El secreto para alcanzar la felicidad
¿Y
dónde está el secreto para sentirte feliz? Te preguntarás, y con razón, pues
parece que la felicidad nunca está completa y son pequeños momentos o instantes
de disfrute donde todo parece perfecto según nuestro propio criterio o código
de perfección.
Me
gustaría mucho acompañarte durante este ratito para que seas capaz de hacer tus
propios descubrimientos, porque quizá es diferente para cada uno de nosotros,
pero lo que sí tengo muy claro es que para llegar a ti, tienes que poner un
poquito de tu parte ya que ese secreto te será desvelado cuando emprendas ese
maravilloso viaje hacia ti mismo y empieces a conocerte de verdad.
Este
artículo está enfocado para que puedas emprender ese maravilloso viaje hacia tu
interior y que aprendas a conocerte y a brindarte todo aquello que necesitas en
cada momento de tu vida para sentirte completo, amado y feliz por ti mismo,
desde dentro, sin necesidad de que intervengan factores externos que
contribuyan a ello, porque si tu bienestar se construye desde el afuera y no
viene de dentro, no será real y podrá desvanecerse en cualquier momento como si
fuera un castillo de naipes que se viene abajo por el leve soplido del susurro
del viento.
Y
sí, se puede ser feliz siempre, porque la felicidad es un estado que se alcanza
cuando estás en paz contigo mismo y vibras en gratitud. Llegados a este punto
entendemos que, dentro de ese estado de felicidad, puedes sentir tristeza un
día, puedes sentir irritación o ira otro, puedes llorar, gritar y frustrarte, tienes
derecho a sentirte mal y con ganas de querer que el mundo se pare para bajarte de
él durante un buen rato, tienes derecho a romperte y no pasa nada. Puedes y debes permitirte sentir, emocionarte y vivir
tus emociones canalizándolas de la manera más beneficiosa posible para ti y
para aquellos que están conectados contigo.
Sentirte y emocionarte, es maravilloso, porque es lo que te hace humano, lo que te hace estar vivo y establecer contacto activo con el entorno en el que vives e interactuar de manera positiva con el círculo de personas con las que has venido a relacionarte. Recuerda que todo está conectado y que todos tienen algo que ofrecerte y tú algo que ofrecer a cambio para mantener la energía y el principio de reciprocidad del dar y recibir en equilibrio.
Tu
vida está llena de bendiciones, pero no siempre eres consciente de ellas, no
siempre eres capaz de reconocerlas porque quizá estás centrado en otras cosas,
en aquello que piensas que te falta, que esperas desde hace tiempo y no llega, o
que quisieras que se manifestase en tu vida y no lo hace del modo en el que tú
tienes programado que debe ser. Sin embargo, si te sales de esa programación y
oteas el horizonte, quizá seas capaz de vislumbrar lo bendecido que eres y que
tienes mucho más de lo que tú creías para agradecer cada día. Es más, si te
centras en lo que tienes y agradeces por ello estarás proyectando desde la
abundancia, no desde la carencia, cuando eres consciente de tu abundancia y
agradeces desde ella, atraes más abundancia a tu vida. Si te centras en lo tú
crees que te falta, estarás proyectando desde la carencia y eso será lo que
estés atrayendo hacia ti, más carencia.
Reconocer
las bendiciones que te abrazan y agradecer por ellas es extremadamente importante
para que seas cada vez más consciente de ti mismo y de toda la magia que habita
en ti, de ese modo podrás extrapolarla conscientemente hacia fuera y ponerla a
trabajar a tu favor. Eso que yo llamo magia, otros lo llamarían potencial y ese
potencial, dirigido de forma correcta, es tu varita mágica para alcanzar
aquello que sea que te propongas en esta vida. Activar tu magia, poner en
funcionamiento tu potencial debería de ser una de las prioridades de tu vida. Además,
trabajar en ello te pondrá en contacto con tu verdadero Ser, te ayudará a
conocerte (que es de lo que se trata) y a conseguir el máximo de ti mismo cada
día. Cuando te entregas a ti mismo con sinceridad y humildad, estás regalando
al mundo lo mejor de ti en cada momento y eso es felicidad en estado puro, sin
etiquetas, sin dobleces, sin dobles tintas.
