabeza de la persona, levantas la vista y la posas unos segundos sobre ella. Y empiezas así un juego de miradas. Que si ahora miro, que si retiro la mirada, que si miro de nuevo…



-       ¿Y  cuál es la otra forma de mirar? Esta parece un poco… ¿invasiva?

-       No sabría qué decirte, aparentemente quizá sea más invasiva aunque tal vez también sea la menos intimidante.

-       Venga, pues cuéntamela, ¿a qué estás esperando? Que se nos va a pasar el tiempo y no vamos a poder jugar.

-       La otra forma de mirar es girar los ojos físicos hacia dentro.

-       ¿Quééé?

-       Pues eso, tus ojos pueden mirar hacia donde quieran, pero a la vez tienes que mirar dentro, con esos otros ojos que cuando ven, sienten.

-       ¿Y cómo voy a mirar a alguien así?

-       Emmm, bueno es que se me ha olvidado decirte que a quien tienes que mirar es a ti mismo.

-       ¿Mirarme a mí? ¿Me estás diciendo que el juego consiste en mirarme a mí mismo, bien delante de un espejo o mirando dentro de mí, ¡qué no llego a entender cómo se hace eso!… y contestarte a unas preguntas?

-       ¡Eso mismo! ¡Qué bien lo has captado!

-       ¿Y tú piensas que me voy a divertir haciendo eso?

-       ¡Mucho! ¡Ya verás!

-       ¿Y qué gano yo jugando contigo a este juego?

-       Todo, porque vas a aprender a conocerte a ti mismo. Así dejarás de estar perdido y de ir preguntando por ahí a todo el mundo qué has venido a hacer en esta vida o cuál es tu propósito de vida o para qué estás aquí. Dime, ¿te atreves a jugar?

-       No estoy muy seguro… Bueno, venga, vale ¿para qué estamos aquí, si no para jugar? ¿Quién dijo esa frase de “Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo”?

-       Según creo recordar esa frase estaba inscrita en el famoso oráculo de Delfos y fue utilizada por muchos filósofos de la época tales como Sócrates o Platón…

¿Sabes? Me alegra mucho que, pese a tus dudas, hayas decidido jugar conmigo. Estoy seguro que este juego te va a aportar muchas cosas positivas. Vamos, cuéntame:

¿Qué te hace vibrar?

¿Qué hace que algo dentro de ti se conmueva y sientas?

¿Qué hace que se te olvide comer o que no te des cuenta que se  te han pasado las horas volando?

¿Qué es aquello que cuando lo estás haciendo, no eres capaz de prestar atención a nada más?

¿Qué hace que en tu cara se dibuje una sonrisa de la que no eres consciente?

¿Qué haces cuando estás disfrutando tanto que eres capaz de crear aquello que tu mente te decía que no conseguirías nunca alcanzar?


Porque cuando estás haciendo “eso”, estás conectado a la conciencia más excelsa, eres esa conciencia que se expande y se expande y se expande.

-       ¿Has terminado ya?

-       Bueno, podría seguir haciéndote preguntas de este tipo. ¿Qué es lo que va mal?

-       No es divertido.

-       ¿Por qué? A mí me parece fascinante.

-       Porque, porque, porque… ¡no sé contestar a ninguna de esas estúpidas preguntas! ¡No, no es divertido!

-       No sabes responder a ninguna de las preguntas que te he hecho porque no te estás mirando, no te estás observando. Tu mente está pensando lo que tiene que contestar, pero ella tampoco te mira y como no te mira, no te ve y no te conoce. Solo tienes que mirarte a ti mismo con los ojos de sentir, verás cómo llegan las respuestas sin que intervenga tu mente. Recuerda, no eres tu mente, tu mente solo está llena de pensamientos limitantes que te dan individualidad, son pensamientos personales y esos no nos sirven para este juego. Tienes que conectar con aquello que llamamos conciencia expandida. Y puedes hacerlo porque tú eres esa conciencia expandida.

-       No sé cómo hacerlo.

-       Busca tu mirada en el espejo, mírate fijamente a los ojos, no permitas ningún pensamiento, no emitas ningún juicio ni sobre tu mirada, ni sobre tus ojos, ni si deberías o no deberías…, nada. Solo mírate. Ahora estás preparado para cerrar los ojos y sentir. Siente y transfórmate, tienes la capacidad de transformarte en aquella energía con la que conectas. Siente y conéctate con el agradecimiento, eres agradecimiento. Obsérvate y, cuando no estés pensando en nada, las respuestas llegarán a ti. Yo no tengo realmente que conocer esas respuestas, bastará con que las conozcas tú.

Para eso estás aquí, para hacer justo eso que, cuando lo estás haciendo, no existe nada más que tú y lo que haces. Esa conexión que parece que no sea de este mundo, esa creación que se convierte en lo más sublime antes de que la califiques y la limites. Eso eres, para eso estás aquí. Ya tienes tus respuestas, las únicas válidas, las que llegan a ti y a través de ti, las que son para ti y no sirven para nadie más que para ti mismo.

Uno de los errores más grandes que comete el ser humano, además de buscar fuera de sí mismo lo que solo puede encontrar dentro, es pensar que los demás, tiene el poder de saber más sobre él que él mismo. Pensar que los demás le van a dar respuestas que le ayuden a saber quién es o a solucionarle la vida o los “problemas” que cree tener. Humano, nadie puede hacer por ti lo que tú no hagas por ti mismo, nadie te puede ayudar, nadie puede solucionarte nada, nadie puede darte respuestas, nadie tiene una varita mágica que te dé respuestas. Y como “nadie” parece ser que es quien tiene la solución a todo, aprende de una vez por todas que tú eres ese “nadie” para ti mismo. Solo tú puedes brindarte aquello que necesitas a través de la observación y el autoconocimiento.

Querido compañero de juego, gracias por haber empujado tus límites mentales y tus miedos para jugar conmigo a este juego en el que al mirarte puedes conocerte a ti mismo y liberarte así de la jaula mental en la que vives, liberarte de dependencias emocionales, de pensamientos y sistemas de creencias limitantes y del hecho de que otra persona pueda ayudarte a descubrir quién eres o para qué estás aquí.

Dedícate un rato todos los días y verás como las respuestas llegan sin parar, aunque siempre habrá alguna que otra pregunta porque en este juego se aprende todo el tiempo. Si se deja de aprender, el jugo pierde toda su razón de ser y su sentido.

Ahora que te conoces un poquito más, que ya sabes qué es lo que te hace vibrar, lo que te conecta con esa conciencia expandida que eres,  ya puedes brillar por ti mismo, porque lo que hagas de ahora en adelante estará vivo y resplandecerá con la energía más sublime, la del amor que pones en todo lo que haces porque, sin darte cuenta, has conectado con la fuente del agradecimiento y todo lo que nace del agradecimiento lo hace de manera eximia.

Sé inmensamente feliz.

©Paqui Sánchez

Imágenes tomadas de la web, gracias a los autores por la generosidad de compartirlas.