VUELO
DESDE EL CORAZÓN
– Estoy
sobre una explanada de pasto verde y me elevo sobre el terreno –comienza Elena
su relato–, me deslizo en el aire a no más de veinte centímetros del suelo.
¡Cuánto disfruto el desplazarme con esa facilidad! Al estar suspendida en el
aire de ese modo siento energía saliendo de mi pecho todo el tiempo, como si
ese fuera el motor que me impulsa: mi corazón. Me doy cuenta de que ahora vuelo
con mayor control y más cerca de la tierra, no tan “elevada”, como si pudiera
usar el vuelo para lo cotidiano.
‹‹Quiero
mostrarle a la Maca lo que hago, le pregunto si me vio y me dice que no. ¡Cómo
no!, pienso yo; estoy haciendo algo tan maravilloso, tan fuera de lo común,
algo que creo todos quisieran lograr, ¿y no me ve? Para enseñarle cómo vuelo me alejo un poco y
me elevo. Hay más gente por ahí, pero sólo ella me ve, como si todos los demás
no pudieran apreciar la maravilla que hago. Y ella únicamente me ve porque le
pido que me mire.
‹‹Así
es que me alejo, me elevo y giro en el aire, doy muchas vueltas, rozando el
suelo, girando la cabeza hacia atrás, con una sensación maravillosa, sintiendo
la simplicidad de lo que hago, la elegancia y la alegría que me da. Me acerco a
una pared, pero sé que no voy a chocar con ella, aunque tenga los ojos
cerrados, pues al hacer eso, al volar de esa manera, accedo a algo elevado,
algo que me protege, no tengo que preocuparme de nada, simplemente es así. La
energía a la que accedo en sí misma trae autoprotección y autocuidado. Me
desperté inundada por una sensación maravillosa.
– Y me
imagino que ya sabes todo acerca de tu sueño, ¿o me equivoco? –sonríe Martina.
– Claro
que sé, ya estuve trabajando con él. Y es tan precioso, sutil y delicado, que
quise compartirlo con ustedes.
– ¡Entonces
cuéntanos!
– Bueno,
los elementos en primer lugar. ¿Qué es para mí volar? Es elevarme por sobre el
nivel terrenal; no avanzar simplemente con los pies, de forma rudimentaria y
lenta, sino que trasladarme con gracia y elegancia, de una manera totalmente
extraordinaria para el ser humano, más allá de las capacidades humanas
normales. A diferencia de otros sueños, aquí vuelo cerca de la tierra.
‹‹Entonces
me pregunté: ¿siento hoy que estoy elevándome por sobre las maneras normales de
operar del mundo y hago eso en los actos más cotidianos? Así es. Tengo la
sensación de que fluyo grácilmente con la vida, que ella me da todo lo que
necesito y que yo voy creando mi día a día casi sin pensar, sólo sintiendo
quien soy. Y, tal como en el sueño, lo que me impulsa es mi corazón.
– ¿Cómo
así, Elena? –se interesa Claudia, sentada justo frente a ella. – ¿Vas creando
con tu corazón?
– Claro,
Claudia. "Desde" mi corazón, diría yo. A partir de todo el trabajo
que he hecho conmigo misma me di cuenta hace un tiempo cómo yo me había creado
todas las experiencias por las que había atravesado hasta entonces, sin tener
ninguna conciencia de que lo hacía. Más bien creía que lo que experimentaba era
algo que simplemente me ocurría y muchas veces me quejaba de eso, de lo injusta
que a veces parecía ser la vida conmigo, sobre todo al ver que a otros les iba
mejor. Cuando tomé conciencia de que yo participaba en la creación de los
acontecimientos que llegaban a mi vida, todo comenzó a cambiar, pues entonces
quise crear lo mejor para mí, comenzando desde adentro hacia afuera. Es decir,
comencé a mirar qué había en mí que creaba una experiencia dolorosa afuera, y
trabajé en eso. Una y otra vez. Hasta que los dolores se fueron sanando, poco a
poco, y una suave energía de paz y equilibrio se fue instalando en mí. Y hoy
día me permito crear dejándome llevar por mi corazón, por aquello que me
apasiona.
-¿Y quién es Maca? -pregunta Valeria,
volviendo al sueño.
–Ah,
bueno, Maca es mi hermana menor. Yo siento respecto de ella que, en ciertos
aspectos, vive una vida desde el miedo. Vive una vida simple, lejos de
explicaciones espirituales o psicológicas. Ella me quiere mucho y yo a ella.
‹‹Lo
que siento que me quiere decir este sueño en esta parte es que yo puedo
mostrarle a gente cercana, a quien quiero y que me quiere, a personas que viven
desde el miedo, sin mayores cuestionamientos, lo que es vivir una vida más
conectada con el Sí Mismo, una vida vivida desde el corazón. Pero tiene que ser
de a poco, uno a uno, llamando su atención de algún modo. Y sólo si ellos están
dispuestos a ver.
‹‹Lo
maravilloso es que al final el sueño me muestra que si vivo desde el corazón no
puedo tener miedo, la energía me protege, pues esta energía amorosa que viene
desde mí trae en sí misma protección y cuidado. Que el amor es confianza. Y que
no hay nada que temer.
Edna
Wend-Erdel
©
Ahava Iesu
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