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Hoy vamos a jugar a un juego de preguntas y
respuestas. ¿Te apetece?
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Bueno, pero ¿van a ser preguntas muy difíciles?
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No, ¡qué va! Súper sencillas, créeme. Lo único es
que para empezar a jugar vas a tener que fijarte un poquito en alguien.
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¿Sí? Parece divertido. Y dime, ¿a quién voy a
tener que mirar? ¿Se dará cuenta? ¿No será de mala educación quedarme mirando
fijamente a alguien? ¿Y cómo voy a saber contestar a unas preguntas solo mirando
a alguien?
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¡Oh! No te preocupes, será más fácil de lo que
piensas y no, no será de mala educación que mires a esa persona a la que te voy
a pedir que mires. Además, si te da vergüenza, no tienes ni que mirarla fijamente,
puedes mirar así, como de lado, como si no fuera la cosa con ella.
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¿Seguro?
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Claro, ya verás, te voy a explicar cómo. Puedes mirar
de dos maneras diferentes, puedes buscar un espejo y ponerte delante de él,
entonces haces un recorrido con la mirada, partes desde abajo y vas subiendo la
mirada disimuladamente, moviendo un poco la cabeza, así, como quien no quiere
la cosa. Y cuando tu mirada esté a la altura de la cabeza de la persona,
levantas la vista y la posas unos segundos sobre ella. Y empiezas así un juego
de miradas. Que si ahora miro, que si retiro la mirada, que si miro de nuevo…
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No sabría qué decirte, aparentemente quizá sea más
invasiva aunque tal vez también sea la menos intimidante.
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Venga, pues cuéntamela, ¿a qué estás esperando? Que
se nos va a pasar el tiempo y no vamos a poder jugar.
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La otra forma de mirar es girar los ojos físicos
hacia dentro.
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¿Quééé?
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Pues eso, tus ojos pueden mirar hacia donde
quieran, pero a la vez tienes que mirar dentro, con esos otros ojos que cuando
ven, sienten.
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¿Y cómo voy a mirar a alguien así?
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Emmm, bueno es que se me ha olvidado decirte que
a quien tienes que mirar es a ti mismo.
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¿Mirarme a mí? ¿Me estás diciendo que el juego
consiste en mirarme a mí mismo, bien delante de un espejo o mirando dentro de
mí, ¡qué no llego a entender cómo se hace eso!… y contestarte a unas preguntas?
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¡Eso mismo! ¡Qué bien lo has captado!
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¿Y tú piensas que me voy a divertir haciendo eso?
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¡Mucho! ¡Ya verás!
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¿Y qué gano yo jugando contigo a este juego?
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Todo, porque vas a aprender a conocerte a ti
mismo. Así dejarás de estar perdido y de ir preguntando por ahí a todo el mundo
qué has venido a hacer en esta vida o cuál es tu propósito de vida o para qué
estás aquí. Dime, ¿te atreves a jugar?
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No estoy muy seguro… Bueno, venga, vale ¿para
qué estamos aquí, si no para jugar? ¿Quién dijo esa frase de “Hombre, conócete
a ti mismo y conocerás el universo”?
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Según creo recordar esa frase estaba inscrita en
el famoso oráculo de Delfos y fue utilizada por muchos filósofos de la época
tales como Sócrates o Platón…
¿Sabes? Me alegra mucho que, pese a tus
dudas, hayas decidido jugar conmigo. Estoy seguro que este juego te va a
aportar muchas cosas positivas. Vamos, cuéntame:
¿Qué
te hace vibrar?
¿Qué
hace que algo dentro de ti se conmueva y sientas?
¿Qué
hace que se te olvide comer o que no te des cuenta que se te han pasado las horas volando?
¿Qué
es aquello que cuando lo estás haciendo, no eres capaz de prestar atención a
nada más?
¿Qué
hace que en tu cara se dibuje una sonrisa de la que no eres consciente?
¿Qué
haces cuando estás disfrutando tanto que eres capaz de crear aquello que tu
mente te decía que no conseguirías nunca alcanzar?
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¿Has terminado ya?
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Bueno, podría seguir haciéndote preguntas de
este tipo. ¿Qué es lo que va mal?
