Crónica de una DANA: La gota fría en Valencia
(29 de
octubre de 2024)
Decidí
escribir este artículo para ofrecer información algo más detallada a las
personas que me consultasteis debido a la catástrofe producida por la DANA que
azotó principalmente el sur de Valencia el pasado 29 de octubre.
El
artículo lo escribí a principios de mes, con el infortunio de que no
se guardó y perdí gran parte de la información que había compilado y redactado
durante diversas horas de trabajo y dedicación.
Después
de varios intentos abocados al fracaso, esta semana decidí retomarlo y llevo
unos días hilando palabras y párrafos para ver si queda la mitad de bien que lo
hizo el primero.
Dicen
que “Breve y bueno, dos veces bueno”, pero a mí me gusta explayarme y contar
las cosas con pelos y señales. Quizá no sea tan “bueno” por no ser “breve”,
pero espero que os guste igualmente y os quedéis hasta el final.
Como
el blog se lee desde distintas partes del mundo, aprovecho para dar las gracias
por ello, he redactado esta publicación para que cualquier persona pueda
entender cómo funciona el sistema de precipitaciones en la cuenca del
Mediterráneo español.
Seguro
que estos días pasados habéis escuchado con frecuencia la mención de la palabra
DANA. Pero… ¿Qué es una DANA?
Voy
a intentar explicarlo de forma sucinta y clara.
El
término DANA, acrónimo de Depresión Aislada en Niveles Altos, se acuñó a principios
de los 2000 para diferenciarlo de “gota fría”, al parecer el nuevo vocablo era
más “preciso” que el utilizado hasta el momento.
Según
dicen algunos expertos la expresión “gota fría” era “científicamente inexacta y
limitante”, por tanto surgió la necesidad de encontrar una terminología más
rigurosa y descriptiva, “que permitiera no solo comprender mejor el fenómeno,
sino también anticiparlo con mayor precisión”. Así nació el concepto de DANA.
Bien,
pues aunque no soy experta en climatología ni en meteorología, sí soy licenciada
en Geografía e Historia, con especialidad en Geografía y en mi más humilde
opinión, las dos palabras describen el mismo fenómeno meteorológico, por
consiguiente, ambos términos se puede utilizar de forma indistinta aunque el de
“gota fría” esté quedando en desuso (que por cierto, es mi preferido), no sé si
con la intención por parte de algunos de hacer del término DANA algo “nuevo”,
que no lo es, o simplemente por nuevas tenencias.
Avenida del Ebro por Zaragoza en 1871 Grabado de Laporta. Fuente: Newtral. |
El
vocablo DANA es relativamente reciente, pero el fenómeno que describe lleva
azotando a la zona del Mediterráneo español durante cientos y cientos de años.
De hecho, según he leído, hay vestigios históricos de gotas frías documentadas
desde el siglo XI[i],
aunque las más cercanas datan de los
siglos XVIII y XIX, algunas de ellas recogidas en grabados de la época.
Una
gota fría es un fenómeno meteorológico mediante el cual una masa de aire polar
muy frío queda aislada circulando a altitudes muy elevadas, al chocar este aire
frío con el aire más cálido y húmedo en superficie, en este caso en el mar
Mediterráneo, se genera una gran inestabilidad atmosférica que deriva en
fuertes tormentas convertidas en lluvias torrenciales de gran intensidad
horaria.
Dicho
de otra manera, para que se forme una gota fría tienen que concomitar dos
procesos al mismo tiempo, uno se da en altura y el otro en superficie.
1º.
Necesitamos una masa o embolsamiento de aire frío en altura, normalmente se
produce en las capas altas de la troposfera (a unos 5.000/9.000 metros de
altura), esa masa de aire frío en niveles altos se encuentra aislada de las
corrientes principales de la atmósfera, separándose de la circulación general
del jet stream o corriente en chorro. Este desprendimiento de aire frío en
altura carece de reflejo en superficie, es decir, no se puede ver un sistema de
baja presión en superficie en un mapa de isobaras, lo cual dificulta saber el
comportamiento que pueda llegar a tener. Si te preguntas el porqué de ese
embolsamiento de aire frío, es debido a que ese jet stream también conocido
como corriente en chorro, que circula por las altas capas de la troposfera
presenta ondulaciones o meandros y cuando éstas son muy pronunciadas, pueden
llegar a estrangularse y separarse de la corriente en chorro dando lugar a esos
famosos “embolsamientos de aire frío” o “gota fría” (ya que al ocluirse tienen
forma de gota), cuya circulación gira en sentido antihorario en el hemisferio
norte y horario en el sur.
