CALENDARIO
DE LAS EMOCIONES
Si
quieres saber el Año Emocional en el que te encuentras has de hacer un pequeño
cálculo matemático.
Suma todo los números que aparecen en tu fecha de
nacimiento completa, es decir, el día, el mes y el año. Redúcelos a un solo dígito.
Ahora suma el año en el que te encuentras y redúcelo también a un solo dígito.
La suma de tu número de vida junto con la del año en el que estás te dará un número. Ese número
es el Año Emocional en el que te encuentras.
La numerología
nos da ciclos de 9 años y en cada uno de ellos nos indica un trabajo a
realizar. Así podrás saber en qué momento de tu ciclo te encuentras para que
puedas llevar cada uno de tus momentos de la mejor manera posible. Además así tendrás un mayor conocimiento de lo que puede acontecerte para así actuar en consecuencia y saber qué puedes esperar de ese nuevo giro del sol. Sin olvidar en ningún momento que el poder de transformación y transmutación está dentro de ti, así como el valor y tu fuerza interior.
Aquí
te pongo un ejemplo, por si no has comprendido bien la explicación anterior:
Si
naciste el 8 de diciembre de 1971, debes sumar (día + mes + año):
* 8 + 1
+ 2 + 1 + 9 + 7 + 1 = 29 y sumar de nuevo hasta llegar a quedarte con un solo
dígito: 2 + 9
= 11; 1 + 1 = 2
Si nos encontráramos en el año 2017, reduciríamos este número a un solo dígito sumándo entre sí.
* 2 + 1 + 7= 10; 1 + 0= 1
Si
esta fuera tu fecha de nacimiento, tu año emocional sería la suma de 2 (número de vida) + 1 (número del año)= 3. Esto significaría que en 2017 estarías en tu año emocional 3.
Esta parte está redactada por mí.
* * *
Guía del Año Emocional
Año
emocional 1
Es el
principio de un ciclo de nueve años. Es un año para seguir el impulso de correr
hacia lo nuevo. Lo viejo no nos funcionará igual que antes. Le damos forma o
salida a nuestros impulsos y también estamos más conscientes de cuando los
reprimimos. Nos sentimos más activos.
También
descubrimos intereses que se presentan a través de ideas o proyectos nuevos.
Nos apuntamos a cosas que parece que serán duraderas y más adelante nos
apetecerá hacer otra cosa diferente. No hay problema más allá de creer que hay
que terminar lo que se empieza… Año de cambios. La dificultad en este año puede
venir por no haber dicho adiós a las cosas viejas del ciclo anterior, cosas que
sabemos que ya acabaron y seguir apegado o enganchado a ellas. Si hemos sabido
decir adiós y gracias el año pasado, lo nuevo nos llega fácil y agradable.
La personalidad
y el ego están más sensibles este año que de costumbre. Impulso de ser
protagonista. No es un año de problemas económicos, este periodo es para vivir
otras cosas. El 1 es la metáfora del recién nacido. El niño (el 1º número) no
tiene que buscar la comida por su cuenta, eso ya lo tiene solucionado. Estamos
más en contacto con nuestras emociones que con la parte racional o lógica.
Somos más impulsivos, no pensarnos tanto las cosas.
Año
emocional 2
Año de
relaciones que se intensifican en el uno a uno. Tenemos más fuerza interior,
que se siente como una atracción hacia nosotros de personas y acontecimientos.
También, en consecuencia, hay menos necesidad de expresar nuestra fuerza
directamente. Estamos más presentes o conscientes de nuestro mundo interior.
Como un efecto de esto, suelen cambiar los sueños y aparentan más reales, más
magia en tu vida.
Año de
estar ocupado, mucho trabajo y aparentemente pocas recompensas (directas o
externas) por ese trabajo. Se viven los aspectos interiores de cualquier
situación. En el año 1 se toma un impulso realizando una acción, orgulloso de
lo que se ha hecho, en el año 2 uno se siente que se ha entregado a algo que
valía la pena. Este proyecto que vale la pena normalmente no es para uno mismo,
es por un interés general y apoyando un trabajo donde otra persona o el mismo
proyecto recibe el mérito.
Las
cosas que uno quiere directamente le vienen indirectamente. Se trata de tener
claro lo que uno quiere y entonces atender lo que se tiene delante, que
normalmente en este año es apoyar a otro. Entonces de forma mágica, aparece lo
que nosotros queremos indirectamente.