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No es divertido.
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¿Por qué? A mí me parece fascinante.
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Porque, porque, porque… ¡no sé contestar a
ninguna de esas estúpidas preguntas! ¡No, no es divertido!
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No sabes responder a ninguna de las preguntas
que te he hecho porque no te estás mirando, no te estás observando. Tu mente
está pensando lo que tiene que contestar, pero ella tampoco te mira y como no
te mira, no te ve y no te conoce. Solo tienes que mirarte a ti mismo con los
ojos de sentir, verás cómo llegan las respuestas sin que intervenga tu mente. Recuerda,
no eres tu mente, tu mente solo está llena de pensamientos limitantes que te dan
individualidad, son pensamientos personales y esos no nos sirven para este
juego. Tienes que conectar con aquello que llamamos conciencia expandida. Y puedes
hacerlo porque tú eres esa conciencia expandida.
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No sé cómo hacerlo.
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Busca tu mirada en el espejo, mírate fijamente a
los ojos, no permitas ningún pensamiento, no emitas ningún juicio ni sobre tu
mirada, ni sobre tus ojos, ni si deberías o no deberías…, nada. Solo mírate. Ahora
estás preparado para cerrar los ojos y sentir. Siente y transfórmate, tienes la
capacidad de transformarte en aquella energía con la que conectas. Siente y
conéctate con el agradecimiento, eres agradecimiento. Obsérvate y, cuando no
estés pensando en nada, las respuestas llegarán a ti. Yo no tengo realmente que
conocer esas respuestas, bastará con que las conozcas tú.
Para
eso estás aquí, para hacer justo eso que, cuando lo estás haciendo, no existe
nada más que tú y lo que haces. Esa conexión que parece que no sea de este
mundo, esa creación que se convierte en lo más sublime antes de que la
califiques y la limites. Eso eres, para eso estás aquí. Ya tienes tus respuestas,
las únicas válidas, las que llegan a ti y a través de ti, las que son para ti y
no sirven para nadie más que para ti mismo.
Uno
de los errores más grandes que comete el ser humano, además de buscar fuera de
sí mismo lo que solo puede encontrar dentro, es pensar que los demás, tiene el
poder de saber más sobre él que él mismo. Pensar que los demás le van a dar
respuestas que le ayuden a saber quién es o a solucionarle la vida o los “problemas”
que cree tener. Humano, nadie puede hacer por ti lo que tú no hagas por ti
mismo, nadie te puede ayudar, nadie puede solucionarte nada, nadie puede darte
respuestas, nadie tiene una varita mágica que te dé respuestas. Y como “nadie”
parece ser que es quien tiene la solución a todo, aprende de una vez por todas
que tú eres ese “nadie” para ti mismo. Solo tú puedes brindarte aquello que
necesitas a través de la observación y el autoconocimiento.
Querido
compañero de juego, gracias por haber empujado tus límites mentales y tus
miedos para jugar conmigo a este juego en el que al mirarte puedes conocerte a
ti mismo y liberarte así de la jaula mental en la que vives, liberarte de
dependencias emocionales, de pensamientos y sistemas de creencias limitantes y
del hecho de que otra persona pueda ayudarte a descubrir quién eres o para qué
estás aquí.
Dedícate
un rato todos los días y verás como las respuestas llegan sin parar, aunque
siempre habrá alguna que otra pregunta porque en este juego se aprende todo el
tiempo. Si se deja de aprender, el jugo pierde toda su razón de ser y su
sentido.
Ahora
que te conoces un poquito más, que ya sabes qué es lo que te hace vibrar, lo
que te conecta con esa conciencia expandida que eres, ya puedes brillar por ti mismo, porque lo que
hagas de ahora en adelante estará vivo y resplandecerá con la energía más
sublime, la del amor que pones en todo lo que haces porque, sin darte cuenta,
has conectado con la fuente del agradecimiento y todo lo que nace del
agradecimiento lo hace de manera eximia.
Sé
inmensamente feliz.
©Paqui
Sánchez
Imágenes tomadas de la web, gracias a los autores por la generosidad de compartirlas.
Gracias
ResponderEliminarSiempre a ti.
EliminarBendiciones.