2º.
Por otro lado, en la superficie hemos de encontrarnos con una masa de aire
mucho más cálido y húmedo. En este momento el agua del mar Mediterráneo está 2,5
grados por encima de lo que le correspondería para esta época del año, es una
diferencia importante. Ese aire cálido y húmedo propicia que se genere mucho
vapor de agua que, al ser empujado por el viento del este, choca con los
relieves cercanos a la costa condensándose y convirtiéndose en agua y ésta finalmente
en precipitación.
El
momento más propicio para que esto ocurra es a finales del verano y principios
del otoño porque es cuando la temperatura del agua del mar está más alta y por
consiguiente hay mayor contraste térmico. Si la masa de aire de la superficie estuviera
más fría, el fenómeno no tendría la misma virulencia que si se trata de una
masa de aire cálida porque el contraste térmico entre ambas no sería tan radical.
Al
entrar en contacto la masa de aire frío en altura con la masa de aire cálido y
húmedo en superficie, como ya hemos referido, se inicia un proceso de
inestabilidad atmosférica que conduce a la formación de nubes conectivas y que
deriva en tormentas con lluvias muy intensas. El relieve valenciano cercano al
litoral hace proclive que esa precipitación descargue en las zonas altas de las
cuencas de ríos/rambla, ramblas y barrancos. A su vez, esos ríos/rambla,
ramblas y barrancos que en esta zona suelen estar secos o llevan muy poco
caudal, se llenan de agua multiplicando su caudal, pudiendo alcanzar en poco
espacio de tiempo más de dos metros de altura. Y esto no es algo reciente, sino
que se trata de un fenómeno atmosférico secular.
¿Qué consecuencias tiene una
DANA? Pues principalmente económicas y por desgracias también
pérdidas humanas.
*
Lluvias intensas de fuerte intensidad horaria, es decir, se descarga una gran
cantidad de precipitación en muy poco tiempo. Las lluvias pueden durar incluso
días. La precipitación se mide en litros por metro cuadrado. Para que os hagáis
una idea, podría precipitar en una hora toda la precipitación que se recoge en
un año o incluso en dos. Todo ello hace proclive que la zona azotada pueda
quedar inundada, arrasada y en muchas ocasiones devastada, como ha vuelto a
suceder recientemente en la Comunidad Valenciana además de en Letur (Albacete)
y en Málaga.
En
esta ocasión, en algunos puntos de la zona afectada se han llegado a registrar casi
600 litros por metro cuadrado en unas horas. Cantidades que sitúan a esta gota
fría la 5ª en el ranking pluviométrico, siendo el temporal más adverso vivido
en el siglo XXI en la Comunidad Valenciana y en España. No solo por los daños
materiales ocasionados, cuya cuantía aún está por estimar, sino por la pérdida
de vidas humanas. Los fallecidos oficiales, a día de hoy, ascienden a 222 tras
la última víctima encontrada el pasado lunes en el municipio de Vilamarxant.
Sigue habiendo desaparecidos después de un mes de que la tragedia tuviera
lugar. Pero yo no sé si están todos los que son o son todos los que están. Como
decía Marlaska, actual ministro del Interior del Gobierno de España, el 7 de
noviembre: “Dar datos cuando objetivamente no podemos concluir razonablemente que
esa cifra es la que es y que son desaparecidos relacionados con la DANA, entonces
nos parece un poco, diría, imprudente.” Palabras textuales. No digo más y sigo
redactando porque ya veo un fueguito encendiéndose.
