CAMINO DEL SOLSTICIO DE INVIERNO
El director del Observatorio Astronómico
Nacional (IGN) nos presenta los fenómenos más atractivos que tendrán
lugar en la bóveda celeste este mes: planetas, eclipses, lluvias de meteoros,
curiosidades cósmicas y toda la información para disfrutar del Cosmos.
El invierno entra en el
Hemisferio Norte, y el verano en el Sur, el día 22 de diciembre a las 0h3m,
hora peninsular. Es entonces cuando el Sol alcanza el Trópico de Capricornio en
su posición más austral posible. El emplazamiento del Sol a mediodía no cambia
apreciablemente en el cielo durante varios días, y de ahí proviene el término 'solsticio'
que significa 'Sol quieto'. Ese día, el más corto del año en el Hemisferio
Norte, durará en Madrid 9 horas y 17 minutos, mientras que la noche casi tendrá
15 horas de duración dejando mucho tiempo para la observación del cielo. Pero
por extraño que parezca, el día más corto del año no es el día en que el Sol
sale más tarde y se pone antes. Ello es debido a que la órbita de la Tierra es
una elipse y que el eje de esta elipse no tiene nada que ver con la inclinación
del eje terrestre que define las estaciones. El atardecer más temprano tendrá
lugar el día 8 diciembre, mientras que el amanecer más tardío se producirá el 4
de enero de 2015. Este
invierno boreal durará 88 días y 23 horas, y terminará el 20 de
marzo de 2015, fecha en la que se producirá un eclipse de Sol que será visible
desde España como un eclipse parcial.
Las estaciones suceden debido a
la inclinación del eje de la Tierra, una inclinación que, como hemos dicho, no
tiene relación con la forma elíptica de la órbita. Se da la circunstancia
paradójica de que el invierno del Hemisferio Norte llega cuando la Tierra, en
su movimiento elíptico alrededor del Sol, se encuentra lo más cerca posible del
astro rey. El punto más cercano, denominado perihelio, se alcanzará el 4 de enero de 2015,
cuando la Tierra se encuentre a unos 147 millones de kilómetros del Sol, esto
es, 5 millones de kilómetros más cerca que en la posición del afelio por la que
pasamos el 4 de julio pasado.
La fase de luna llena sucederá el
día 6 de diciembre. Debido a la proximidad del solsticio de invierno, a esta
Luna se la suele llamar 'Luna
de las noches largas'. La Luna pasará por el punto más alejado
de la Tierra, el apogeo, el día 12, a 404.296 kilómetros de la Tierra. Mientras
que en el perigeo, el día de
Nochebuena (24 de diciembre) estará a tan solo 364.819 kilómetros.
La fase de luna nueva tendrá lugar el día 22, cuando entre el invierno. Así
pues, la noche más larga del año será también una de las más oscuras.
Este mes podremos disfrutar de la
observación de Venus, Marte,
Júpiter y Saturno. Venus, en Sagitario, sigue próximo a la visual
al Sol, pero será visible durante un momento justo al anochecer. Marte, en la
constelación de Capricornio, podrá ser visto durante las 2 ó 3 primeras horas
de la noche por el Oeste. Saturno, en Libra, será visible durante un par de
horas al despuntar el día, estará muy cerca del fino filo la Luna menguante el
día 19. El gigante Júpiter, que se encuentra entre Cáncer y Leo, se levantará a
eso de las 22h y será visible durante el resto de la noche hasta el amanecer.
Estará muy cerca de la Luna a mediados de mes, por ejemplo el día 12 después de
la medianoche, hacia el Este, se verá brillante y muy cercano de la estrella
Régulo y del cuarto menguante de la Luna.
Entre el 7 y el 17 del mes tendrá
lugar la lluvia de las Gemínidas. Su máximo de actividad tendrá lugar los días
13 y 14 de diciembre, durante el cuarto menguante. Las Gemínidas que, como su
nombre indica, tienen su radiante en la constelación de Géminis, constituyen
una lluvia de meteoros muy peculiar, pues no está ocasionada como las otras mayores,
por un cometa, sino que está producida por fragmentos del asteroide 3200 Faetón
que fue descubierto en 1982. En su máximo de actividad, las Gemínidas pueden ocasionar hasta 150
meteoros por hora, un número similar al de las Cuadrántidas
(que observaremos en enero) que hace de ellas las lluvias más activas de todo
el año. Las Úrsidas, con
radiante en la Osa Menor, son una lluvia de mucha menor actividad (unos
diez meteoros por hora), pero su máximo sucederá exactamente el día 22, en la
noche del solsticio que es una noche sin Luna, por lo que merecerá la pena
levantar la vista al cielo que estará muy oscuro para intentar divisar alguna.
Diciembre es el mes perfecto para
observar una de las
constelaciones más bellas y más sobresalientes del cielo: Orión.
Es una constelación que puede ser observada tanto desde el Hemisferio Norte
como desde el Sur, por lo que ha sido conocida por las culturas de todo el
planeta. Las dos estrellas más brillantes de esta constelación, Rigel y
Betelgeuse, se encuentran entre las diez más brillantes del cielo. En la
constelación de Orión se encuentran algunas
de las nebulosas interestelares más espectaculares, grandes
nubes de gas y polvo que abarcan casi toda la constelación. Se encuentran a
unos 1.500 años luz de la Tierra y constituyen la región más cercana donde
puede observarse la formación de estrellas masivas.
Rafael Bachiller Y Mario Viciosa
©Ahava
Iesu
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