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jueves, 12 de junio de 2025

SANAR EL ÁRBOL, SANAR EL LINAJE

Sanar el árbol genealógico y el linaje ancestral

Sanar el árbol, sanar el linaje

Sana desde las raíces para transformar tu historia familiar


Te describo brevemente los puntos que vamos a desarrollar en este artículo para ayudarte con la sanación de tu árbol genealógico. Así podrás fortalecer de forma respetuosa tu linaje ancestral, honrando a tus ancestros y liberarlo de cargas emocionales, patrones familiares, creencias limitantes, o bien decretos realizados en otras épocas que están estancando la energía y limitando o impidiendo tanto tu avance como el de las generaciones futuras.

Índice:

  1. Qué son los patrones familiares heredados y cómo se transmiten.
  2. Claves para saber si estás repitiendo un patrón.
  3. Pasos para liberar patrones heredados y sanar el árbol.
  4. Herramientas y recursos a tu alcance para ayudarte.

1. ¿Qué son los patrones familiares heredados y cómo se transmiten?


Seguramente en multitud de ocasiones te habrás preguntado ¿por qué? ¿Por qué estoy repitiendo esta situación? ¿Por qué mis relaciones no funcionan? ¿Por qué atraigo a un determinado perfil de hombre que acaba maltratándome, abusando de mí  o despreciándome y repite el mismo patrón de mi padre, de mi abuelo, de mi tío…? ¿Por qué no encuentro un buen trabajo? ¿Por qué tengo que vivir con escasez? ¿Por qué se aprovechan de mí? ¿Por qué siento que por mucho que haga nunca es suficiente? ¿Por qué no soy suficiente? ¿Por qué tengo miedo al éxito? ¿Por qué cuando todo va bien pienso que va a pasar algo malo que lo estropeará todo? ¿Por qué parece que soy invisible? ¿Por qué nadie me valora? ¿Por qué me siento triste si tengo una buena vida y no me falta de nada? ¿Por qué siendo mujer asumo el rol que no me corresponde? Y un largo etcétera de porqués encadenados que no tendrían fin. 

Las respuestas no siempre están  en ti, no es porque tú no lo estés haciendo bien, porque hayas nacido con una tara o por el karma (hoy en día está muy de moda echarle la culpa al karma, creo que no hay mucha gente que realmente sepa lo que es el karma o no lo culparía de nada). Muchas veces no eres tú, sino aquellos que vinieron antes de ti, son esas herencias familiares que tienen más que ver con la trasmisión energética ancestral que con lo material que hayas heredado de tus antepasados, que también. Sus historias, sus decretos, sus necesidades, aquello que tuvieron que hacer o a lo que tuvieron que renunciar… les marcó de una forma tan profunda que produjo heridas no sanadas que se han ido trasmitiendo de generación en generación. Y esas herencias se seguirán trasmitiendo hasta que las reciba un miembro de la familia que decida no seguir repitiendo esos patrones que condujeron al dolor y a la herida y resuelva actuar de una manera diferente a como han venido haciendo los que le precedieron. Esa persona romperá el círculo vicioso y cambiará el ciclo, recibiendo con amor la herida para limpiarla, acunarla y abrazarla hasta que el amor disuelva el dolor y ya no se cargue nunca más en la siguiente mochila que se pasará a la generación venidera. Que todo lo que se transmita a la generación futura sea una mochila llena de herramientas útiles que les ayuden a solucionar sus problemas y no a seguir arrastrándolos.

Cuando tú sanas esa herida o disuelves ese decreto hecho hace tal vez cientos de años, todo tu linaje familiar sana. Toda la humanidad sana porque, recuerda que de un modo u otro, todos estamos conectados. 

Lealtades mal entendidas o invisibles que condicionan el linaje
Pero, ¿a qué llamamos patrón familiar? 

Los patrones familiares heredados son conductas, creencias, emociones o formas de pensar, sentir y actuar que no son propias, sino heredadas de nuestro entorno familiar y que se transmiten de generación en generación. Comportamientos, creencias, formas de relacionarse, maneras de ver el mundo, de condicionarlo o relacionarse con él…,  conscientes o inconscientes arraigados a la historia emocional y cultural del linaje familiar. Estos patrones se transmiten como si de un legado silencioso y poderoso se tratara, que va carcomiéndote poco a poco y marcando tu vida y tu destino. Son decretos, tradiciones, memorias emocionales y energéticas que se graban en el inconsciente familiar e influyen en nuestro comportamiento y en la toma de decisiones.

Recordamos la célebre frase de Carl Jung: "Hasta que lo inconsciente no se haga consciente, el subconsciente seguirá dirigiendo tu vida y tú le llamarás destino".