Cuando
uno está conectado al interior se siente más claro, estable, seguro. La fuerza
viene del interior y este es un año interior. Es una fuerza indirecta que si se
usa para apoyar a otros funciona mejor para ambos.
Año emocional 3
Año de
nuevas ideas y proyectos creativos, de expresión y comunicación. Suelen ocurrir
acontecimientos que estimulan el miedo (energía bruta para aprender a usar como
impulso) y también se agudiza la intuición. Aparecen nuevas posibilidades,
planes, aventuras y fantasías. Eso nos crea inseguridad, dudas, altibajos, que
pueden ser intensos, y también miedo como metáfora de esa fuerza creativa
bruta. Nuestras resistencias estarán más a flor de piel, estaremos más
sensibles y parecerá que ya no aguantamos nada o aguantamos menos. Sentimos el
impulso de dejar circunstancias o relaciones que parece que nos limitan. No es
un año de materializar externamente, el movimiento va por dentro y se expresa
comunicando, en como uno percibe desde dentro el mundo exterior. Nos interesa
descubrir como ocurren las cosas, como se crean los acontecimientos. Es un año
para darse cuenta de que no hace falta luchar en el mundo exterior para que
funcionen las cosas, que la clave es nuestro mundo interior y que si le hacemos
caso, las cosas externas parece que funcionan solas.
Uno de
los efectos que se produce cuando uno da paso a lo nuevo, es que también entra
nueva energía y se sitúa en un nuevo nivel de conciencia. Las cosas del pasado
que no están a ese nuevo nivel, salen.
Esas
cosas del pasado están en nuestro interior y la forma en la que pueden salir es
manifestándose físicamente en el mundo. A veces, esa manifestación externa, no
es del todo agradable porque hace algo de ruido. Es como ponerse a limpiar, al
principio se ve más sucio. Ese sonido más alto son las cosas del pasado
saliendo.
Cuando
algo del pasado sale, nos cuesta soltarlo. Puede hacerlo más fácil darnos
cuenta de que lo que nos cuesta soltar no es la parte material, sino el
sentimiento que llevamos dentro. Una forma de dar la libertad a ese sentimiento
y a las personas involucradas en él, es utilizar la materia como símbolo de esa
circunstancia, es decir los objetos que guardamos relacionados con ese pasado,
y al soltarlos liberar la energía enganchada en ellos, recuperando nuestra
energía y devolviendo el resto a quien le pertenezca. Así uno deja de tener
fragmentada su energía en el pasado y está toda disponible en el
presente.
Año
emocional 4
El 4
simboliza la energía tomando forma física, manifestándose materialmente. Así en
este año las cosas de nuestro mundo interior, como ideas, visiones, sueños, se
manifiestan físicamente, externamente. La otra cara de este aspecto es que si
sentimos, interiormente, que nuestra vida no evoluciona o está atascada,
exteriormente aparecen obstáculos o dificultades. Mantener ese último punto de
vista nos va a llevar a circunstancias en las que, de repente, parece que se
nos cierran todas las puertas.
Es
también un periodo de revisión de nuestras estructuras, familia, casa, trabajo
y todo lo relacionado con la estabilidad.
Puedes
vivir una metáfora de cambio de casa, o cambio del lugar dónde uno se siente en
su casa, como en el trabajo o como miembro de una organización o grupo, aunque
no tiene porqué ser permanente. Quizá por un tiempo vivir en otro sitio, o realizar
cambios dentro de la casa, trabajo o de posición en la misma empresa, o quizá
cambio de coche.
También
llaman la atención aspectos familiares, uniones, separaciones, nacimientos. Los
problemas físicos en el cuerpo, quizá en los huesos como metáfora de
estructura, o sufrir golpes son otra manifestación si se vive el año desde un
sentimiento de no avanzar o de obstáculo.
Es un
periodo para trabajar una dimensión más amplia que la paciencia, lo que podemos
llamar fe. Ver la vida paso a paso y confiar, manteniendo clara la intención de
dónde vamos y poniendo atención en el paso que estamos dando en ese momento. No
se puede hacer nada para tener más paciencia. Si intentamos ser más pacientes,
nos ponemos más nerviosos, más impacientes. Lo que si podemos hacer es tener
confianza. La confianza está en un nivel más amplio que la paciencia. Podemos
confiar en nosotros mismos o en los demás, pero la verdadera confianza es la
que tengamos en la vida, que también podemos llamar fe. La fe o certeza están
en un nivel más amplio que la confianza en nosotros mismos o en los demás. Así
se trasciende la paciencia, con confianza y certeza. Año para mantener tu fe
inquebrantable.
