Simplemente Gracias
Empezamos
de nuevo, según las tradiciones y el calendario gregoriano, hoy empieza un
nuevo año, un nuevo ciclo, nuevas ilusiones, sueños, deseos y propósitos. Hoy hay
alegría e ilusión puesta en estos 365 días que nos regala este 2019. Esperamos que
este año nos dé lo mejor, nos ofrezca buenos momentos, abundancia, salud,
prosperidad. Que nos bendiga con todo aquello que necesitamos y sea el año en
el que podamos cumplir algunos de nuestros sueños y mejorar nuestras vidas.
Tenemos 365
oportunidades para ser felices y aunque parezca una utopía, podríamos conseguir
fácilmente que esos 365 días fueran felices todos y cada uno de ellos. Quizá te
preguntes cómo conseguir algo así. ¿Ser feliz 365 días seguidos? ¿Seguro que se
puede ser feliz durante tanto tiempo?
Si
tenemos en cuenta que la felicidad es un estado vibratorio en el que cada uno
puede elegir libremente vivir, mi respuesta es: “Sí, se puede”. Se puede cuando
haces que tu felicidad dependa solo de ti, cuando no permites que tu estado de
ánimo se deje influir por lo que existe y se mueve fuera de ti, sino que éste
se centre en el agradecimiento y en la alegría de todo lo bueno que hay en tu
vida. No estoy diciendo que sea fácil, solo que es posible.
Observando
el comportamiento del ser humano, de las personas que nos rodean, de nosotros
mismos, es curioso darnos cuenta que la mayor parte del tiempo vivimos centrados
en aquello que pensamos que aún nos falta, en lo que todavía no hemos conseguido,
en lo que no tenemos…
Convertimos
la vida en un “tener”, un “desear” continuamente lo que otros “tienen” con la
idea puesta en que cuando adquiramos o consigamos aquello que “deseamos”
seremos inmensamente felices. Sin ser conscientes de ello, estamos poniendo
nuestra “felicidad” en cosas externas a nosotros mismos, que en muchas
ocasiones ni tan siquiera dependerá de nosotros conseguirlas. Y si ocurriera, si
por casualidad consiguiéramos aquello que supuestamente nos va a dar esa tan
ansiada felicidad, nos bastarán unos segundos para darnos cuenta de que no nos
llena lo suficiente, que no es lo que pensábamos, que no era realmente lo que
queríamos, que seguimos sintiendo una especie de “vacío” difícil de llenar. Y seguramente
nos centraremos en otro objetivo a conseguir donde pondremos de nuevo nuestra
esperanza y “felicidad”.
Esta es
la manera de actuar de muchos de nosotros. ¿Qué nos pasa? ¿Qué nos falta? ¿Por
qué nunca es suficiente?
Probablemente
porque no somos lo suficientemente agradecidos y tal vez porque tampoco
entendamos lo que significa el término “felicidad” o el concepto de “ser feliz”.
Yo diría
que no es vivir en una burbuja donde nos escondemos para que la realidad del
mundo que nos rodea no nos afecte, no es vivir en el mundo de Yupi, ni estar
todo el día de jijí-jajá, ni tampoco es no enfrentar problemas y aprender a
solucionarlos.
Es centrarnos
más en aquello que sí tenemos, en valorar nuestros logros y agradecer por ellos.
Es sentir gratitud por todo lo que la vida nos regala. Es centrarnos más en esas
pequeñas cosas que son las que hacen la diferencia, en una sonrisa, en un
pequeño detalle o gesto, en un amanecer, en un paseo por el bosque, en un
atardecer, en la degustación de un café con las amigas o las primas, en una
charla con compañeros del trabajo, en compartirnos con nuestros seres queridos,
la familia, los amigos… en tantas y tantas pequeñas cosas que nos tocan el
corazón y nos acarician el alma.
Es
respirar y sentir el regalo del eterno “ahora”. Adquirir la costumbre de
agradecer cada día, en cada pequeña ocasión, en cada oportunidad. Tanto al
despertar como a la hora de ir a descansar.
Creo que
es urgente aprender a AGRADECER, a agradecer de verdad, desde el corazón. La
gratitud es una energía capaz de cambiarlo todo, de transformarnos y
transformar lo que tenemos en suficiente. Quien se centra en la gratitud es
capaz de cambiar su vida porque deja de focalizarse en aquello que cree que le
falta, porque quien está agradeciendo deja de centrarse en la queja y empieza a
actuar desde el corazón y con el alma.
Por tanto
si he de desear algo, este año deseo que la humanidad al completo sea más
agradecida. Y tú eres parte de la humanidad, si tú cambias tu actitud de queja
a una de agradecimiento podrás ser testigo de los milagros que se producirán en
tu vida. Empecemos a agradecer cada pequeña cosa, porque quien no sabe agradecer lo pequeño, tampoco sabrá agradecer lo grandioso.
Mientras
sigamos centrados en aquello que creemos que nos falta, nunca llegaremos a
tener suficiente.
Mi primer
y más importante propósito para este año: “Ser mucho más agradecida”,
agradecida por todo lo que hay en mi vida, agradecida por todo lo que llegue a mi
vida, porque tanto si mi mente lo juzga como positivo o negativo, si llega a mí
es porque tengo algo que aprender de ello.
Este es el
primer día de este año y quiero compartir con todos vosotros este “Gracias” por
todo, que me sale del alma.
©Paqui
Sánchez
©Paqui
Sánchez
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