*
Esas lluvias intensas pueden producir inundaciones, sobre todo en zonas de riesgo,
cuencas fluviales, marjales y zonas costeras. Pudiendo desbordar ríos, ramblas
y barrancos inundando y arrasando todo el territorio que encuentren a su paso,
ya sean infraestructuras, carreteras, núcleos urbanos, mobiliario urbano o
tierras agrícolas de cultivo y huertas.
*
Como consecuencia de las inundaciones, se producen daños en las
infraestructuras, redes viales (sobre todo las terrestres, carreteras,
autovías, autopistas, caminos, el metro, el tranvía), zonas urbanas,
urbanizaciones, edificios, zonas de ocio, polígonos industriales, centros
comerciales, cultivos agrícolas… con el consecuente impacto económico.
Sin ir más lejos, la obturación que se
produjo por el arrastre del agua y lo que el agua arrastraba (porque tampoco se
limpian las cuencas de estos cauces, luego contaremos el porqué) ha afectado y derribado
total o parcialmente 26 puentes que ahora han de reconstruirse, con todo el
gasto económico que eso conllevará.
*
La saturación del suelo debida a la gran cantidad de agua que se puede
descargar en poco espacio de tiempo, puede aumentar el riesgo de deslizamientos
de tierra, generando daño en las infraestructuras, lo cual se traduce en cuantiosas
pérdidas económicas.
*
La pérdida de vidas tanto humanas como de animales, que ha
sido lamentable y extremadamente catastrófica en esta ocasión.
Y
sí, menciono mucho lo de las “pérdidas económicas” porque quiero conectarlo con
la “prevención” más adelante.
Para
que podáis entenderlo mejor en otras partes del planeta, podríamos decir que
una DANA es lo más parecido a un ciclón tropical o tifón, salvando las
distancias, ya que no podemos comparar la dimensión del mar Mediterráneo con el
océano Atlántico, el Pacífico o el Índico, por tanto un ciclón siempre tendrá un
desarrollo mayor que puede ser observado durante días de evolución y por ende, poner
con tiempo en alerta a la población, para que la misma pueda ser evacuada y
protegida ante su azote.
Llegados
a este punto, conviene matizar que no todas las precipitaciones de la zona
mediterránea son DANAs, ni todas las DANAs son extremas.
El
otro tipo de lluvias que suele azotar el litoral Mediterráneo son las borrascas
frías aisladas (BFA). Aunque a priori podría parecer el mismo fenómeno, la BFA
sí tiene reflejo en superficie, es decir, además de la inestabilidad en niveles
altos de la troposfera, se produce una baja presión en capas bajas de la
atmósfera que resulta visible en los mapas de isobaras. Puede formarse a partir
de una borrasca separada del jet stream o por la evolución de una DANA cuando esta
se intensifica en superficie. Sin embargo, mientras las DANAs crean lluvias
torrenciales, fuertes tormentas y precipitaciones intensas en zonas concretas
cuando se combinan con temperaturas cálidas en superficie, las BFA están
asociadas a sistemas frontales que pueden provocar lluvias persistentes,
fuertes rachas de vientos e incluso nevadas en lugares proclives. Son mucho más
predecibles que las DANAs ya que su evolución depende de factores a gran escala
y pueden tener lugar tanto en la costa atlántica como en la mediterránea. La
trayectoria de una DANA es errática, pudiendo moverse en dirección retrógrada y
en contra de la dirección del viento, incluso puede quedar estancada durante
días en el mismo lugar, de ahí que sea mucho más impredecible.
Los
que no estéis familiarizados con nuestros “aguaceros” particulares de la zona
del Mediterráneo y debido a lo sucedido en Valencia, quizá os preguntéis si
esto pasa con mucha frecuencia y si se podría prevenir y/o evitar.
