EL DÍA
QUE DESCUBRÍ MIS PODERES
Hoy me levanté tempranito.
Tuve un sueño precioso. Eran siete ángeles con trajes de distintos colores. Y
me decían:
- Te hemos traído un regalo.
Toma, este paquete es para ti, pero nos tienes que prometer que lo vas a
compartir con todos tus amigos.
Yo me quedé muy contento, pero
también algo sorprendido ¿Qué habrá en el paquete? ¿Serán juguetes? ¿Serán
golosinas? ¿O libros de comic?
Pero bueno…, hice la promesa.
Cuando abrí la caja, ¡me quedé boquiabierto! Salieron de golpe siete
rayos de distintos colores. Empezaron a rodearme. ¡Y sentí algo
increíble! Me sentí muy bien, muy alegre, era como si de repente fuese el
niño más feliz del mundo. Los ángeles me miraban y sonreían.
Pero después, de
lejos, se oía algo… algo que me alejaba de esta magia… ¡Ay Dios! ¡Era el
despertador! ¿Cómo me había podido equivocar? Hoy era sábado, y
anoche yo había puesto el despertador pensando que hoy también tenía cole… ¡Qué
rabia!
Más tarde, después de
desayunar, me quedé pensando en el sueño. ¿Qué significaban esos rayos? ¿Cómo
los podía compartir con mis amigos? Y se me ocurrió una idea. Esta tarde, voy a
ir al cumpleaños de Javi, mi mejor amigo. Allí voy a ver a su hermana
mayor, Judith, que entiende algo sobre los ángeles y veré si me puede explicar
algo sobre ellos.
Llegué allí un poco antes de
tiempo, ¡Parece ser que era mi día de suerte! Javi se estaba vistiendo, y
Judith me pidió ayuda para colgar los globos. Y yo, tan contento, aproveché
para contarle mi maravilloso sueño, aquel que se me había quedado a medias por
culpa del despertador. Al terminar de contarlo, Judith me dijo:
- ¡Con razón traes tan buena
cara hoy! Pues mira Daniel te voy a explicar, los siete ángeles que aparecieron
en tu sueño son en realidad los 7 Arcángeles que te ofrecían los 7 rayos
que encontraste en la caja.
-¿Y qué son los
arcángeles? – quise saber.
- Son los ángeles más
elevados, los más importantes que hay, y quieren que nosotros ayudemos al
planeta Tierra, de la manera más sencilla, para que no haya guerras, hambre y
sufrimiento. Por eso nos ofrecen estos 7 rayos. ¿Qué te parece? –
preguntó Judith.
De momento todo parecía muy
interesante. Pero no entendí una cosa ¿Qué pintábamos allí mis amigos y
yo? Porque estos poderes los tienen los arcángeles, nosotros somos personas.
Judith parecía que leía mis pensamientos, porque dijo:
- No te preocupes Daniel,
ahora nosotros, las personas, también podemos usar estos rayos. Cada rayo nos
puede ayudar en las distintas dificultades que podemos encontrarnos en la vida.
Por ejemplo, el rayo AZUL del Arcángel San Miguel nos puede ayudar a superar
nuestros miedos y nuestras dudas, el rayo DORADO (o amarillo) del Arcángel Jofiel nos puede ayudar
a ser más sabios.
- ¿Sabios? ¿Y qué significa
eso Judith?
- Los sabios son los que saben
mucho, son inteligentes y hacen las cosas pensándolas y con cuidado de no
perjudicar a nadie. El siguiente es el rayo ROSA del Arcángel Samuel,
y es para sentirnos llenos de Amor. El rayo BLANCO (o plateado) del Arcángel San Gabriel es para la
pureza, nos da alegría y felicidad, y nos ayuda a comprender que todos somos
bellos aunque a veces no lo parezca.
- Judith, perdona un
momento, ¿Pero es importante saber los nombres de los arcángeles? – ella sonrió
y dijo que lo importante era trabajar, los nombres eran por si alguien los
quería saber. ¿Seguimos? Bueno, el rayo VERDE del Arcángel San Rafael es para la sanación, el
rayo ORO RUBI
(o naranja) del Arcángel Uriel es para la abundancia y la paz y el último, el
rayo VIOLETA
del Arcángel Zadquiel es para transmutar o cambiar los pensamientos que
nos hacen sentir mal por pensamientos de alegría.
- ¿Y éste último sirve
también para los sentimientos de culpabilidad?