Bien, pues esta réplica de patrones familiares puede obedecer a varios condicionantes:

  • Social y educativo: los padres enseñan a los hijos a pensar, actuar y sentir atendiendo a lo que ellos mismos aprendieron de los suyos, heredando modelos de comportamiento que muchas veces no son los más adecuados o han quedado obsoletos para la época actual.
  • Lealtades familiares mal entendidas: son vínculos emocionales que se graban en el inconsciente: replicamos experiencias difíciles e incluso traumáticas por fidelidad a nuestros ancestros, aún sin saberlo repitiendo su dolor, sus decisiones, sus fracasos o sus límites por amor, por fidelidad, por pertenencia, por pérdida... El problema es que lo hacemos de una forma perjudicial que nos daña y nos impide vivir plenamente. Por ejemplo renunciar a la abundancia porque mi abuelo fue pobre toda su vida, o renunciar a tener una relación sana con una pareja porque mi madre nunca la tuvo y no fue feliz. Atendiendo al sacrificio que mis padres hicieron por mí, decreto que no tengo derecho a ser feliz y que ahora he de cargar con todo lo que venga para devolverles lo que hicieron por mí porque me siento en deuda con ellos o porque ellos mismos me reclaman esa deuda. Debido a la muerte prematura de algún familiar, yo siento que no tengo derecho a vivir plenamente, que no lo merezco porque él o ella ya no está aquí para seguir disfrutando de la vida y no está bien que yo sí lo haga, etc.
  • Modelos de comportamiento: que nos hacen repetir conductas vividas en nuestra infancia referidas al modo en el que nos relacionamos con la abundancia económica, cómo resolver conflictos, cómo amar, cómo relacionarnos con los demás…
  • Epigenética: se ha demostrado científicamente que el trauma y ciertos comportamientos pueden dejar marcas en la expresión genética que pasan de generación en generación sin producirse alteraciones en el ADN.

Aquí te comparto unos ejemplos de patrones familiares para que puedas disipar la ambigüedad que te pueda haber suscitado lo que te he contado hasta ahora. ¿Hay en tu familia…?

* Madres que crían solas sin que la figura paterna esté presente (pese a que no siempre esté ausente) y que hayan tenido que adoptar ambos roles?

* Mujeres sumisas que no se atreven a mirar a sus parejas a los ojos, que esperan órdenes que obedecer y que se creen que son inferiores a los hombres y no les queda más que aguantar y aceptar su destino porque así está escrito que debe ser?

* Hombres que no saben expresar afecto y en su defecto se comportan bruscamente?

* Hombres queque no expresan sus emociones, que no lloran porque "los hombres no lloran", a los que la sociedad les ha impedido desarrollar su parte tierna y femenina?

* Ruinas económicas cíclicas?

* Enfermedades que se repiten y podríamos definir como “heredadas”?

* Embarazos no deseados que se repiten de generación en generación?

* Traiciones amorosas?

* Hijos vendidos o cedidos a hermanos, otros familiares o personas ajenas a la familia?

* Duelos no elaborados, traumas, secretos familiares, exclusiones de miembros de la familia?

* Adicciones repentinas, trastornos alimenticios, violencia doméstica, drogas, alcohol...?

* Creencias limitantes como que solo con el sufrimiento se logran cosas, o que el dinero cuesta ganarlo sangre, sudor y lágrimas, o que cometer errores es de ser un fracasado, que el amor duele y lastima y engaña, que no debes confiar en nadie porque todos te van a traicionar…?

Podríamos seguir añadiendo ejemplos, pero creo que ya te has hecho una idea de qué debes buscar para detectar las limitaciones o patrones que pudiera haber en tu familia. Descubrirlos, si no lo has hecho ya, te ayudará a liberarlos, liberarte y sanar.

No es necesario que analices el árbol hoja por hoja o rama por rama, la mayor parte de las veces bastará con que te fijes en ti y te analices, ¿qué patrones son los que tú estás repitiendo, dónde te duele, qué energía te atrapa? ¿Es algo que sientes que ha empezado contigo o hay patrones que proceden de tu linaje y que tú, de una forma u otra, estás repitiendo como un círculo vicioso del que cuesta salir?

Analízalo todo con atención, recuerda que no todo es tuyo, pero tampoco todo es heredado o pertenece a tus ancestros, también existen otras vidas que has vivido y que pueden estar condicionándote. Es por todo ello que es sumamente importante que nos conozcamos a nosotros mismos y darnos tiempo para autodescubrirnos.

Mujer que rompe cadenas liberándose de los patrones y creencias limitantes de su linaje ancestral

2. Claves para saber si estás reiterando un patrón.


Entrelazado con el punto anterior en el que te he dado varios ejemplos para detectar si estás repitiendo patrones familiares debes prestar mucha atención a:

Si percibes una repetición de conflictos familiares o de pareja en tu árbol. Enfermedades similares en padres o abuelos, fracasos económicos que puedan llevar a la familia a una quiebra, abusos… Situaciones que se repiten en el árbol de forma cíclica.

Sensación de estar "cargando" con algo que no te corresponde y que a su vez te impide crecer en la dirección que te gustaría y avanzar en general.

Relaciones complicadas con personas de tu círculo próximo o en el mundo laboral (colegas de trabajo, relación jefe/empleado). Relaciones tóxicas dentro y fuera del ámbito familiar.

Miedo a tomar decisiones distintas a las que deberías porque es lo que te recomienda tu familia y temes no seguir sus consejos. Miedo exacerbado a que salga mal si no haces las cosas como siempre te han dicho, al reproche por parte de ellos y a la sensación de fracaso y de culpa por haberles fallado al no seguir sus consejos u órdenes.