La
DANA no es un episodio nuevo en el Mediterráneo, la diferencia es que antes, el
período transcurrido ente un fenómeno de este tipo y el siguiente, podría extenderse
mucho más en el tiempo, incluso hablamos de intervalos de 15, 20 o 30 años
entre una DANA extrema y la siguiente. Sin embargo, en la actualidad estos
fenómenos atmosféricos son cada vez más frecuentes y virulentos. De hecho la
última DANA que afectó la Región de Murcia y el sur de Alicante (La Vega Baja)
tuvo lugar en septiembre de 2019, hace apenas 5 años, causando múltiples daños
materiales con dramáticas consecuencias económicas, a lo que hubo que sumar la
pérdida de 3 vidas humanas.
Esta
DANA que asoló la Región de Murcia y el sur de Alicante está considerada como
el desastre natural con mayor impacto
económico de la historia reciente de España, con un coste de 1.319 millones de euros.
Claro,
después de algo así, es lógico pensar en la actuación inmediata de las
administraciones competentes con la finalidad de mejorar las infraestructuras y
crear nuevas, de ser necesario, para evitar que los daños sean tan graves y
lamentables cuando se vuelva a repetir un episodio de estas características,
que sin ninguna duda, volverá a darse.
Me
puse a investigar y descubrí que en todo este tiempo la Confederación Hidrográfica del Segura no ha realizado ninguna obra ni
en el río Segura ni en las ramblas que se desbordaron en aquel entonces para
evitar nuevos episodios de riadas e inundaciones.
José
Bernabé Sáez[ii],
juez Privativo de Aguas de Orihuela, a colación del desastre de Valencia,
refería estos días al Diario El Español de Alicante: "Nos
hemos escapado de milagro. Si llegan a caer los 150 litros por metro cuadrado
que se preveían, el río y las ramblas no hubieran aguantado porque desde 2019
no se ha hecho nada."…
"Aquí se
han parcheado cosas, pero todo sigue igual. Las únicas obras realizadas
las ha hecho la Consellería en acueductos y azarbes pequeños. Pero todos los
proyectos que nos contaron tras la DANA de hacer presas en la rambla de
Abanilla (entre Murcia y Orihuela) o Tabara (Albatera), se han quedado en
proyectos", recuerda el juez de aguas oriolano.
Al
parecer, todos esos grandes proyectos aprobados bajo el liderazgo de Ximo Puig,
con el cambio de gobierno, quedaron relegados en el fondo de un cajón.
Y
mientras hay periódicos que aseveran que “Carlos Mazón ha continuado
invirtiendo en infraestructuras hídricas con el objetivo de mitigar el impacto
de posibles nuevas DANAs”[iii],
otros aseguran que: “Cinco años después de la DANA que arrasó la Vega Baja, la
riada de Santa María, entre el 11 y el 17 de septiembre de 2019, queda casi
todo por hacer en cuanto a ejecución de las infraestructuras planteadas desde
la administración para la prevención y mitigación de los daños catastróficos
que provocan históricamente las lluvias torrenciales en el Bajo Segura.”[iv]
¿Qué
lectura sacamos de todo esto? Pues por un lado, que la información se ha
convertido en los últimos años en “des-información” y hay que llevar mucho
cuidado con las fuentes, pues no todas son fieles a la verdad, ni la cuentan,
ni la muestran. Hay cadenas de televisión y programas de radio, periódicos y
redes sociales que ofrecen noticias sesgadas manipulando la información y
mostrando solo aquello que les interesa, que no tienen nada que ver con lo
realmente acontecido. La información se manipula, se crean bulos y los
políticos se contradicen y mienten sin escrúpulos en su propio beneficio.
Seguramente piensan que somos ciegos, sordos, mudos y tontos.
Por
otra parte, todo esto pone de manifiesto que, lamentablemente, el ser humano no
aprende y sigue cometiendo los mismos errores una y otra vez, no sé si porque
no tiene memoria o porque prefiere olvidar para no obrar en consecuencia.
Mapa de las zonas afectadas. Fuente: El Confidencial |
¿A qué se debe este aumento de
DANAs y que sean cada vez más intensas y virulentas? Pues
uno de los factores determinantes es el calentamiento del agua del mar
Mediterráneo que en estos momentos está por encima de lo que le corresponde
para esta época del año. Y cuanto más alta sea la temperatura del agua, más
probabilidad habrá que se repitan estos fenómenos porque ese incremento de
temperatura viene acompañado del consecuente aumento de la actividad energética
y la humedad que son quienes alimentan la formación de esa gota fría en
superficie.
