Cuando decidas que necesitas encontrar respuestas, formula tus preguntas al Universo y refúgiate en la calidez, la paz y la armonía de tu silencio interior, estate muy quieto y atento porque las respuestas muchas veces vienen de manera muy sutil e imperceptible y son tan simples y sencillas, tan cotidianas y "normales" que no conseguimos verlas, porque solemos tender a esperar siempre cosas grandiosas. Pues parece que confiamos más en una respuesta grandilocuente que en una sencilla, de andar por casa.
Despierta tu sensibilidad infinita hacia las cosas más simples y humildes, las más sencillas, pues muchas veces son éstas las que encierran y esconden los grandes secretos de la vida y de la humanidad.
Pon humildad en todo lo que hagas y, lo que decidas hacer, hazlo con amor. Aparta de una vez por todas las quejas de tu vida déjalas a un lado para siempre porque solo sacan lo peor de ti y no te dejan crecer. Además que están continuamente envenenando el ambiente y el aire que respiras. Vives porque respiras, si dejaras de respirar morirías, por ello es muy importante que el aire que respires esté sano y limpio. Abre las ventanas de tu casa y ventílala todos los días, no importa que haga frío, serán sólo unos minutos que renovarán y sanarán el ambiente de tu hogar.
Hazte, sin embargo, amigo y aliado de la intuición, la intuición es como el sexto sentido del que nunca hablamos porque no vemos, pero sin embargo está ahí y es el que nos ayuda a conectar lo interno con el exterior. La intuición es un sentimiento, una chispita de luz que se aloja en nuestro corazón y que arroja un punto de claridad y discernimiento ante cualquier duda que podamos tener. La intuición es eso que no entendemos muy bien qué es pero que “de repente has sentido que debías hacer esto o aquello porque algo dentro de ti así te lo ha indicado aunque no sepas por qué”. Lo malo es que no solemos hacer mucho caso de estos sentimientos porque no estamos acostumbrados a seguir corazonadas. Las corazonadas no son científicas y hoy día todo lo que no tenga una explicación científica no es factible. ¿O están ya comprobadas científicamente y yo no lo sé? De cualquier modo, a mí eso no me importa mucho porque yo creo lo que siento sin importar lo que diga la Ciencia en algunos casos.
Pues cuando tengas una intuición, hazle caso, ponla en práctica, materialízala sin dudar, si dudas errarás. Si das paso a la duda, ya nada saldrá bien. Debes aprender a confiar en lo que tu intuición te susurra de forma cadenciosa y libre desde el fondo de tu corazón.
Que tu pensamiento sea siempre positivo, pues siempre potencias en tu vida aquello a lo que prestas atención, si aprendes a prestarte atención a ti mismo de forma positiva, afectarás también de forma positiva a las personas que tengas a tu alrededor. Si prestas atención al sufrimiento o a lo negativo, eso será lo estarás potenciando en tu vida.
No des poder a los demás sobre ti, pues si te dejas afectar por lo que los demás piensen de ti, generarás una culpabilidad ansiosa y no podrás perdonar ni perdonarte. Hasta que la carga se haga tan insoportable que tu cuerpo físico acabe por enfermarse.
Por el contrario, aprende a observar con atención lo que sucede en tu entorno y contigo mismo prestando mucha atención a lo que ocurre. Conviértete en un observador a la distancia, que no juzga ni critica, tan solo observa como un espectador más de tu propia vida. Y aprende de ello, lo que sientes, lo que te gusta, lo que no...
Cuanto más consigas liberar tu mente, más libre te sentirás, más capaz de despertar tu propia conciencia, de tener tu propio pensamiento y una manera libre de pensar, serás más objetivo ante cualquier acontecimiento que ocurra en tu vida y no necesitarás seguir a nadie pues tú mismo hallarás tu propia verdad.