Bloqueos en áreas clave de tu vida como son la autoestima, el amor, el trabajo, la economía o la salud.

Detectar cargas emocionales que no te corresponden, como sentimientos de tristeza, vergüenza, miedo, de no ser suficiente, de fracaso, de no ser merecedora… que no parecen tener un origen personal, pero que lo sientes como algo profundo dentro de ti.

Esta identificación requiere observación consciente y autoconocimiento. Sería muy conveniente tomar nota en una libreta de todo lo que vas descubriendo y sintiendo. Puedes hacer un poco de investigación familiar anotando recuerdos de familiares sobre situaciones determinadas o simplemente que te vayan contando parte de sus vivencias e ir tomando nota por si acaso…

Sanar el árbol genealógico desde las raíces

3. Pasos para liberar patrones heredados y sanar el árbol.


El primer paso para sanar comienza por la toma de conciencia que hay heridas heredas en nuestro linaje y que debemos hacer algo para sanarlas y que puedan curarse para siempre, liberando así la energía  atrapada y estancada que impide que todo fluya como debe ser. Esa toma de conciencia empieza por la observación de la historia familiar.

Un dato importante a tener en cuenta es que sanar el linaje no es negar nuestra historia, sino aceptarla e integrarla conscientemente para poder cambiarla cortando ciclos repetitivos que impiden la evolución tanto personal como familiar.

¿Qué debemos tener en cuenta para hacer una correcta observación? 

Lo primero y esencial es no juzgar, pues en la mayoría de los casos desconoceremos  las situaciones que tuvieron que vivir nuestros ancestros y sus condicionamientos personales para comportarse de una manera determinada, tomar ciertas decisiones, o bien crear decretos (probablemente sin ser conscientes de estar decretando). Por tanto no se trata de buscar culpables, sino de entender con empatía y respeto el porqué de sus actuaciones o tomas de decisión, sin juzgar y sin culpar. Desde la comprensión es mucho más fácil trabajar con la aceptación.

Investigar la historia familiar, indagar con respeto sobre aquello que queremos esclarecer con los miembros de nuestra familia que conserven recuerdos de nuestros antepasados, recopilar historias, fechas clave, momentos significativos, enfermedades, desvelar secretos…, es decir, hacer un poco de investigación y genealogía familiar, nos puede ser de gran ayuda para romper ciclos viciosos que nos están perjudicando. Solo el hecho de hablar sobre las cosas que ocurrieron en el pasado a nuestros ancestros, libera energía estancada.

A través de la observación, nos haremos conscientes de esos patrones que queremos modificar, podremos reconocerlos, ponerles nombre y averiguar de dónde vienen, ver qué similitud existe entre la vida de algún antepasado y la nuestra. No obstante, incluso si no sabemos detectar de dónde vienen esos patrones, podremos transformarlos para sanarlos. 

Tal vez te preguntes cómo podrás transformarlos si no sabes dónde está la raíz o el origen de los mismos. Reconociendo, sin culpar a nadie, que tus ancestros lo hicieron lo mejor que pudieron en base a las herramientas con las que contaban, la formación y el conocimiento del que disponían, sin olvidar el momento histórico y social en el que se desarrollaron sus vidas. Recuerda que ha habido momentos en la historia en el que una vida carecía totalmente de valor. ¿Qué hacemos entonces? Aceptar y perdonar. Eso no quiere decir que aprobemos abusos de poder, asesinatos, violaciones o cualquier otra actuación que hoy en día condenaríamos, no se trata de justificar lo que estuvo mal o de no querer verlo, sino de aceptar sin juzgar. Recuerda que la premisa para decidir investigar la historia familiar es “no juzgar”, porque seguro que encontraremos decisiones y actuaciones que no nos van a gustar. El perdón y la compasión nos ayudarán a soltar el dolor ancestral y liberar esa carga que ahora reside en la mochila que nos pasaron nuestros antepasados y que llevamos a cuestas sobre nuestra espalda. Aligerar la mochila significa abrirla para que pueda irse el dolor que no es nuestro. Porque a veces, “ese dolor que sientes y cargas, no es tuyo”.

Si te cuesta empatizar, aceptar, no juzgar y/o perdonar a ciertos miembros de tu linaje ancestral debido a sus formas de actuar o comportamiento, te propongo esta reflexión: ¿Cuántas vidas habrás vivido tu? ¿Crees que en todas has sido un ejemplo a seguir? ¿En cuántas de ellas habrás violado, asesinado, mentido, robado, traicionado, utilizado de forma abusiva tu poder o tus dones...? Tal vez si te lo planteas así, te ayuda a querer conocer sin juzgar y te resulta más fácil sentir compasión y perdonar. Porque todo lo que hemos hecho formaba parte de nuestra evolución, todo aquellos nos alejaba del amor y la compasión y tomar conciencia vida tras vida e ir mejorando, nos ayuda a volver a la compasión y al amor. Esa es la meta, volver, volver a lo que fuimos y nunca hemos dejado de ser, pero que se nos olvidó por el camino y el recorrido de tantas vidas. Volver a sentir que somos AMOR. Volver a la unión tras experimentar la separación.