Por
otra parte, el calentamiento tropical, también está directamente implicado tanto
en las olas de calor y sequías como en los episodios torrenciales en nuestras
latitudes.
Además,
estos episodios de lluvias torrenciales de fuerte intensidad horaria que pueden
dar lugar a este tipo de inundaciones se combinan con largos períodos de sequia
extrema. Precisamente estábamos atravesando y padeciendo uno de esos “largos
períodos de sequía” en este momento.
Sobre
la cuestión de si se pueden prevenir y/o evitar, es complicado pronunciarse por
la complejidad de la respuesta. Quizá no es difícil su previsión porque cada
vez la meteorología cuenta con mayores avances y consultando los mapas de
previsión se puede tener una idea bastante acertada de la formación de la gota
fría, lo difícil es estimar la zona concreta donde va a precipitar, puesto que
el comportamiento de la DANA no es previsible al 100% y su evolución es
incierta. Obviamente no se pueden evitar, pero lógicamente, si la población
tuviera una educación para el riesgo, se adquiriera una cultura de prevención,
implementando además todas las medidas necesarias para paliar los desastres de
los planes urbanísticos mal gestionados llevados a cabo en los últimos 50 años,
las consecuencias de una futura gota fría no serían tan graves. En pocas
palabras, las DANAs no pueden evitarse, pero sí pueden minimizarse sus
consecuencias.
La
acción antrópica genera continuamente desequilibrio e impacto sobre el
medioambiente y el territorio. No respetamos la ley de costas, ni tampoco los
cursos de agua, superpoblamos y construimos sobre las zonas de riesgo, porque
sí, porque económicamente es rentable para algunos, sin tener en cuenta los
factores de riesgo y sin ninguna cultura de la prevención del mismo. Por tanto,
es muy fácil que con fenómenos de este tipo, las zonas inundables (que además suelen
ser las más pobladas como es el caso), queden de nuevo anegadas, arrasadas,
devastadas y destruidas con cualquier DANA futura, sobre todo si seguimos sin
actuar.
Hay
numerosos ejemplos de catástrofes ocasionadas por gota fría a lo largo de la historia, que nos muestran
que los humanos hemos aprendido poco o nada con el paso del tiempo. Nos
horrorizamos cuando ocurren desastres naturales de este tipo, pero no nos comprometemos
realmente en poner soluciones para evitarlos. Y evidentemente, “Quien no conocen
su historia, está condenado a repetirla”. Como se suele decir, “Para muestra, un botón”.
Otro
ejemplo que en su momento me afectó mucho (quizá porque hacía poco que había
obtenido mi licenciatura y ver estas actuaciones tan inconscientes me afligía
enormemente), fue la riada de 1996 que arrasó el camping de “Las Nieves” en
Biescas, Huesca, dejando 87 fallecidos y 187 heridos a su paso. El camping se
encontraba enclavado sobre el cono de deyección de la desembocadura del río
Gállego y la crecida súbita y extraordinaria del barranco de Arás se lo llevó
todo por delante.
Parece
que no somos capaces de comprender que en una riada de estas características el
agua pude subir en muy breve espacio de tiempo dos metros, incluso más. Y eso
no hay quien lo pare, el agua busca su cauce, lo halla y arrasa llevándose por
delante todo lo que encuentra a su paso. Y yo me pregunto: “¿Un camping
enclavado en el cono de deyección de la desembocadura de un río? ¿En serio?
¿Quién permitió algo así y pudo seguir respirando? ¿Pero estamos locos o qué?
Ah claro, perdona, que es que como aquí no llueve nunca y el paraje es
incomparable... ¿Por qué no aprovecharlo?” Sí, disculpadme pero estoy siendo un
poquito irónica, así me contengo y no pierdo los papeles, dándome permiso para
liberar un poco de la tensión que todo esto me causa.