Pero
a veces, para llegar a ti, para descubrir ese potencial que hay en ti, para que
seas capaz de reconocer tus dones, esas herramientas internas que tienes y
forman parte de ti de forma natural, para alcanzar tus propósitos, incluso para
conocer cuáles son verdaderamente tus propósitos y hacia dónde debes dirigir tu
energía para experimentar ese crecimiento interno y brillar… necesitas irrevocablemente
conocerte a ti mismo, mejorar tu autoestima y tu relación contigo mismo. A
veces quizá también aceptarte con toda tu perfecta imperfección, para poder
perdonarte por todas las veces que no te perdonaste por cosas que pasaron y que,
para más inri, te hicieron
despreciarte y hundirte un poquito más.
Y
para poder echarte una mano en esta labor tan importante y que tantas
satisfacciones va a brindarte, se me ocurren unas cuantas preguntas que no sé
si te habrás formulado alguna vez y para las que quizá ya tengas respuestas o
no. Seguramente, si lees las cosas que escribo te habrás dado cuenta de que no
es la primera vez que las formulo, estas o algunas similares que pretenden
conducirte al mismo punto, a la auto observación y el autodescubrimiento.
Y
no siento que esté repitiéndome, hace tiempo que me dejo guiar por mi instinto,
por mi intuición o tal vez por alguna que otra corazonada (todo es lo mismo) y
si insisto sobre algo que ya te he contado es porque siento en lo más profundo
de mi Ser, que debo seguir ahondando sobre ello porque seguro que en algún
lugar de este planeta (el blog tiene mucho más alcance de lo que nunca
imaginé), hay alguien que necesita de algún modo leerlo de nuevo para iniciar el
camino hacia sí mismo.
Comencemos con esas preguntas, antes te recomiendo que cojas una hoja de papel, o unas cuantas y un bolígrafo para anotar las respuestas o aquello que vayas sintiendo.
¿Serás
capaz de responderte con sinceridad? Puede ser que para algunas de ellas ni
siquiera tengas respuesta. Si eso te ocurre, no pasa nada, simplemente te estará
indicando que pasas poco tiempo a solas contigo mismo, que necesitas dedicarte
más tiempo, para conocerte mejor, saber quién eres, qué es lo que quieres y
darte aquello que necesitas. Quizá alguna de estas preguntas humedezca tus ojos
o te haga sentir “cosas”, si es así, deja que tus emociones fluyan y quédate
ahí, sintiendo y averiguando a qué puede deberse esa emoción. Ponle nombre si
lo encuentras, nuestro cerebro sigue funcionando con etiquetas y para trabajar
contigo mismo quizá, al principio, necesites mantenerlas. Intenta que tus
respuestas sean sencillas, no demasiado elaboradas y si te salen elaboradas y
largas, relee las respuestas y subraya las palabras clave.
Y ahora sí, cuéntate a ti mismo:
¿Cómo
te percibes?
Cuando
tienes que definirte o decir algo sobre ti ¿cómo lo haces? ¿Hablas en positivo
de ti o te defines con palabras peyorativas? Y cuando hablas en positivo, ¿desde
dónde te expresas, lo haces desde el ego o desde el autoconocimiento?
¿Te
gustas lo suficiente? ¿Qué crees que deberías cambiar en ti para gustarte más? Hablo,
evidentemente de gustarte a ti, no a los demás.
¿Te
sientes bien contigo mismo?
¿Estás
bien cuando estás solo o necesitas estar siempre rodeado de gente para sentirte
bien?
¿Dónde
necesitas mirar para verte realmente, dentro o fuera de ti? ¿Te ves por ti
mismo o a través de lo que los demás dicen de ti?
¿Eres
consciente de tu potencial, de tu magia, de aquello que bulle dentro de ti y
que busca el modo de emerger hacia fuera, de expresarse?
¿Te
amas lo suficiente? ¿Qué necesitarías cambiar en ti para amarte más?
¿Te
miras? ¿Te ves realmente? ¿Eres capaz de verte de verdad, de reconocerte? ¿De
mirarte a los ojos y poder decirte eso de “Te veo”?