- ¡Claro que sí! Para la
culpabilidad, para la rabia y muchas cosas más.
- Entonces, ¿Es verdad lo
que decía Judith? ¡Nuestros problemas empezarán
a desaparecer en cuestión de segundos!
Pero Judith me corrigió:
- ¡No te dije en cuestión
de segundos!
El tiempo depende de cada una
de las personas, puede tardar unos días, unas semanas, unos meses, no sé
depende de los Arcángeles, ellos calculan el tiempo que necesita cada persona
para sentirse realmente felices. ¿Comprendes ahora?
Al parecer, nuestro
trabajo era enviar los rayos a la persona o al lugar correspondiente, confiando
en que llegarían allí, sin tener prisa para conseguir los resultados. Y aunque
la situación cambie o no, la persona dejará de sentir el sufrimiento y se
sentirá en paz, que es lo más importante. ¡Ah ya! Creo que voy comprendiendo,
no se trata de ninguna broma, sino de algo serio…
Judith siguió:
- Todos nosotros tenemos estos regalitos en nuestras
manos, unos poderes que con el tiempo y la práctica pueden ir aumentando. Lo
que pasa es que no nos damos cuenta de que lo tenemos. La caja que te dieron
los Arcángeles, era para recordarte el poder que tienes en tus manos. Y ahora,
tú tienes que recordárselo a los demás, aunque antes tendrás que practicarlo tú
para poder explicarles mejor.
Mientras estábamos hablando,
oímos a Javi llamando a Judith.
- ¿Qué pasa, Javi? –
preguntó Judith.
Y Javi, algo triste, respondió:
- Es que cuando me miro en el
espejo me veo bajito, feo, la cara llena de granitos…, aquellos chicos tenían
razón.
A ver Daniel, ahora, dime tú
que ya has aprendido un poco sobre los rayos, ¿Cómo podemos ayudar a
Javi?
- Creo que debemos de
ayudarle con el rayo BLANCO,
el de la pureza. ¿Pero cómo funciona esto?
- Es muy fácil – dijo
Judith – Sólo tienes que sentir, desde el fondo de tu corazón que estás
mandando luz blanca a Javi. Es como si él tuviese una lámpara encima de ella,
cubriéndole de una luz blanca, que cada vez se va haciendo más intensa.
- Y esto se hace con los ojos
abiertos o cerrados? – pregunté yo.
- En principio es mejor que
los ojos estén cerrados para poder relajarse y concentrar mejor. Pero con el
tiempo y la práctica, puedes hacerlo con los abiertos. Deja que fluya tu
imaginación. Puedes repetir varias veces al día, incluso unos minutos cada día,
hasta que lo veas necesario – dijo Judith.
Así que cerré los ojos y
empecé a mandar luz blanca a Javi. Cuando abrí los ojos, me sentía muy bien,
casi igual que en mi sueño. Y Javi también parecía tener mejor cara.
- Ahora, vamos fuera al salón
– dijo Judith –, los demás niños estarán llegando. Otro día seguiremos
hablando.
La tarde pasó volando, entre
los juegos, las golosinas, la tarta y ahora la piñata. En cuanto Javi arrancó
la cuerda, todos nos tiramos unos encima de otros, intentando coger más
chuches. Y como muchas veces suele pasar, un niño se hizo daño en el pie, y
empezó a llorar. Y mientras los demás fueron corriendo a atenderlo, yo
preferí mandarle desde mi sitio la luz, a ver cuál era… ¡Ah sí! La VERDE…esa que se ve tanto en los hospitales.
Cerré los ojos, y tal como me dijo Judith, envolví a ese niño en luz verde. No
sé cuanto tardé. ¿Un minuto?, ¿O quizás dos? O… No sé si fueron tres. Pero lo
cierto es que cuando abrí los ojos, aquel niño ya no estaba llorando, aunque su
cara decía que aún le dolía un poquito. Claro, Judith dijo que el rayo verde no
es algo milagroso, simplemente ayuda a sentirse mejor. Cuando terminó la
fiesta, yo me fui a casa. Los días siguientes los pasé experimentando con
mi nuevo “regalito”.
Los primeros días fueron como un juego; si un niño del
barrio tenía mucho miedo, rayo AZUL; si
mi madre se enfadaba conmigo, rayo ROSA;
si en la calle veía a alguien con mucho sufrimiento, rayo VIOLETA; y así…Pero, al mismo tiempo me iban
surgiendo muchas preguntas; ¿Se podían mandar a la vez 2 ó 3 rayos
juntos?, ¿Se podía mandar luz a través de la televisión al otro lado del mundo,
donde hubiera guerras, inundaciones o hambre? ¿Y cuando no estamos seguros del
rayo que hay que utilizar, qué hacemos? ¿Y si nos equivocamos? ¿Y si yo
quiero ser más inteligente, podría usar la luz dorada?