Existe
un mapa de riesgo de inundaciones y la Comunidad Valenciana está incluida
en él, de hecho es la mayor región de riesgo en toda Europa. Y así, hemos ido
conquistando el territorio, ocupando espacios inundables por nuestra
conveniencia, desoyendo al sentido común, atendiendo a planes urbanísticos mal
gestionados pues llevamos 5 décadas construyendo de manera inconsciente y olvidando
algo sumamente importante, que el agua sí
tiene memoria y siempre encontrará su curso natural aunque ese cauce,
rambla o barranco lleve más de 100 años seco.
Así,
el crecimiento urbanístico ha ido ocupando antiguos campos de cultivo y huertas
como es el caso de los municipios de Paiporta y Picanya, aumentando el riesgo
al construir en estas zonas inundables. Se recalifica el terreno según
conveniencia, incluso se expropia[v],
se construyen urbanizaciones, centros comerciales y polígonos industriales en
zonas de riesgo convirtiéndolas en áreas superpobladas ratificando así una
pésima planificación territorial. No se respeta nada y como nadie
te sabe explicar por qué se ha hecho todo tan mal, pues cabe pensar que será
porque aquí todo funciona a golpe de talonario. ¡Pero si hasta los Neandertales
ubicaban sus emplazamientos en las zonas más protegidas y menos peligrosas para
perseverar su supervivencia!
La
Ley del Suelo vigente en la actualidad en España data del 2015, vamos que está
recién nacida y no ha dado tiempo a ponerle todavía el pañal, y es extremadamente
complicado actuar sobre lo que ya está construido porque evidentemente es difícil derribar edificios, urbanizaciones, centros comerciales, polígonos
industriales o áreas recreativas o de servicios. Como hemos actuado de manera
inconsciente ocupando zonas inundables y superpoblándolas olvidándonos de ser
previsores, ahora no queda más remedio que intentar mitigar los daños. Y ya
vamos tarde.
Aldaya |
En
el caso de Aldaya (otro de los municipios dramáticamente afectados), se
produjeron dos picos de boom inmobiliario que provocaron que la ocupación del
suelo de esta zona y alrededores del aeropuerto de Manises, sea prácticamente
total. Esos dos picos se dieron en los años setenta y entre 1990 y el 2010.
¿Qué conlleva todo esto? Pues que esta zona masificada y superpoblada, que
además es zona inundable, aumente el riesgo de anegación con las consecuentes
pérdidas de infraestructuras y vidas humanas como ha sucedido recientemente. Si
esta riada hubiera tenido lugar antes de construir de forma desmesurada y sin
control, las consecuencias habrían sido mucho menos graves y lamentables. Y si se hubiera
actuado hace años sobre la Rambla del Poyo, la mayor responsable de la
catástrofe actual, algo más de contención habría habido. Pero es que ¡hay hasta
construcciones en cauce de la rambla y zonas donde se aparcan los coches!, y
deducís bien si pensáis que el agua arrastró coches y viviendas utilizándolos
como munición para obturar los puentes que encontró a su paso, que fueron
cayendo uno tras otro en efecto dominó.
Sin
embargo las asignaturas de Conocimiento del Medio y Geografía se limitan cada
vez más en la educación secundaria, al igual que se elimina la Filosofía. Así
tendremos una población que no tendrá ninguna formación del medio geográfico donde
habita, ni del territorio y que además no tendrá pensamiento propio, ni será
crítica, pudiendo ser así fácilmente manipulable por la clase política y la
élite. Más de lo que ya somos. Sí, vuelvo al sarcasmo.
Una parte de mí no puede entender por qué se
aprobaron los planes urbanísticos en su momento, si de todos es conocido que toda
la zona de la Huerta Sur de Valencia es zona inundable y por ende proclive a
inundarse al caer 4 gotas, cuanto ni más al caer 600 litros por metro cuadrado
en unas horas y es que una gota fría puede transformar el paisaje en cuestión
de minutos provocando un considerable impacto ambiental, mucho mayor que el que
tendría lugar con la construcción de las obras que habría que implementar para
evitar un nuevo desastre de estas características.