Asimismo, para honrar este reconocimiento, propondremos algunos ejercicios para venerar a nuestros ancestros y liberarlos de su carga. De esta manera, conseguiremos liberar también al árbol y aligerarlo notablemente de su carga. 

¿Por dónde empezar esa observación? Pregúntate:

* ¿Qué historias se repiten en mi árbol?

* ¿De quién podría estar repitiendo una historia, un patrón o un destino?

* ¿Qué patrones familiares pesan como una losa y no quiero seguir repitiendo?

* ¿Qué patrones familiares, creencias limitantes o decretos no quiero que repitan las futuras generaciones porque estimo que ya no son oportunos o beneficiosos para nuestra familia?

Dar respuestas a estas cuestiones te ayudará a tener la posibilidad de elegir de forma diferente, tomando decisiones conscientes que rompan el ciclo de repetición de patrones o creencias. Así podrás crear nuevos hábitos y construir nuevas creencias y patrones de comportamiento más adecuados a ti, al momento histórico y social en el que vives y evidentemente a sanar esas heridas ancestrales que por fin encontrarán liberación, descanso y paz. Toda vez, que esos ancestros que las sostienen abiertas, podrán sanar y liberarse finalmente de ese sostén energético confiando en que tú tomas las riendas y serás capaz de cambiar la dirección del árbol hacia un destino más adecuado y satisfactorio para todos, tomando decisiones desde el amor y no condicionadas por el miedo. 

Antes de continuar, creo que es importante aclarar qué es un decreto familiar. Podríamos decir que es una decisión tomada, normalmente de forma oral, por algún miembro de la unidad familiar, que impone normas, decisiones o castigos que afectan al clan familiar, no sólo de forma momentánea, sino ancestral. Te voy a poner un ejemplo que seguramente conoces.

Sobreviviré, y cuando todo haya pasado, nunca volveré a pasar hambre, ni yo ni ninguno de los míos. Aunque tenga que mentir, robar, mendigar o matar, ¡Pongo a Dios por testigo de que jamás volveré a pasar hambre!” Dijo Vivien Leigh elevando el puño en aquella mítica escena de Lo que el viento se llevó. Scarlett O'Hara decretó para ella y para su linaje que "nunca más volverían a pasar hambre".

Pues bien, eso es un decreto que afecta a todo el árbol desde el momento en el que se esgrime hasta que llega algún miembro de la unidad familiar que lo revoca. Decretamos, decretamos continuamente, todo el tiempo, sin darnos cuenta de ello, sin ser conscientes. Por eso es sumamente importante poner atención en lo que decimos, en las palabras, en cómo nos hablamos y cómo hablamos a los demás. Algo tan simple y que marca tanto el destino de cada uno.

Mujeres honrando y sanando su linaje ancestral femenino

4. Herramientas y recursos a tu alcance para ayudarte.


Sanar el árbol o el linaje es un proceso profundo y una decisión valiente, que nos va a remover durante un tiempo, porque cada cambio tiene sus consecuencias, pero aunque estemos un tiempo con la sensación de estar sumergidos en un mar revuelto, incluso al borde del naufragio, cuando las aguas se asienten, todo habrá sido por tu bien, por el de tus antepasados y el de las generaciones futuras.

¿Qué puedes hacer para sanar tu linaje ancestral?

Constelaciones familiares: Es una terapia sistémica desarrollada por Bert Hellinger, psicoterapeuta alemán. Se basa en la idea de que los problemas personales y emocionales pueden estar vinculados a dinámicas ocultas o bloqueos dentro del sistema familiar, incluso de generaciones pasadas. Esas dinámicas se expresan como patrones repetitivos, conflictos, enfermedades, decisiones bloqueadas, duelos no resueltos o vínculos interrumpidos que pueden estar afectando inconscientemente a la persona, paralizándola, limitándola y no permitiéndole avanzar en su vida.

Pueden ser grupales, o individuales, siempre guiadas por un facilitador que esté formado y tenga experiencia. Se llevan a cabo desde el mayor respeto y su objetivo principal es reordenar el sistema, restaurar el equilibrio y el vínculo en el árbol y permitir que el amor fluya nuevamente.

Ayudan a identificar patrones heredados, a comprender conflictos personales, a liberar lealtades mal entendidas con otros miembros del sistema familiar… Se pueden trabajar temas de pareja, vínculos con los padres, duelos, traumas transgeneracionales, bloqueos o dificultades económicos, emocionales o síntomas físicos, enfermedades, etc.

Psicoterapia transgeneracional: trabaja con el árbol genealógico y examina el inconsciente familiar, pues es una corriente que parte de la idea de que heredamos no solo los rasgos físicos o culturales de nuestros ancestros, sino también sus traumas, secretos, patrones de conducta, de pensamiento, duelos no resueltos y lealtades mal entendidas; pudiendo afectar todos ellos en nuestra vida actual, sin ser plenamente conscientes de ello.

Esta terapia ayuda a identificar herencias emocionales no conscientes, libera lealtades mal entendidas que están condicionando tu vida, sana relaciones de parentesco y ayuda a comprender el origen sistémico de ciertos síntomas físicos, emocionales o de conducta.

