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domingo, 17 de julio de 2022

CUÉNTAME

 


Cuéntame

-       Hoy vamos a jugar a un juego de preguntas y respuestas. ¿Te apetece?

-       Bueno, pero ¿van a ser preguntas muy difíciles?

-       No, ¡qué va! Súper sencillas, créeme. Lo único es que para empezar a jugar vas a tener que fijarte un poquito en alguien.

-       ¿Sí? Parece divertido. Y dime, ¿a quién voy a tener que mirar? ¿Se dará cuenta? ¿No será de mala educación quedarme mirando fijamente a alguien? ¿Y cómo voy a saber contestar a unas preguntas solo mirando a alguien?

-       ¡Oh! No te preocupes, será más fácil de lo que piensas y no, no será de mala educación que mires a esa persona a la que te voy a pedir que mires. Además, si te da vergüenza, no tienes ni que mirarla fijamente, puedes mirar así, como de lado, como si no fuera la cosa con ella.

-       ¿Seguro?

-       Claro, ya verás, te voy a explicar cómo. Puedes mirar de dos maneras diferentes, puedes buscar un espejo y ponerte delante de él, entonces haces un recorrido con la mirada, partes desde abajo y vas subiendo la mirada disimuladamente, moviendo un poco la cabeza, así, como quien no quiere la cosa. Y cuando tu mirada esté a la altura de la cabeza de la persona, levantas la vista y la posas unos segundos sobre ella. Y empiezas así un juego de miradas. Que si ahora miro, que si retiro la mirada, que si miro de nuevo…



-       ¿Y  cuál es la otra forma de mirar? Esta parece un poco… ¿invasiva?

-       No sabría qué decirte, aparentemente quizá sea más invasiva aunque tal vez también sea la menos intimidante.

-       Venga, pues cuéntamela, ¿a qué estás esperando? Que se nos va a pasar el tiempo y no vamos a poder jugar.

-       La otra forma de mirar es girar los ojos físicos hacia dentro.

-       ¿Quééé?

-       Pues eso, tus ojos pueden mirar hacia donde quieran, pero a la vez tienes que mirar dentro, con esos otros ojos que cuando ven, sienten.

-       ¿Y cómo voy a mirar a alguien así?

-       Emmm, bueno es que se me ha olvidado decirte que a quien tienes que mirar es a ti mismo.

-       ¿Mirarme a mí? ¿Me estás diciendo que el juego consiste en mirarme a mí mismo, bien delante de un espejo o mirando dentro de mí, ¡qué no llego a entender cómo se hace eso!… y contestarte a unas preguntas?

-       ¡Eso mismo! ¡Qué bien lo has captado!

-       ¿Y tú piensas que me voy a divertir haciendo eso?

-       ¡Mucho! ¡Ya verás!

-       ¿Y qué gano yo jugando contigo a este juego?

-       Todo, porque vas a aprender a conocerte a ti mismo. Así dejarás de estar perdido y de ir preguntando por ahí a todo el mundo qué has venido a hacer en esta vida o cuál es tu propósito de vida o para qué estás aquí. Dime, ¿te atreves a jugar?

-       No estoy muy seguro… Bueno, venga, vale ¿para qué estamos aquí, si no para jugar? ¿Quién dijo esa frase de “Hombre, conócete a ti mismo y conocerás el universo”?

-       Según creo recordar esa frase estaba inscrita en el famoso oráculo de Delfos y fue utilizada por muchos filósofos de la época tales como Sócrates o Platón…

¿Sabes? Me alegra mucho que, pese a tus dudas, hayas decidido jugar conmigo. Estoy seguro que este juego te va a aportar muchas cosas positivas. Vamos, cuéntame:

¿Qué te hace vibrar?

¿Qué hace que algo dentro de ti se conmueva y sientas?

¿Qué hace que se te olvide comer o que no te des cuenta que se  te han pasado las horas volando?

¿Qué es aquello que cuando lo estás haciendo, no eres capaz de prestar atención a nada más?

¿Qué hace que en tu cara se dibuje una sonrisa de la que no eres consciente?

¿Qué haces cuando estás disfrutando tanto que eres capaz de crear aquello que tu mente te decía que no conseguirías nunca alcanzar?