¿Sabes
quién eres?
¿Sabes
qué quieres?
Y
te vuelvo a hacer esta pregunta que te hice al principio, puede ser que ahora
su respuesta haya cambiado o tal vez no. No te pre-ocupes mucho por ello.
¿Cómo
te percibes?
Independientemente
de las preguntas que seas capaz de responder hoy, debes saber que si te dedicas
tiempo, si te prestas atención, si aprendes a observarte, a verte y a estar
contigo sin necesidad de más, podrás ir respondiendo cada vez a más de ellas y
las respuestas que obtengas te acercarán cada vez más a ti mismo. En el afán de
vivir en el afuera, nos hemos olvidado de nosotros mismos, nos hemos olvidado
de estar con nosotros, de conocernos, de explorarnos y experimentarnos. Sin embargo
la vida pasa a través de nosotros, nos relacionamos con las personas que nos
rodean cuando las percibimos a través de nuestros sentidos y no solo con las
personas, sino con todo lo que está a nuestro alrededor.
Quiero
que sepas que todo tu potencial está ahí, dentro de ti, esperando a ser
descubierto y valorado por ti, por no por tu jefe, o por tu pareja, o por tu
mejor amigo, o por tu vecino. No, espera solo y únicamente por ti y para ti
para que aprendas de forma profunda y sutil cuál es tu camino a seguir para que
ese potencial se ponga en marcha y desde lo mejor de ti puedas guiar tu vida
hacia ese crecimiento y evolución que has venido a experimentar transformándote
en tu mejor versión, tanto para ti como para el resto de mundo y puedas aportar
conscientemente a este mundo aquello que viniste a compartir.
Por
tanto, el camino hacia la felicidad, el secreto de la felicidad, el secreto
para sentirte completo, amado y feliz no está fuera de ti, no depende de nada
externo que te pase, no depende de nadie que esté a tu lado o lejos de ti, no
depende de las cosas que tienes, ni de las que te faltan… todo depende de ti,
de cómo tú decidas vivir tu vida, de la actitud que le pones a la vida cada
día. Y todo aquello que decidas va a estar estrecha e íntimamente relacionado
con el autoconocimiento que desarrolles hacia ti mismo, porque solo cuando te
conoces a ti mismo eres capaz de fundamentar tu vida en aquello que es mejor
para ti y cuando recibes diariamente lo mejor que eres capaz de crear para ti
todo se ajusta en tu mundo, desaparece lo “bueno” y lo “malo” y todo se
convierte en un equilibrio y un ejercicio de crecimiento personal.
Y
sí, seguirá habiendo días en los que te toque experimentar con las sombras, y
la gran diferencia es que sabrás que estás en uno de “esos días” y no serás
demasiado duro contigo mismo, te permitirás pasar el día de la mejor forma
posible y serás consciente de todo lo que te está sucediendo. De esa forma,
siendo consciente, arrojarás luz a tus sombras y conseguirás transformarte y
transformar todas esas situaciones que aún tienen el poder de
desequilibrarte.
Hay
muchas herramientas que pueden ayudarte en la a veces difícil tarea de
conocerte a ti mismo. Te recomiendo ver algo sobre los eneatipos de la personalidad, hay varios
autores que hablan del eneagrama, Borja Vilaseca es uno de ellos. Si este tema te
interesa, dímelo y puedo preparar algún artículo hablando sobre el eneagrama y dejaros unas pinceladas sobre los eneatipos
y de qué manera nos puede ayudar conocerlos.
Cualquier
impresión, duda o consulta que me quieras hacer, puedes dejarla en los
comentarios, yo los leeré, los aprobaré y te dejaré una respuesta que podrás
leer en el blog cuando vuelvas por aquí.
Gracias
por tu pre-esencia.
Ámate
mucho. Cuanto más tiempo pases contigo mismo, cuanto más te conozcas, mejor
entenderás cómo funcionas y cuál será la mejor manera de relacionarte con el
mundo que te rodea.
Con
Amor,
©Paqui
Sánchez
©Paqui Sánchez