En fin, como eran tantas
preguntas, llamé a Judith, y quedamos un día en un parque cercano. ¡Y qué
sorpresa! Vino Javi también. ¡Parece que él también se estaba animando! ¡Y cómo
no! Si era todo tan sencillo y encima se conseguían buenos resultados.
La verdad es que hablar con
Judith me ayudó a aclarar muchas dudas. Ella me explicó que siempre que me
confundiera, lo mejor era cerrar los ojos unos segundos, y después dejarme
llevar con lo primero que siento en ese momento. Mientras estábamos hablando,
algunas personas alrededor de nosotros nos miraban como si estuviésemos
hablando en chino. Pero Judith sonrió y dijo:
- No te preocupes Daniel, con
el tiempo ellos también acabarán hablando en chino.
Ella me comentó que igual que
nuestros pensamientos, los rayos de los Arcángeles también podían llegar a
cualquier lugar. Y cuando no estemos seguros, podíamos mandar 2 ó 3 rayos a la
vez o unos días un rayo y otros días otros. Y por si te interesa saber, el rayo
AZUL tiene más fuerza los Domingos, el rayo
DORADO los
lunes, el rayo ROSA los martes, el rayo BLANCO los
miércoles, el rayo VERDE los jueves, el
rayo ORO RUBÍ
los viernes y el rayo VIOLETA los
sábados, aunque se pueden usar cualquier día.
- ¿Y si me equivoco
Judith?
- No pasa nada, porque
eso lo arreglan los Arcángeles.
- Y una última pregunta
¿El rayo DORADO puede ayudarme a ser
más inteligente y sacar mejores notas en el cole?
Y sonriendo, Judith dijo:
- Prueba a ver.
Con el paso de los días,
parecía que los rayos tenían más efecto. ¡Qué bonito era todo esto! Hasta
entonces, no sabía que sentado en mi casa, podía ayudar a tantas personas, e
incluso a mí mismo. Poco a poco, se estaban contagiando mis amigos, ¡E
incluso algunos familiares! ¡Qué bien! Porque cuantas más personas
seamos, más efecto pueden tener los rayos y a ver si conseguimos tener un mundo
mejor, con más sonrisas y alegrías.
Divya Vatnani
GHB - Informacion difundida por http://hermandadblanca.org/
©
Ahava Iesu
...es preciososo !! y ...seguro que funciona...querer y creer...hace posible los milagros...y los colores existen por algo y para algo...yo particularmente soy una enamorada de ellos...y de éstos más...el violeta me atrae más que ninguno...aunque el verde también...el rosa....todos...jejeej
ResponderEliminarBesos Paqui ! y sigue publicando cosas tan bonitas...sabes que soy tu fan nº 1...
Muchas gracias bonita. Me alegra mucho que te guste y que te pases por aquí siempre que puedas.
ResponderEliminarLos colores son la vida, una parte de ella maravillosa y que nos ayuda a equilibrarnos.
Un gran abrazo :)
!Hola Paqui! esto es maravilloso ayudar a cualquiera con los rayos de los Arcángeles ,yo hasta ahora lo intento con el pensamiento,lo pido ,lo creo, espero y si es lo mejor para esa persona !Mágicamente se soluciona ! después doy gracias ,y que feliz me siento PAQUI, !! ES GENIAL!!!...pero voy a empezar con los rayos de los Arcángeles ,aunque también les pido mucha ajúda,querer es creer ,muchas gracias Paqui por compartirnos cosas tan hermosas ,abrazos de colores <3
ResponderEliminarCuánto me alegro Marga. La verdad es que podemos hacer tantas cosas que son muy sencillas y pueden ayudar tanto. Si fuéramos conscientes del poder que tenemos, de todo lo que podemos mejorar y cambiar desde el AMOR, desde el DIOS que todos llevamos dentro... Es hermoso estar asistiendo a este cambio en el mundo y en las personas y ver cómo vamos elevando todos y entre todos la vibración y nos vamos adentrando en un estado amoroso donde no hay lugar para la crítica y el juicio.
ResponderEliminar♥ Un gran abrazo preciosa ♥
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