Genealogía emocional: es una rama de la psicoterapia transgeneracional que se enfoca en cómo las emociones no resueltas dentro de un sistema familiar se heredan inconscientemente afectando el comportamiento, las decisiones, las relaciones y la salud emocional.

Se trabaja con esta herramienta realizando un árbol genealógico en el que en lugar de mirar solo nombres y fechas, se estudian emociones, traumas, lealtades, secretos, exclusiones y duelos que han sido silenciados o ignorados, y cómo estos se manifiestan generación tras generación.

Este enfoque ayuda a comprender que a veces vivimos emociones heredadas no procesadas que no son totalmente nuestras.

Escritura creativa para sanar el linaje ancestral

La escritura terapéutica: es una herramienta profundamente transformadora para sanar el árbol, amén de estar al alcance de todos porque depende exclusivamente de nosotros y además no conlleva ningún coste económico, ni ningún tipo de engaño o posible fraude. Escribir sobre tu historia familiar te permite acceder, expresar y liberar emociones, historias y vínculos familiares inconscientes que han quedado congelados, estancados o silenciados en el tiempo. Este ejercicio no solo es un recuerdo, sino un acto de reparación emocional, donde podrás poner voz a lo no dicho, a lo que nos obligaban a callar de pequeños o no nos permitían verbalizar, pudiendo resignificar el pasado y cambiar tu relación con él.

Recuerda que en todos estos ejercicios, es extremadamente importante no juzgar. Vendría muy bien hacer una pequeña meditación inicial para elevar el estado de consciencia antes de llevarlos a cabo, de ese modo nos resultará mucho más sencillo no juzgar ni culpar a nuestros ancestros por sus decisiones o falta de ellas. Desde un estado de conciencia superior, dicho de otro modo, desde la supraconciencia, no existe el juicio, ni la culpa, ni el miedo, solo el amor que ayuda a comprender los hechos y a adquirir la fuerza necesaria para tomar decisiones diferentes que ayuden a cambiar esos patrones en los que nos sentimos atrapados.

La escritura te hará ser consciente de lo inconsciente, conectarás con emociones que probablemente no sabías que tenías, podrás dar voz a emociones familiares no expresadas, duelos, culpas, sentimientos de tristeza, de amor contenido, de rabia, de ira… Poner voz a lo que no se habla a través de la escritura, rompe ese pacto de silencio familiar, ese imperativo de: “a callar”, toda vez que libera la energía estancada y contenida por ese silencio impuesto. 

No se trata de cambiar el pasado, no es posible hacerlo, pero sí podrás cambiar tu relación con él, volviéndote menos culpable, más comprensiva, más compasiva, más libre.

Podrías escribirle a un padre para expresarle cómo te sientes con respecto a lo que has vivido estando bajo su tutela o en su ausencia, a una abuela que pasó su vida bajo el yugo de las obligaciones y el sufrimiento, que tal vez migró a otro país o tuvo que “ponerse los pantalones” (o reinventarse) y ejercer de padre y madre al perder a su compañero de vida en la guerra. A un hijo no nacido, a un ancestro no reconocido, olvidado, expulsado o desheredado del núcleo familiar.

¿Qué tipo de ejercicios podrías realizar?

  • Escribir una carta al familiar común o a aquel ancestro con el que sientas que tienes un vínculo que sanar, algo pendiente o que fue el ancestro olvidado, reprimido o expulsado. Cuéntale quién eres, quién es él para ti, lo que sabes de él, por qué piensas que estás repitiendo su historia o por qué crees que te ha elegido a ti para sanar esa parte del linaje. Háblale con respeto, honrando su vida y su existencia, pero sin dejarte nada dentro.
  • Escribir una carta de liberación al familiar que necesites (padre, madre, abuelo, abuela...). Normalmente hay muchos vínculos que sanar con la familia más próxima e inmediata, de hecho nos elegimos con ese propósito, entre otros muchos. Cuéntale todo lo que nunca le dijiste, todo lo que te callaste o te obligaron callar, todo lo que no pudiste expresar. Puede que siga vivo o viva, pero es mejor que te liberes a través de la pluma y papel y que no envíes la carta, puedes guardarla si así lo sientes, aunque yo optaría por destruirla una vez escrita y releída las veces que haga falta, incluso en voz alta, hasta sentir que el trabajo está hecho. Hablar con las personas que aún están vivas, no siempre es positivo, sobre todo si hay dolor, suele salir en forma de reproche y la otra persona no lo entiende porque no es consciente del dolor o el sufrimiento que aquello que hizo o dijo pudo causarte. Hemos de entender que todo lo que hicieron nuestros mayores fue pensando que era lo mejor para nosotros y que estaban condicionados por su propia situación, vivencias y experiencias. No supieron hacerlo mejor y no merecen que les condenemos por ello, el perdón y la compasión serán nuestros aliados en estos momentos. Es más, ahora ya no eres una niña desvalida que no puede protegerse o defenderse, eres una persona adulta que sabe y puede poner límites respetuosos y que está capacitada para hacer las paces con el pasado y cambiar su historia. Recuerda que no puedes cambiar el pasado y que este puede haberte lastimado y doler hasta lo indecible e impensable, pero sí puedes elegir perdonar y cambiar tu relación con él.
  • Otra opción es escribir sin dirigirte a nadie en particular, empezando por un “Yo vengo de…” y deja que fluya tu historia familiar. Será una experiencia altamente sanadora que te aportará mucha paz.
  • También puedes escribir sobre algo concreto, una experiencia traumática, un recuerdo familiar doloroso, algún acontecimiento histórico que marcó a tu familia… Como ya sabemos no cambiará el pasado, pero sí liberará el impacto emocional en el que aún estás atrapada tú o la energía de alguno de tus ancestros.