Sé escéptico, pero aprende a escuchar. Tu mundo lo creas tú, si no te gusta el mundo en el que vives, tú eres el único capaz de cambiarlo y hacer un mundo mejor. No te creas nada pero aprende a escuchar porque en el aire hay mensajes que te ayudan a crecer, de hecho tú eres un mensajero ¿de los que dicen o no la verdad?
Aboga por la impecabilidad de tus palabras, recuerda que es a través de la palabra que creas o destruyes. No te juzgues, no te culpes, no vayas contra ti mimo, resuelve de forma positiva asumiendo la responsabilidad de tus actos pero sin culpa ni juicio. Suelta el miedo y el sufrimiento porque son dos grandes represores y utiliza tu energía correctamente direccionándola hacia la verdad y el amor por ti mismo y por los demás.
No participes en los “chismes”, cuando alguien a tu alrededor comience a utilizar la crítica hacia los demás, mantente lo más alejado posible de esos comentarios, no participes de ellos, no te reconozcas en ellos y si te preguntan para hacerte pronunciarte sobre lo que están hablando, intenta salirte por la tangente. A la vez comienza a mandar pensamientos positivos hacia esas personas que están enjuiciando, no los juzgues tú pues estarías haciendo lo mismo que hacen ellos, piensa simplemente que todavía necesitan crecer más interiormente para alcanzar un grado en el que ya no necesiten criticar a otros y desea que lo alcancen cuanto antes para que puedan liberarse de sí mismos y de los límites que se autoimponen al juzgar, casi siempre injustamente a los demás.
Como dice Don Miguel Ruíz, cuando los comentarios negativos vayan hacia ti, sólo los recibirás si tu mente es campo fértil para ello, pero si tu eres impecable con tus palabras, el veneno emocional irá desapareciendo de tu mente y dejarás de transmitirlo en tus relaciones personales hacia los demás y eso te proporcionará inmunidad cuando alguien lance un hechizo venenoso hacia ti.
Si eres impecable con tu palabra, llegará un momento en el que alcanzarás la libertad personal, el éxito y la abundancia, el miedo desaparecerá y se transformará en amor y alegría.
No te tomes nunca nada de forma personal, si te tomas de forma personal cualquier comentario que otro haga hacia ti, es porque no estás seguro de quién eres y entonces para ti es importante creer lo que te dicen los demás en lugar de creer en ti mismo. Incluso si alguien te insulta lo hace desde su propia realidad, no desde la tuya. Si te lo tomas de forma personal estás recogiendo su veneno y convirtiéndolo en tuyo.
Cuando te tomas algo de forma personal te sientes ofendido y reaccionas defendiéndote, eso conlleva la creación de un conflicto y sientes la necesidad de demostrar que tú tienes razón mientras los demás están equivocados. Sin embargo, si tú sabes quién eres, no necesitas que te acepten, ni para adularte, ni para criticarte, pues lo que cada uno piense o sienta es el problema del otro, no el tuyo. Es su manera de ver el mundo, son sus creencias y están relacionadas con esa persona, no contigo.
Si yo te digo algo que te hiere, fíjate que realmente no te hiere lo que yo te digo, sino las heridas que ya tienes y que yo simplemente he refrescado con mis palabras o mis actos. Si te enfadas conmigo, yo seré la excusa de tu enfado, pero no la verdadera razón de él. Tú te enfadas porque tienes miedo y yo te hago enfrentarte a él. Tienes que analizar por qué te duele y solucionarlo. Mientras no lo soluciones seguirá doliendo, hoy habré sido yo o me echarás las culpas a mí, mañana será otra persona, porque hasta que no vayas a la raíz del problema y lo soluciones, no dejará de haber culpables, pero eso no es ser responsable y tú sí que quieres serlo.
Si vives sin miedo, si te amas, no habrá lugar para las emociones negativas porque todo estará bien en ti. Te sentirás bien y te sentirás feliz, estarás en paz y establecerás relaciones de amor con todo y todos los que te rodean porque todo lo percibirás seguro.
