¿Qué está pasando en el Planeta Tierra?
Huracanes,
terremotos, tormentas solares... Mi intuición me dice que estos tres fenómenos
no están aislados. Pero claro, mi intuición no es “científica”.
La Tierra,
nuestro querido planeta, está soltando y liberándose de todo aquello que no le
sirve para recibir lo nuevo, como deberíamos estar haciendo nosotros, y lo hace
a su manera. Puede que sus formas sean un poco duras para el ser humano, pero también
es cierto que el ser humano muchas veces en su ego se comporta como un necio y no respeta a las fuerzas de
la naturaleza.
Habitamos los
cauces de los ríos porque es lo que nos interesa sin pensar que, aunque no haya
pasado nada en cientos de años, ese es el lecho del río y éste puede volver a
tomarlo de forma salvaje en cualquier momento. Y por supuesto, pagamos nuestra
imprudencia con vidas humanas y pérdidas materiales. Sabemos que hay zonas
peligrosas por su predisposición a posibles catástrofes naturales, pero nos
gusta estar ahí porque quizá nunca pase nada, pensando quizá que estamos por encima del poder de la naturaleza… Miramos y grabamos con los
móviles grandes deslizamientos de tierra en el Himalaya y no nos cuestionamos
que parte del desmantelamiento de esta cadena montañosa pueda tener una
repercusión en otro punto del planeta (como ocurre en el ser humano cuando
presenta un dolor en un lugar de su cuerpo y ese dolor puede ser el reflejo de
otro punto del cuerpo donde realmente está el problema), sin embargo sólo nos
interesa estar en primera fila para que nuestra grabación sea la mejor. En
Corea del Norte siguen sintiéndose orgullosos de los terremotos y
deslizamientos de tierra que están provocando gracias a sus “pruebas nucleares”.
Nosotros, los
humanos, no respetamos a la tierra ni somos muy amables con ella. Ensuciamos,
vertemos todo tipo de sustancias nocivas para nuestras aguas, para la
atmósfera, para la tierra, para nosotros mismos… No somos capaces ni de ir a la
playa o la montaña y de recoger nuestros propios desperdicios si comemos allí. Arrojamos
las colillas donde nos place, sin pensar que un niño que esté correteando por
la playa pueda pisarlas con sus piececitos descalzos o tal vez algún adulto,
dejamos vasos de plástico, platos o cubiertos olvidados en la arena. Tiramos
por el bosque o la montaña todo aquello que nos va sobrando (latas de cerveza, de refrescos, plásticos, papel de plata, colillas (demostrando una vez más nuestra propia incongruencia), etc.
Es cierto que
toda la responsabilidad no es nuestra y a veces tienen lugar catástrofes
naturales en lugares donde no suelen ser propicias, pero en otras ocasiones
podríamos haber evitado poner en peligro vidas humanas y no lo hemos hecho
porque hay intereses económicos que están por encima del valor de esas vidas.
En estos momentos estoy escuchando de todo, hay quienes hablan de portales energéticos que se abren, hay quienes dicen que los huracanes y el terremoto son la respuesta de la Madre Tierra por como tratamos al planeta y a la basura emocional y física que vertemos en él… Hay quienes afirman que los huracanes son “artificiales” y están siendo provocados por los humanos y el gobierno secreto. Sin ir más lejos, el Dr. Michio Kaku, durante una entrevista en la CBS, Physicist noticias, manifestó que los cielos han sido rociados con nanopartículas y las tormentas se “activan” con “láseres”. También se habla del HAARP, definido como el proyecto de EE.UU. para controlar el clima con máquinas de forma artificial… Y hay quienes no se cuestionan nada y simplemente hablan de catástrofes naturales y se ven arrastrados por la catástrofe y la impotencia de sentir que no pueden hacer nada.
En estos
momentos la situación está así, fractura en la placa tectónica de México (que
no roce entre placas) con un potente terremoto como consecuencia y cerca de 60
vidas humanas perdidas hasta ahora, tres huracanes (Irma, Katia y José) llegando a las
islas del Caribe, zona del Golfo de México y la península de Florida (si no desvían su trayectoria). Texas
arrasada hace unas semanas por el Harvey, la India inundada por los Monzones,
incendios de graves consecuencias en la costa del nordeste del pacífico.
Si soy sincera,
debo confesar que tengo mis dudas de que la Tierra nos esté pagando con la
misma moneda y nos esté tratando del mismo modo que nosotros a ella. Dudo que
lo que está ocurriendo en estos últimos días sea consecuencia de nuestros malos
pensamientos, envidias y basuras emocionales. Dudo que sea consecuencia del
maltrato físico al que sometemos a la Pachamama a diario.