Este tipo de ejercicios activa tu hemisferio derecho y el izquierdo, integrando emoción con razón. Darás orden, estructura y voz a emociones no siempre reconocidas, ni expresadas. Estarás creando un espacio íntimo, seguro, en el que puedes mirarte sin juicios y poner voz a todos los silencios impuestos y expresión a todas las emociones atrapadas en las memorias del tiempo consiguiendo una reconciliación contigo y con tus raíces.

Meditación para sanar el árbol genealógico


Meditaciones y visualizaciones guiadas:
sobre todo las especialmente dedicadas a la sanación del niño interior enfocadas en sanar el linaje materno/paterno. La línea del tiempo más próxima suele ser la que más nos afecta y mina nuestra autoestima y define nuestra relación con el entorno y en cómo reaccionamos ante lo que nos sucede y el modo en el que lo hacemos, desde la agresividad y reactividad, desde la falta de acción y de decisión, o desde la serenidad y la calma.

A través de la meditación conectamos con el inconsciente emocional y simbólico, que es donde residen muchas de las heridas heredadas, los vínculos invisibles y las lealtades familiares profundas. El inconsciente sana con imágenes, emociones, sensaciones y símbolos, por ellos la meditación es una herramienta poderosa para sanar el árbol. Ayuda a reordenar vínculos devolviendo al miembro de la familia que está desubicado a su lugar dentro del sistema familiar con la finalidad de restaurar el orden familiar, a honrar a los ancestros sin cargar con su destino, devolviendo las cargas heredadas a quienes corresponda, amén de liberar emociones congeladas, soltando aquello que fue reprimido para que viva su duelo y pueda ser liberado y transformado.

Se pueden hacer distintos tipos de meditación según nuestros objetivos:

* Meditación de linaje. Puedes hacerla como una meditación, una visualización o un ejercicio para sanar el linaje. Este ejercicio fortalece el sistema de pertenencia, conexión y enraizamiento. De pie, respira profundamente unas cuantas veces hasta que sientas que estás relajada. Visualiza a tu madre detrás de ti, su mano izquierda estará apoyada sobre tu hombro izquierdo, detrás de ella se ubicará su madre, es decir tu abuela y así sucesivamente. Lo mismo ocurrirá con tu linaje paterno, tu padre está detrás de ti, su mano derecha descansa sobre tu hombro derecho, sobre el suyo está apoyada la mano de tu abuelo paterno y así sucesivamente. Gírate hacia tu madre, sonríele y dile: “Mamá, yo te honro, te respeto, te doy tu sitio en el árbol genealógico y agradezco todo lo que has hecho por mí y por mi bienestar a lo largo de mi vida pensando que era lo que yo necesitaba. Yo recojo la mochila familiar cargada con todo lo que nuestras ancestras han ido depositando en ella desde el principio de los tiempos, recojo todos los decretos de escasez, de desamor, de no ser suficiente, de no ser merecedoras, de no estar a la altura, recojo las vergüenzas, la culpa y el dolor, recojo los enojos, los enfados, la frustración, la impotencia y la ira. Recojo todo lo que ha sido entregado de generación en generación y depositado en la mochila, pasando así de unas a otras. Lealtades mal entendidas, patrones familiares heredados, creencias limitantes, decretos creados sobre todo en momentos de desesperación, energías enquistadas, estancadas… Seguro que en su momento fueron necesarios y obedecieron a decisiones muy meditadas, o a la desesperación. Sin embargo, ha llegado el momento de que todo lo que nos ha dañado sea liberado para sanar nuestro linaje ancestral. Ahora gírate hacia tu madre y dile que la honro, la respeto y le doy su lugar en el árbol genealógico, que agradezco profundamente todo lo que hizo por nuestro linaje femenino, que entiendo que tuvo pocas opciones para elegir y que hizo siempre todo lo que pudo para hacer lo correcto. Dile que puede dejar de preocuparse por todo lo que quedó inacabado, sin hacer o sin solucionar cuando ella murió y tuvo que cambiar de plano. Dile que puede ir en paz porque yo me ocupo de liberar todo lo que tiene que ser liberado y sanado. Cuando acabes, dile que haga lo mismo que hemos hecho nosotras, que se gire honre y agradezca a su madre, dándole su lugar en el árbol y le cuente lo mismo que yo te he dicho a ti hasta llegar a la última de las mujeres, a la primera de todas ellas, a la que inició nuestra estirpe, a ella le agradeceremos doblemente por ser la primera, pues ella contó con menos recursos y herramientas y aún así tuvo el coraje de seguir adelante y engendrar las vidas sucesivas que nos llevaron a estar hoy aquí.”