Año
emocional 5
En
este periodo dispondremos de mucha energía. La energía enfocada en dirección
nos dará acción, movimiento, libertad y variedad. Si no la enfocamos
hacia más de una persona o proyecto nos provocará nerviosismo y miedo. Es
un año para disfrutar de la variedad, para hacer muchas actividades diferentes,
con intensidad y por un corto periodo. Si estamos en movimiento, no nos va a
faltar energía, porque lo que quiere la energía es circular. Si nos quedamos
parados, nos consumirá y nos costará levantarnos del sofá.
Si no
hacemos circular la energía se bloquea y provoca tensión y dolor muscular.
Podemos experimentar dolores de espalda y de cabeza por esa falta de enfoque o
circulación. Este año nos sobra energía para nuestros proyectos y para hacerla
circular, hay que dársela a los demás, a cuantos más mejor. Es un periodo para
estar también al servicio de los proyectos de otras personas, aportándoles
nuestra colaboración desinteresada. Nuestro desafío será no intentar controlar
al otro, ni su proyecto. Es un desafío porque cuando aportamos nuestra energía
a un proyecto, nos gusta sentirnos parte de él. Eso nos hace dependientes y
este es un año para vivir la libertad. Para ser libre lo primero es dar
libertad al otro y a su proyecto. Ser libre es una paradoja, al final te
permite comprometerte totalmente.
Como
metáfora de movimiento y de estar al servicio de otros, es un periodo de viajes
cortos y frecuentes. Viajes para apoyar a otros, quizá de trabajo o personales
aunque no viajes de vacaciones. Es un año para vivir la libertad para ofrecerla
a los demás en forma de soltar el control. Podemos notar la energía en las
manos, esa energía es para dar. Etapa para deshacer las ataduras del pasado y
quedarnos con las manos libres para apoyar al otro.
Año
emocional 6
Año
para vivir el amor, a través de experiencias de amor total, de disfrutar
sintiéndose enamorado de todo. Es también un periodo para vivir el éxito, en
muchos casos aparentemente no merecido desde nuestro punto de vista, ya que nos
llega sin esforzarnos. También podemos elegir sentir que es injusto que el
éxito llegue ahora con tan poco esfuerzo, cuando creemos que lo hemos merecido
en muchas otras ocasiones y no ha llegado. Este periodo es una buena
oportunidad para darse cuenta de que el éxito es la opinión del otro y que se
va tan fácil como llega. Es igual de absurdo apegarse al éxito que al fracaso.
Si el
amor lo vivimos de forma apegada o dependiente, nos podemos sentir desde
abandonados a traicionados. Es posible que tengamos alguna buena excusa para
sentirnos así y también podemos utilizar esa circunstancia para darnos cuenta
que uno nunca está solo. Ahora mismo podemos elegir creer que este año nos van
a abandonar y sentirnos víctimas o que vamos a poder aprovechar esa
circunstancia de aparente soledad para darnos cuenta que toda la vida está con
nosotros y evolucionar.
También
podemos abandonar una relación, proyecto, circunstancia o trabajo porque nos
sentimos abandonados por él, es decir, ya no nos apoya.
Vamos a
trabajar también la responsabilidad: nos podemos ver agobiados por la
responsabilidad. Hay que descubrir que uno es sólo responsable en cada instante
de lo que tiene delante. La responsabilidad no va más lejos, la mente sí, y no
hace falta. La responsabilidad se convierte en un peso cuando la proyectamos al
futuro. Responsabilidad es capacidad de responder y eso es siempre en el
momento presente.
Nuestra
intuición está muy clara y es un buen periodo para la comunicación; hablamos
con mucha fluidez, aunque también podemos aparentemente meter la pata a través
de las cosas que decimos, aunque no por no tener razón, sino por sus
consecuencias.
Aparecen
desafíos de aceptación personal. Tenemos una idea de perfección o del mundo
ideal que es poco práctica y se convierte en inalcanzable. Nos hace falta bajar
esa idea de perfección a la tierra, algo más cercano para el primer paso.
Año
emocional 7
Año de
explorar nuevas posibilidades como si fueran distintos mundos; pueden ser en el
mundo del trabajo o personal, o tomar la forma de viajes: año para viajar; el
mundo nos recuerda que está ahí para visitarlo.
