Y EN EL SILENCIO TE DESCUBRES...
El silencio te habla, sólo tienes que escucharlo
atentamente.
En el silencio encontrarás la paz que te hace falta, las
respuestas que necesitas tener y todo aquello que debes saber.
En el silencio reequilibras tu energía.
Practica la meditación en silencio y cosecharás
maravillosos momento contigo mism@, con tu yo superior, con tu esencia.
Comienza conectando tus pies con la Tierra, imagínate unas
hermosas raíces que salen desde la planta de tus pies y van profundizando en la
Tierra hasta encontrar su centro, el núcleo del Planeta, su parte más profunda
y cálida.
Cuando conectas con la Tierra estás haciéndolo con la
fuerza transmutadora más grande que existe. La Tierra actúa a modo de bálsamo
sobre ti limpiando tus energías, transformándolas en energías renovadas, en energías
positivas que vuelven a ti entrando de nuevo por tus hermosas raíces. Son
energías recargadas que te ayudarán a reequilibrar tu cuerpo y trabajarán así
mismo en tus cuerpos sutiles reajustado todo tu campo energético.
A la vez, a través de tu coronilla, donde se encuentra el
séptimo chakra, conectarás con la fuerza energética que viene del cielo, del
Padre. Recibirás un baño de energía, como una lluvia de estrellas de colores
blancos, dorados, azulados y rosados que te impregnarán por completo. Y
sentirás que estás en el lugar donde te corresponde, entre el Cielo y la Tierra sustentad@ por las dos fuerzas que te complementan y te indica tu lugar exacto en
este mundo.
Y una vez que has conectado con las dos energías, sentirás
que éstas se unen en ti formando una sola, te sentirás plen@, complet@ y te centrarás
en tu respiración e intentarás acallar tu mente, los pensamientos, las voces…
los dejarás correr sin prestarles atención y te sentirás livian@, sentirás la
paz de tu mundo interior, de tu silencio y la sensación de que puedes volar, de
que tienes libertad de dirigir tu vida hacia donde tú quieras.
No importa que haya ruido a tu alrededor, quizá al
principio sea molesto, el ruido está ahí para distraerte de tu verdadera misión,
para desorientarte, para alejarte de lo que verdaderamente quieres hacer. A
veces el ruido externo no es más que el reflejo de tu propio ruido interior,
por tanto, no luches contra él, conviértete en observador u observadora de ti
mism@ pero recuerda que no debes juzgar nada de lo que ves, de lo que sientes o
de lo que ocurra ni dentro de ti ni a tu alrededor. Simplemente observa, nada
más y entonces te darás cuenta de que no eres tu pensamiento, de que no eres tu
mente, sino algo que va mucho más allá, eres el SER, el todo y la nada al mismo
tiempo.
Si al principio sientes rabia o impotencia, no la retengas,
déjala salir sin lastimarte ni lastimar a otros. Para llegar a tu esencia, a
veces hay que pasar por arduos procesos de limpieza. En ocasiones es como si
estuvieras pelando una cebolla capa a capa y vas eliminando todo aquello que ya
no hace falta que continúe estando contigo. En ocasiones, ese proceso de desmembramiento puede resultar doloroso, pero merece absolutamente la alegría vivirlo.
Si esto ocurriera no te pre-ocupes, no te asustes, es una
señal de que todo está bien y es como debe ser.
…Y cuando estés en silencio haz aquellas preguntas que
sientes que necesitas que te sean respondidas, si es algo que debas saber, las
respuestas llegarán a ti, o de inmediato, de manera muy clara y concisa; o al
cabo de los días y a través de cualquier cosa. Una frase de un amigo, una
película, algo que leas, una conversación que escuches entre otras personas,
una canción… llegarán de manera muy sutil, pero llegarán aunque tarden tiempo en
hacerlo y lo harán justo en el momento adecuado para ello, incluso cuando ya no
lo recuerdes, pero no dudes que será en el momento en el que estés
preparad@ para obtener esa srespuestas.
Si te impacientas, no pasa nada, quizá necesites practicar un poco más la paciencia. Recuerda que todo es
perfecto, no venimos a juzgar, sino a vivir experiencias y a recordar a través de ellas.
Cuando estás en silencio, reconciliándote contigo mism@,
entras en una vibración de paz y amor donde todo es comprensión, donde no hay
jueces, donde el aprendizaje es siempre positivo.
En el silencio conectas contigo, con lo más hondo y más
profundo de ti, y en este estado es cuando tu alma te puede contar cuál es su
misión; en este lugar, en este momento es donde puedes sentir para qué estás
aquí, qué es aquello que has venido a hacer a la Tierra.
Nunca estás sol@, hay un montón de seres de luz cuidando de
ti, esperando a que despiertes para ayudarte en tu camino, pero tienes que
pedir la ayuda cuando sientas que lo necesitas porque si ellos intervinieran
sin tu petición estarían quebrantando el principio del Libre Albedrío y esta es
una de las principales Leyes fundamentales que rigen el Universo y además es inquebrantable.
Por tanto, pide ayuda, pide de corazón y serás escuchad@
volviendo de nuevo a la unidad.
Crea todos los días unos momentos íntimos, de soledad, de
silencio, de calma, de paz, de amor hacia ti mism@.
Regálate unos segundos contigo mism@ donde no exista nada
más que ese momento, donde consigas estar en el aquí y el ahora sin
pre-ocupaciones. Conecta con tu Yo Superior y vibra en el amor incondicional y
absoluto. Vibra en tu propia sinfonía que es una con el Universo pero con sus
propios matices que es lo que la hacen especial y única.
Regálate el Silencio cada día y ya no podrás vivir sin él.
Namasté.
©Fran S
©Fran S
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