Una vez que hayas terminado de honrar, agradecer e informar a tu linaje ancestral femenino. Gírate hacia tu padre y haz lo mismo, sonríele. Dile que le honras, le respetas y le das su sitio en el árbol genealógico y que le agradeces por todo lo que ha hecho por ti porque sabes que todas sus decisiones fueron tomadas pensando en que eran lo mejor para ti y lo que tú necesitabas para tu evolución. Dile que entiendes las dificultades por las que tuvo que pasar y que entiendes que repitiera patrones familiares sin cuestionarse nada más que continuar con las tradiciones. Dile que recoges la mochila que tus ancestros han ido pasándose de unos a otros generación tras generación, incluye todo lo que creas necesario decirle según tu historia familiar, y hazle saber, igual que hiciste con tu linaje femenino que puede descansar, que ahora tú recoges esa mochila y vas a abrazarla con amor y a transformar todo el dolor, el sufrimiento, la escasez, el desamor, las obligaciones, la tristeza, el fracaso… y lo que acumula dentro, que lo vas a envolver en amor para que se libere y así pueda sanar todo el linaje. Cuando hayas acabado, recuérdale que haga lo mismo con su padre y su padre con el suyo y así, hasta llegar al principio del árbol y al primer hombre del linaje. A ese primer hombre que lo honre doblemente por ser el primero, porque contaba con menos recursos y herramientas que los demás y aún así siguió adelante y engendró las vidas sucesivas que nos llevaron a estar hoy aquí. 

Puedes personalizar la visualización, de hecho debes hacerlo para adecuarla a tu historia familiar y necesidades propias. Recuerda que lo hagas como decidas hacerlo, debes siempre agradecer por lo recibido, incluso por lo doloroso porque te trajo hasta este momento y te convirtió en la persona que eres hoy en día, honra a esos ancestros que hicieron todo lo que estuvo en su mano para hacerlo lo mejor que supieron, recibe el legado con amor para que puedan irse en paz y una vez tengas la mochila en tu poder, transforma el legado recibido porque tú sabes que puedes escribir un destino diferente y devolver con amor todo aquello que ya no vibra contigo, que no te ayuda y que no te pertenece.

Haz este ejercicio, visualización o meditación tantas veces como sientas, hasta el árbol sane.

Al terminar el ejercicio dite algo así como:

“Tomo la vida que me dieron. La horno y honro todo lo recibido. Me pongo en mi lugar en el árbol familiar. Ahora elijo un nuevo camino porque está en mí abrazar mi legado, amarlo y transformarlo en aquello que necesito y que sí quiero para mí. Yo recojo la mochila ancestral y transformo su contenido liberando así las memorias energéticas de dolor, limitaciones, desamor, patrones y decretos que ya nada tienen que ver conmigo, ni con mi realidad, ni con mi lealtad. Sano el linaje, sano el árbol hacia el pasado, en el presente y para las generaciones futuras.”

* Meditación de corte de lazos. Para liberar cargas que no te corresponden. Visualiza que unos lazos invisibles te atan a un patrón familiar, un decreto, una limitación o una creencia que no quieres seguir conservando porque te daña. Dale las gracias al ancestro que decidió que aquello era útil y necesario para el momento en el que lo implantó en la memoria familiar, dile que aprecias que impusiera aquel patrón…, pero que ahora ya no es necesario porque los tiempos han cambiado y porque hay que sanar las heridas de las memorias familiares y despídelo con amor. Agradece a ese patrón por su labor y despídelo con amor. Visualiza como cortas ese lazo con el patrón y lo liberas. Siente cómo te liberas y cómo se libera tu linaje al dejarlo marchar con amor. Hazlo tantas veces sea necesario y con tantos patrones, decretos, creencias… como sientas que deben ser liberados.

* Meditación de reconciliación. Visualiza a algún familiar con el que sientas que tienes una herida, un conflicto o un vínculo doloroso no resuelto. Puedes sentarte en una silla e invitarlo a ocupar la silla libre frente a ti. Agradécele por acceder a encontrarse contigo y querer resolver el conflicto. Dile lo que necesites decirle, siempre desde el respeto y la compasión. Recuerda que, de ser necesario, se puede mandar a la mierda de forma educada. Compártele tu sentir, no te dejes nada dentro. Llora, perdona, pide perdón o simplemente pon en su conocimiento cómo te sientes con respecto a lo que pasó, a lo que te hizo o a lo que has heredado energéticamente de él o al patrón que estás repitiendo para poder romper con amor y respeto el ciclo que te ata a lo que ya no tiene sentido estar atado porque limita tu evolución, tu crecimiento y te está impidiendo avanzar y llegar donde quieres ir.