En
este periodo parece que los acontecimientos incrementan su intensidad; si antes
nos molestaba algo, ahora nos molesta más. Sube el volumen mental, si hay
silencio, se expande, si había ruido, ahora hay más. Sirve en este año, buscar
espacios de silencio en la naturaleza, o dedicar unos momentos al día a
observar la respiración soltando los pensamientos sin intervenir.
Pueden
aparecer aspectos de competencia, lucha o agresividad para lograr nuestros
objetivos. Suele haber bastante ruido mental “comerse el coco”. Tenemos muchas
cosas en la cabeza que nos parece que son importantes. Si intentamos
solucionarlas una por una no acaban nunca, pero si nos enfocamos en un contexto
más amplio, al que podemos acceder con los “Alimentos del Alma”, parece que las
otras cosas se solucionan solas o sin conflicto.
Es
buen momento para poner atención en las creencias que tenemos sobre el mundo
material, porque incrementan su intensidad y podemos verlas mejor. Si no
prestamos atención a este proceso, podemos creernos más el mundo material y ser
más dependientes de él.
Periodo
para desarrollar proyectos o ideas de forma racional hasta un punto en el que
la lógica se acaba y dónde el proyecto continúa con un salto al vacío creativo,
que representa el salto de la razón al corazón. Esa es una manera de alinearnos
con la energía 7 de este año para que las cosas funcionen: cuidar los detalles hasta
un punto en que toca soltarlo todo y confiar en que la vida siempre apoya.
Año
emocional 8
Año de
transformación o más concretamente de transmutación, un proceso alquímico de
salto de una dimensión a otra, muerte y regeneración; cómo la metáfora del
resurgir del ave fénix desde las cenizas. Nos acercamos al fin de ciclo
9. Dependiendo de la atención y sensibilidad de cada persona a esta
transmutación, hay quién empieza a notarla en el año 8 y quién la nota en el 9
donde es mucho más evidente.
También
es un año en el que se manifiesta poder a través de conseguir sueños u
objetivos, o a través de algún tipo de mando visible, donde las circunstancias
parece que nos sitúan en un punto donde debemos tomar decisiones que afectan a
otras personas. Es un año donde se manifiesta la metáfora de la final o la
muerte metafórica como proceso de transformación. El 8 representa el movimiento
de energía de un nivel a otro y eso requiere la muerte de un nivel para el
nacimiento del otro.
Se
producen saltos de energía, una llama nueva de energía que entra. Los años 8 y
9 pueden ser los más fuertes. Hay veces que el 1 aparenta más fuerte; eso
ocurre si no se acepta la transmutación en los años 8 y 9. Hay también buenas
oportunidades para vivir la muerte del ego. Es un periodo para confiar en que
todo va bien y experimentar la magia de la vida, sin que sea necesaria la
acción directa, ya que meter la mano o la tentación o acción de manipular juega
definitivamente en contra nuestro. Esa no intervención requiere poder, hay que
tomar el riesgo de no intervenir. Este año es suficiente tener una intención
clara sobre qué es lo mejor que puede pasar, dónde no es necesario intervenir
directamente para que todo fluya a su lugar.
Año
emocional 9
El año
9 marca el final de un ciclo. Cosas que hemos estado haciendo en los últimos
años dejan de interesarnos. Año de despedidas; el truco está en decir adiós y
dar las gracias por todo lo aportado. La vida nos apoya, pero no a nuestras
creencias de importancia personal. En este periodo no nos tiene lástima. Nos
hemos ido dejando cosas pendientes por el camino, llega el periodo 9 y es el
momento de pasar cuentas y ponerse al día.
Nos
toca trabajar el desapego. Tenemos la oportunidad de llegar a un punto donde
aceptemos los acontecimientos tal cual, sin tenernos lástima o resistirnos a la
despedida. Las cosas se acaban, quizá aspectos de relaciones o proyectos han
caducado y toca hacerlo de otra manera. Todo se está moviendo y lo peor que
podemos hacer es agarrarnos, porque cuanto más intentamos agarrarnos peor lo
pasamos. Podemos elegir entre la amargura de querer agarrarnos a algo que se
acabó o aceptar que eso está ya completo y que toca otra cosa, abriéndonos a lo
nuevo. Es un año que marca el inicio de cambios profundos, cambios de rumbo. Se
amplía el nivel de conciencia, las cosas se ven de otra manera y toca actuar en
consecuencia. Hay que poner la atención en lo que llega, que es donde están los
nuevos regalos, no en lo que se va, esos regalos ya los tuvimos, los
disfrutáramos o no: Es el momento de decir adiós y sentir gracias.