Porque cuando estás haciendo “eso”, estás conectado a la conciencia más excelsa, eres esa conciencia que se expande y se expande y se expande.

-       ¿Has terminado ya?

-       Bueno, podría seguir haciéndote preguntas de este tipo. ¿Qué es lo que va mal?

-       No es divertido.

-       ¿Por qué? A mí me parece fascinante.

-       Porque, porque, porque… ¡no sé contestar a ninguna de esas estúpidas preguntas! ¡No, no es divertido!

-       No sabes responder a ninguna de las preguntas que te he hecho porque no te estás mirando, no te estás observando. Tu mente está pensando lo que tiene que contestar, pero ella tampoco te mira y como no te mira, no te ve y no te conoce. Solo tienes que mirarte a ti mismo con los ojos de sentir, verás cómo llegan las respuestas sin que intervenga tu mente. Recuerda, no eres tu mente, tu mente solo está llena de pensamientos limitantes que te dan individualidad, son pensamientos personales y esos no nos sirven para este juego. Tienes que conectar con aquello que llamamos conciencia expandida. Y puedes hacerlo porque tú eres esa conciencia expandida.

-       No sé cómo hacerlo.

-       Busca tu mirada en el espejo, mírate fijamente a los ojos, no permitas ningún pensamiento, no emitas ningún juicio ni sobre tu mirada, ni sobre tus ojos, ni si deberías o no deberías…, nada. Solo mírate. Ahora estás preparado para cerrar los ojos y sentir. Siente y transfórmate, tienes la capacidad de transformarte en aquella energía con la que conectas. Siente y conéctate con el agradecimiento, eres agradecimiento. Obsérvate y, cuando no estés pensando en nada, las respuestas llegarán a ti. Yo no tengo realmente que conocer esas respuestas, bastará con que las conozcas tú.

Para eso estás aquí, para hacer justo eso que, cuando lo estás haciendo, no existe nada más que tú y lo que haces. Esa conexión que parece que no sea de este mundo, esa creación que se convierte en lo más sublime antes de que la califiques y la limites. Eso eres, para eso estás aquí. Ya tienes tus respuestas, las únicas válidas, las que llegan a ti y a través de ti, las que son para ti y no sirven para nadie más que para ti mismo.

Uno de los errores más grandes que comete el ser humano, además de buscar fuera de sí mismo lo que solo puede encontrar dentro, es pensar que los demás, tiene el poder de saber más sobre él que él mismo. Pensar que los demás le van a dar respuestas que le ayuden a saber quién es o a solucionarle la vida o los “problemas” que cree tener. Humano, nadie puede hacer por ti lo que tú no hagas por ti mismo, nadie te puede ayudar, nadie puede solucionarte nada, nadie puede darte respuestas, nadie tiene una varita mágica que te dé respuestas. Y como “nadie” parece ser que es quien tiene la solución a todo, aprende de una vez por todas que tú eres ese “nadie” para ti mismo. Solo tú puedes brindarte aquello que necesitas a través de la observación y el autoconocimiento.

Querido compañero de juego, gracias por haber empujado tus límites mentales y tus miedos para jugar conmigo a este juego en el que al mirarte puedes conocerte a ti mismo y liberarte así de la jaula mental en la que vives, liberarte de dependencias emocionales, de pensamientos y sistemas de creencias limitantes y del hecho de que otra persona pueda ayudarte a descubrir quién eres o para qué estás aquí.

Dedícate un rato todos los días y verás como las respuestas llegan sin parar, aunque siempre habrá alguna que otra pregunta porque en este juego se aprende todo el tiempo. Si se deja de aprender, el jugo pierde toda su razón de ser y su sentido.

Ahora que te conoces un poquito más, que ya sabes qué es lo que te hace vibrar, lo que te conecta con esa conciencia expandida que eres,  ya puedes brillar por ti mismo, porque lo que hagas de ahora en adelante estará vivo y resplandecerá con la energía más sublime, la del amor que pones en todo lo que haces porque, sin darte cuenta, has conectado con la fuente del agradecimiento y todo lo que nace del agradecimiento lo hace de manera eximia.

Sé inmensamente feliz.

©Paqui Sánchez

Imágenes tomadas de la web, gracias a los autores por la generosidad de compartirlas.

2 comentarios:

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