* Meditación para tomar tu lugar. Visualiza tu árbol como si fuera un escenario, una obra de teatro. Observa en qué lugar estás tú y dónde están los demás. Colócate en tu sitio para que cada miembro del linaje pueda ocupar el suyo, si su sitio está ocupado por ti porque estás cargando con su mochila y ocupando su espacio (por una lealtad mal entendida, un decreto antiguo o un patrón familiar o creencia), ese miembro de la familia no puede coger su sitio y estará ocupando el de otro. Ordenar el árbol poniendo a cada miembro en su lugar, ayuda a desprogramar creencias y patrones limitantes para que se produzca una sanación sistémica profunda. Recuerda que el inconsciente no distingue entre algo verdadero y algo ficticio, es por ello que lo que experimentas en la visualización tiene un efecto emocional real. Te pongo un ejemplo por si no te queda claro, si tú como hija estás ocupando el lugar de tu madre o de tu padre, estás cargando con lo que no te corresponde y con las funciones de un rol que no es el tuyo y para el que no has nacido, amén que estás desplazándolos a ellos del lugar que les corresponde haciendo que invadan el lugar de otro miembro del árbol. Cuando tú te pones en tu sitio, todo el árbol se recoloca en el suyo y la energía empieza a fluir de forma correcta.

Círculo de mujeres, sanando el linaje ancestral femenino

Grupos de sanación y/o círculos de mujeres/hombres: son espacios colectivos en los que las personas se reúnen para compartir sus vivencias, escuchar a los demás y sostenerse mutuamente en los procesos personales profundos. Con los grupos muchas veces te reconoces en la experiencia del otro, te sientes acompañado, trabajas con la activación de la memoria colectiva que es muy potente. Se crea un espacio seguro, simbólico y ritual donde expresar emociones que en otros contextos podrían estar fuera de lugar o ser juzgadas o reprimidas. Estos grupos o círculos suelen estar guiados por un facilitador o terapeuta y en ellos se tratan diversos temas relacionados con la sanación del linaje ancestral.

A modo de conclusión diremos que sanar el linaje no significa romper con la familia, sino romper con el sufrimiento inconsciente que se repite una y otra vez. Es hacer algo que tus antepasados no pudieron hacer, dando un paso más en la historia familiar, es decidir vivir con conciencia, con amor y con libertad.

Cuando tú sanas, sanas tu vida, sanas hacia dentro, pero también sanas a las generaciones pasadas y sanas a las generaciones futuras que ya no recibirán esa mochila cargada de frustraciones, dolor, desamor y negatividad.

La mochila que tu entregarás estará colmada de: 

“Tu puedes, tu eres suficiente, tu eres capaz de cambar aquello que ya no es adecuado para ti, no necesitas la aprobación de nadie para brillar, ni para elegir tu camino, tu profesión o tu destino, ni para hacer aquello que desees hacer. Eres libre de amar a quien desees, puedes confiar en los demás, comprometerte con quien lo sientas y decidir cambiar el curso de tu historia tantas veces como sientas. No tienes deudas ni físicas, ni energéticas, ni anímicas con tu linaje ancestral, no debes obediencia a ningún decreto realizado por tus ancestros, ni estás obligado a cumplirlo o a que te siga afectando o limitando tu vida. No estás bajo su influjo, ni tienes el porqué seguir con patrones de conducta o pensamiento familiar por lealtad o por miedo. No tienes que sostener sistemas de creencias que no te representan. Eres consciente, tienes autonomía para tomar tus propias decisiones en base a lo que creas que es mejor para ti, eres libre de elegir. Tienes derecho a decir “no” y a no dejarte intimidar o amilanar por nadie, ni de dentro, ni de fuera del árbol.”


Algunas lecturas recomendadas para ahondar en este tema.

  • Metagenealogía de Alejandro Jodorowsky y Marianne Costa.
  • ¡Ay, mis ancestros! de Anne Ancelin Schützenberger.
  • Ejercicios prácticos de Psicogenealogía de Anne Ancelin Schützenberger.
  • Dinámica de las constelaciones familiares de Bert Hellinger.
  • Constelar la enfermedad de Hellinger y Hamer.
  • Este dolor no es mío de Mark Wolynn.
  • Mujeres que corren con los lobos de Clarissa Pinkola Estés

Espero que este artículo te sirva para sanar y para hacerte sentir mejor, más libre y más tú.

Puedes adaptar las ideas de ejercicios a lo que tú necesites, puedes repetir un ejercicio las veces que consideres necesaria hasta que sientas que has alcanzado el objetivo que tenías al iniciarlo. 

Sería muy recomendable coger una librera en la que vayas volcando todos los descubrimientos que hagas de tu árbol familiar, iniciar una pequeña genealogía hasta donde puedas llegar e ir relejando por escrito toda la información que llegue a ti… Escribir es una terapia de sanación por sí misma, pero si no te va escribir, coge la grabadora de tu teléfono móvil y cuéntale todo lo que plasmarías en el papel. Igualmente si quieres llevar algún tipo de registro de todo lo que averigües de tu historia familiar y no te gustan las libretas, créate un archivo en tu pc, portátil o tableta para ir añadiendo toda la información que llegue a ti y que consideres importante.

Si quieres que escriba un artículo más específico para la sanación del linaje femenino o masculino, házmelo saber en comentarios y lo preparo.

Feliz sanación.

©Paqui Sánchez

Muchas personas en representación de la sanación del árbol genealógico

©Paqui Sánchez


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