Si no te tomas nada personalmente, tu rabia, tus celos y tu envidia desaparecerán, incluso tu tristeza lo hará, porque sólo eres responsable de ti mismo.
No hagas suposiciones, normalmente trabajamos así: hacemos una suposición, comprendemos las cosas mal, nos lo tomamos personalmente y acabamos haciendo un drama de todo cuando nada ha sido real. Justo en este punto es cuando damos comienzo al “chismorreo”.
Si no quieres que esto te ocurra, pide aclaraciones, haz preguntas para saber la verdad antes de montarte una historia sin fundamentos que no sabes realmente si crece sobre la verdad o no.
Cuando aprendas a no hacer suposiciones, tus palabras se volverán impecables para crear, dar, compartir y amar.
Y pon siempre lo mejor de ti en todo aquello que hagas. Pon la energía justa en cada tarea que realices, si te esfuerzas demasiado para hacer más de lo que puedes, gastarás más energía de la que tienes y al final tu rendimiento no será suficiente y aparecerán los reproches y las frustraciones, la culpa y los juicios hacia ti mismo. Lo mismo ocurrirá si haces menos de lo que sabes que puedes hacer y das menos de lo que eres capaz de dar. Sin embargo, no estamos aquí para sufrir, sino para amar y ser felices.
Haz las cosas porque quieras hacerlas, no esperando una recompensa. Es más si disfrutas de lo que haces, esa ya será tu recompensa, pues no te sentirás frustrado y por tanto no habrá reproches.
Hace poco leí en algún lugar algo así como que “la felicidad no consiste en hacer uno lo que le gusta, sino en que consigas que te guste lo que haces”.
Vive con plenitud, sé emprendedor, arriésgate a vivir tus sueños. No necesitas que los demás te acepten, acéptate tú mismo que eres quien siempre te limitas, esa es la única aceptación que necesitas para dejarte ser y sé, sé feliz sin retener, dejando marchar lo que ya no quiere estar a tu lado, disfrutando de tu vida. Pídele a la autocompasión que se vaya porque ya no te hace falta y que se lleve el sufrimiento y la pena, el dolor y la rabia y la culpa y el “no puedo”, o “no debería” o “no me lo merezco” y que no se olviden de llevarse también a la duda, para que les haga compañía porque a ti, en tu nueva vida ya no te hace falta ninguno de ellos. Sé tú mismo, no hagas nada para hacer feliz a otro o contentarlo, sé libre, sé tú, di “sí” si quieres decir “sí”, di “no” cuando “no” quieras hacer algo.
Horna tu cuerpo, respétalo, nútrelo de forma sana, ejercítalo, ámalo porque es el templo de tu alma y merece tus mayores cuidados.
En un próximo post te explicaré cómo hacer para cambiar las viejas pautas de comportamiento para adquirir una nueva manera de pensar y actuar.
Si comienzas a hacer estos pequeños cambios en tu vida, ten por seguro que el próximo año 2011 y los sucesivos serán grandiosos para ti. Y si tu cambias, ten en cuenta que todo a tu alrededor cambiará. Los cambios son como el movimiento de una onda, cuando tiras una piedra a un lago en calma se produce una onda que hace que toda el agua vibre a su alrededor. No te asustes cuando esto ocurra en tu vida, será normal que suceda y si sucede será una buena señal.
Recuerda que nada permanece, todo cambia constantemente a tu alrededor. Fluye con la vida y vibra con ella.
Vive intensamente, ama con pasión y sé feliz poniendo risas, sonrisas y alegrías en tu vida. Solo depende de ti.
Para redactar este post he utilizado algunas notas que tenía en una libreta de cuando leí el libro de Don Miguel Ruíz de Los Cuatro Acuerdos. Libro que recomiendo encarecidamente. Si todavía no sabéis qué pedir a los Reyes Magos, este libro sería una buena opción.
©Paqui Sánchez ~ Namasté