Nosotros sí que
seríamos capaces de actuar así, pero ¿la Madre Tierra? Creo que no, aunque “piense
el ladrón que todos son de su condición”.
Siento que la
consciencia de la Madre Tierra es mucho mayor que la nuestra, que ella no está ya
en el “ojo por ojo y diente por diente”, siento que Gaia ha superado ya este
punto y no nos lleva cuentas de lo mal que la tratamos para devolvernos el
dolor con dolor y el sufrimiento con sufrimiento.
Pienso que
nuestra Tierra está evolucionando, como nosotros mismos, y cuando un portal
energético se abre, aprovecha esa energía para crecer y evolucionar. Para soltar
lo viejo y recibir lo nuevo… Siento que estos desastres naturales están más
relacionados con la propia evolución del planeta que con la mala intención de
dañar al ser humano. ¿Pero no estarán siendo ayudados por la mala intención del
ser humano hacia ella? ¿Habrá verdaderamente intereses de ese llamado “gobierno
secreto”, si existiese, de provocar estos desastres naturales gratuitamente?
¿Es eso posible? ¿Qué intereses ocultos puede haber detrás de todo esto? La semilla
de la duda empieza a bucear entre mis pensamientos…
La Pachamama se
sacude y se libera (¿de forma natural o provocado y con qué intereses?) y
nosotros, por ende, al ser sus huéspedes, también nos sacudimos con ella
(aunque no seamos tan conscientes como ella de lo que está ocurriendo). Repito,
no siempre es nuestra responsabilidad, pero lo que está ocurriendo sí es algo
que hemos acordado y aceptado antes de venir aquí.
Estamos
teniendo unos días de caos exterior y lo que siento que hemos de hacer es
alinearnos y ordenarnos para estar equilibrados por dentro y de ese modo contribuir
a reestablecer el orden mundial.
En estos
momentos necesitamos enfoque. Enfoquémonos en aquello que deseamos crear, en
aquel punto al que deseamos llegar y en poner nuestra intención y atención en
ese enfoque, en llenar de luz lo que tenemos delante, en hacerlo brillar y en
materializarlo.
Al margen de
todo, dudas incluidas, nuevos códigos de luz descienden sobre nosotros, la
fuerte llamarada solar que tuvo lugar hace unos días llega este fin de semana
al planeta cargada de energía y ofreciendo una posibilidad de cambio.
La energía que
llega del sol se manifiesta de maneras muy diferentes en el ser humano y no siempre
de forma positiva, habrá quienes padezcan dolores de cabeza, mareos, sensación
de desequilibrios y malestar, estados de ansiedad, cansancio, apatía, insomnio, quienes se llenen de risas,
de lágrimas, etc. Y también habrá quien lo lleve
estupendamente y no note nada raro. Pero eso será como máximo unos días, el resultado de recibir
esa energía será la posibilidad de aceptar esos nuevos códigos y cambios en el
ADN y poder soltar lo ancestral que ya no nos sirve.
Todo esto sucediendo unos días antes del equinoccio.
Todo esto sucediendo unos días antes del equinoccio.
Para quien
sienta a la tierra en sus entrañas y todos estos cambios les impidan estar
bien, recomiendo que descansen todo lo que puedan, que hagan meditación, que apliquen
alguna técnica de relajación, que trabajen con cuarzos y minerales, que hagan actividades que les ayuden a calmarse,
como pasear, leer, escribir, bailar, correr (es diferente para cada persona, pero cada
uno siente lo que ha de hacer). Abrácense, ámense y sepan que esto también
pasará.
Abracémonos
juntos, unamos nuestras manos, nuestros corazones y elevemos nuestra plegarias al Cielo, cantemos. Abracemos al Planeta Tierra entre todos. Entreguémonos a
la luz y envolvamos con luz a nuestra querida Pachamama. Pongamos luz y amor en
todos aquellos puntos del planeta en los que se está sufriendo tanto por
catástrofes “naturales” como por gobiernos agresivos y/o abusivos.
Ojalá y seamos
capaces de recuperar el respeto los unos por los otros y por la Madre Tierra, el
lugar que nos ofrece todo lo que tiene en abundancia y de manera desinteresada para que podamos
tener una vida digna y feliz.
Una vez más, Gracias Gaia.
Una vez más, Gracias Gaia.
©Paqui Sánchez
©Paqui Sánchez
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