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Somos puentes de Luz que unen la Tierra con el Cielo

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domingo, 20 de febrero de 2011

NO QUIERAS SER NADIE MÁS QUE TÚ MISMO




No os perdáis este vídeo, es muy gracioso 
y está cargado de una gran enseñanza


 NO INTENTES SER NADIE 
MÁS QUE TÚ MISMO
Somos perfectos seres de luz, únicos e irrepetibles, no necesitamos compararnos con los demás para saber si somos lo suficientemente buenos. Lo somos sin necesidad de probarnos o compararnos. Lo somos simplemente por el hecho de que todos, absolutamente todos estamos hechos a imagen y semejanza de Dios, llevamos en nosotros parte de su energía creadora y esa luz es la que nos hace iguales y nos hace uno con la energía, con el Universo. El resto es lo individual, lo que nos diferencia y nos hace genuinos, pero no tiene porqué separarnos.

Cada individuo es una expresión individual de sí mismo, por tanto no necesita continuar con el rol que le hace tender a seguir los patrones familiares o de otras personas, cada cual debe conseguir su propia manera de sentir, de pensar y de actuar. Lo importante es que estas tres cosas, el sentir, el pensar y el actuar vayan en la misma línea de actuación. Cuando es así estás en ti, en tu centro de gravedad permanente y nada, absolutamente nada de lo que ocurra a tu alrededor o llegue a ti te podrá sacar de tu centro. No digo que no vaya a afectarte, pues es evidente que todo lo que ocurre en nuestro entorno, de un modo u otro nos repercute porque cuando algo cambia, todo cambia envolviéndonos en esa onda vibracional que nos  obliga en cierto sentido a movernos. Pero no hasta el punto de que pierdas tu centro, tu identidad.

La vida no es una competición, no tenemos que “ganar” nada ni a nadie. Si competimos nos separamos incluso pudiendo llegar al extremo de lastimarnos, si trabajamos en equipo todos ganamos porque unos aprendemos de los otros, entendiendo que las cosas se pueden hacer de muchas maneras diferentes y todas son válidas. Y en lugar de pensar que nuestra manera de actuar es la mejor, comprender que a veces probar otras cosas nos puede aportar conocimiento  y  sabiduría, toda vez que una experiencia nueva, incluso puede acabar gustándonos. No tenemos porqué hacer las cosas siempre de la misma manera. Reinvéntate cada día, no vivas convertido en prisionero de tu propia rutina.

Es momento de reencontrarte contigo mismo, de ofrecerte una tregua de paz, comprensión y amor. Realmente, si lo piensas bien, es lo que más falta te hace, reconciliarte contigo mismo, perdonarte por todo eso que ronda en tu cabeza y no te deja descansar ni de noche ni de día, pues cuando la mente deja de estar ocupada la inunda de nuevo una y otra vez de inquietud, de preocupación, de culpa.

Ponte delante de un espejo, mírate a los ojos y obsérvate. ¿Qué sientes? ¿Qué ves? Siente lo valioso que eres y date cuenta de que no necesitas realmente compararte con nadie para ser tú mismo. Quien eres, es lo suficientemente bueno por sí mismo como para merecer la oportunidad de SER.

Para liberarte, perdónate, acéptate, ámate. Si no eres capaz de hacer esto por ti, no podrás hacerlo por nadie.

Las conquistas y recompensas externas son efímeras, la búsqueda del reconocimiento externo es una pérdida de tiempo y de energía pues no es más que una delegación de tu poder interno en los demás. Cuando estás en ti, recuperas tu poder, entonces puedes centrarte en dar lo mejor de ti y en poner todo tu amor en aquello que haces sin necesidad de que otro venga y te diga lo bueno que eres en lo que estás haciendo. La necesidad de adulación por parte de los demás es falta de autoestima, de confianza en ti mimo y es una mentira que quieres creer porque te hace sentir bien, pero no es lo que necesitas.

Es dentro donde te tienes que reconocer, sin aduladores externos que inflen tu ego e igual que te dan, te quitan. Eres tú quien tienes el poder de hacerlo, de encontrar tu valía y tu reconocimiento. Tu sabiduría interna te ayudará. ¡Si en realidad no necesitas nada del afuera para ser feliz! Todo está en ti, tu potencial, tu sabiduría, la respuesta a quién eres y qué has venido a hacer. Todo lo pusieron dentro de ti para que no lo perdieras, pero como no lo recuerdas pasas el tiempo buscando fuera lo que siempre ha estado contigo donde no podías extraviarlo.

Sé honesto contigo mismo y deja a un lado la banalidad para reconocer todo tu potencial, todo lo bueno que hay en ti y darle el valor adecuado. Y con la misma honestidad descubre todo aquello que aún no te has permitido, principalmente por miedo o por no creerte válido o lo suficientemente bueno, por infravalorarte. Para poder cambiar has de ser consciente de tu realidad, sin distorsiones ni hacia un lado  ni hacia el otro, en equilibrio, para ello conviértete en observador, en un observador que no juzga, tan sólo observa.

Sé agradecido, aprende a agradecer por todo aquello que tienes y vive con alegría por haberlo conseguido. Si te centras en lo que te falta (que es lo que normalmente hacemos), tu vida se llenará de amargura y ansiedad. Vive hoy, vive ahora y no te pre-ocupes tanto…, deja que el mañana te sorprenda. Si tienes confianza las sorpresas siempre serán agradables o al menos llevaderas.

Recuerda que la adversidad y el tropiezo son tus maestros que vienen a probarte constantemente, pero si estás contigo, si cuentas contigo, los sabrás superar aprendiendo cada lección que está preparada para ti, para tu evolución y desarrollo personal y espiritual.

Te repito de nuevo que eres tú, que eres único, que eres irrepetible, singular y genuino. Que eres una luciérnaga que brilla con luz propia y como eres consciente de ello no necesitas ver si tu luz es más potente o menos que las de los que te rodean. Es tu luz, y si quieres hacerla brillar más sólo depende de ti, tus herramientas son múltiples y variadas y están dentro de ti para no perderlas y puedas escoger las que necesitas en cada momento.

Mantén al ego en su sitio, ese prepotente sabelotodo sólo quiere aparentar que es más guapo, más listo y más inteligente y que lo sabe todo y no se equivoca nunca… pero es sólo APARIENCIA. Quiere controlar todo lo que haces en cada momento, pero tú no eres el ego y quien verdaderamente ha de controlarlo a él debes ser tú.

Por Paqui Sánchez


©Paqui Sánchez ~ Namasté

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