El
efecto de pasar cuentas hace también que den fruto semillas que plantamos hace
años en un terreno fértil y que quizá ya se nos olvidó regar. Es como haber
hecho un ingreso en un banco hace años, al ir a poner la cuenta al día, resulta
que encontramos todos los intereses.
Este
periodo es como una fiesta de despedida, la fiesta dura todo el año; el único
problema es que nos olvidemos de que estamos en una fiesta y a veces cuando
algo termina aparenta lo contrario a una fiesta: puedes convertirlo en una
fiesta de despedida. Es un año para disfrutar del momento de plenitud en el que
dices “ya está”, y es ahí donde se crea el vacío que atrae lo nuevo.
Para
que llegue lo nuevo hay que dejarle un espacio, hay que soltar lo viejo.
Textos
extraídos de: Contando
con tu Alma. Editorial Gaia
EL AÑO
EMOCIONAL
La
vida no es continua, es nueva a cada paso, o en cada respiración como dicen los
yoguis. Es posible que hayamos oído esta hermosa afirmación otras veces, y
¿realmente la hemos vivido? A través de la numerología del alma podemos
experimentar este movimiento en aspectos prácticos y concretos. Cada año tiene
una nueva energía que se puede apreciar, a veces, de forma sutil y otras
drásticamente. La importancia del año emocional es que permite, año tras año,
alinearse con ese movimiento relacionado con el sentir a todos los niveles.
Metafóricamente,
podríamos decir que la energía del año emocional es cómo un viento que sopla en
una dirección preferente cada año. Alinearse es poner la vela en la dirección
del viento. Un error que solemos cometer a menudo, es querer avanzar en línea
recta, sople el viento de donde sople. El único problema de las líneas rectas
es que no existen. Bien, sí existen, pero sólo en la mente, cuando pensamos que
la recta es el camino más corto entre A y B. Claro que eso es lo que nos
dijeron y sonó tan lógico que lo creímos, aunque era una verdad pequeña: una
línea recta es un producto de la lógica y la vida no la sigue. Las únicas
rectas que conocemos son las creadas por el hombre; en el Universo nada se
mueve en línea recta, ni los planetas, ni las estrellas, ni su luz, ni el
viento, ni los árboles, ni las partículas más diminutas… nada; Intentar avanzar
por la vida en línea recta no es lógico, es absurdo.
Los
cambios de dirección no están en nuestras manos, no podemos controlarlos; lo
que sí podemos hacer, que se convierte en todo lo necesario, es alinearnos con
ellos. Si nos permitimos alinearnos, parece que tenemos suerte y que nuestra
vida va sola o sin esfuerzo; es como estar en una canoa y dejar que te lleve la
corriente. Una forma práctica de alinearse es dejar de intentar remar en
ninguna dirección, simplemente dejarse llevar. Eso suena muy arriesgado porque
uno resiste su propio camino.
Aunque
el viento de la vida puede soplar en distinta dirección instante a instante, el
año emocional forma una gran corriente de aire que te lleva en un sentido determinado
y que puedes aprovechar. Cuando quieres alcanzar algo y parece que la vida sólo
te pone inconvenientes, quizá está ocurriendo algo y no lo estás escuchando o
atendiendo, lo estás pasando por alto. Pararte a escuchar te va a ser muy útil,
pero ¿cómo se escucha de forma nueva? Lo que le da sentido a cualquier
información es el contexto en el que está, y cuando éste cambia, el sentido
cambia también. El contexto del año emocional te va a dar un nuevo marco que te
va a permitir redescubrir esos acontecimientos con un sentido diferente: Los
obstáculos se convierten en indicadores de dirección, las piedras en diamantes,
las resistencias en dones y las dificultades en regalos.
Puedes
tener la tentación de utilizar esta información como una predicción, pero en
realidad no lo es, porque en cualquier año/instante puede ocurrir cualquier
cosa. Si imaginamos la vida como un flujo o como una corriente, podemos
utilizar el año emocional como la previsión anual del aire que va a soplar.
No hay
números ni años mejores que otros. Hay momentos en los que uno insiste en ir en
una dirección y las cosas que le ocurren van en la contraria. Cuando el viento
empieza a soplar, si insistes en ir en su contra puedes tener algún
contratiempo…
Siempre
somos libres para elegir la dirección que queremos seguir y si escuchamos, si
estamos atentos, todos los años son “buenos”.
El
futuro está en tus manos, se crea en el presente.
Josep
Soler
Extraído
de la página
©Paqui
Sánchez