¿Y cómo se soluciona algo así? Pues
con un plan serio, obviamente a largo plazo porque construir presas nuevas
conlleva décadas según los ingenieros y expertos y, que no caduque ni se
interrumpa con el cambio de legislaturas. Para más inri, es que los planes ya
están hechos desde hace décadas, pero no se han llevado a cabo por cuestiones
políticas. Visto lo visto, parecería que sí que es cierta esa teoría que se oye
por ahí, que asegura que hay superpoblación en el mundo y hay que mermarla a
como dé lugar. Vuelvo al sarcasmo.
¿Os acordáis que he ido haciendo referencia al
descomunal “gasto económico” al que nos hemos visto y veremos sometidos por
todas las pérdidas materiales acontecidas, no solo en esta DANA, sino lo que ya
han supuesto las precedentes y las que están por llegar?
Pues
lo decía precisamente porque llevar a cabo ese Plan que implemente las medidas
más oportunas para evitar daños graves en sucesivas DANAs supone un importante
gasto económico amén de un gran impacto ambiental.
¿Acaso
no lo ha supuesto y lo va a suponer cubrir las pérdidas materiales generadas
por las últimas DANAs y el descomunal impacto ambiental que ha supuesto el no
haber actuado todavía, o es que al tratarse de un desastre natural no se
considera impacto ambiental?
¿Cómo se debería actuar ahora? Pues
Isaac Moreno Gallo[vi]
que es Ingeniero Técnico de Obras Públicas y graduado en Geografía e Historia, nos
dice que construyendo presas y diques de laminación para frenar la carrera
frenética del agua, protegiendo los cauces, haciendo encauzamientos donde sea
necesario, ensanchando esos cauces y haciendo encauzamientos especiales de ser requerido.
Moreno
Gallo refiere que a principios del siglo XXI estaba previsto hacer una serie de
actuaciones. Había 5 proyectos con varias derivadas sobre la mesa que acabaron
siendo 9. Al final la Secretaria de Estado para el Cambio Climático, Teresa
Ribera se decantó por el Proyecto de Mínimos mucho más ineficaz porque según
ella era el de menor coste/beneficio y el que menor impacto ambiental iba a
causar. En diciembre de 2011 se aprobó la Resolución de la Declaración de
Impacto ambiental. Declaración que acabó caducando pasados 4 años sin llevarse
a cabo por el cambio de gobierno. Por tanto, igual estábamos que estamos.
No,
perdón igual no, que las DANAs del 2019 y la del 2024 han producido daños
considerables y ahora, además de tener que tomar medidas, volver a empezar de
nuevo y aprobar un costoso plan para actuar, como las pérdidas económicas
ocasionadas por no haber hecho nada van a ser tremendas, hay que asumir el
costo de lo de antes y lo de ahora.
Barranco del Poyo |
¿Cuál es la solución? Los
expertos nos dicen que:
1º.
Construir la presa de Cheste, cuyo proyecto lleva hecho y en espera desde 2004.
De esa manera habría una retención de aguas a origen.
2º.
Proyecto de adecuación ambiental y drenaje en la cuenca de la Rambla del Poyo,
mejorando y ampliando el cauce, toda vez que llevar a cabo su prolongación para
hacerlo desaguar en el nuevo cauce del Turia buscando así salida al agua
sobrante.
La
rambla del Poyo (incluidos los barrancos dels Cavalls y Torrent, que discurren
por polígonos) llegó a tener un caudal punta de 2.300 metros cúbicos por
segundo, casi seis veces el caudal del
río Ebro a su paso por Zaragoza a esa misma hora.
Se
estima que el proyecto que salvaría todo el sur de Valencia, costaría unos 200
millones de euros.
Hace
casi 70 años, tras la riada de 1957, se decidió cambiar el cauce del río Turia
y esa decisión es la que ha evitado que en esta ocasión se inundara toda la
ciudad de Valencia. Pese a los problemas ocasionados en algunos transportes
públicos como por ejemplo en el metro, cuya red quedó inoperativa tras la DANA
y esperan que se restablezca próximamente.
En
otro orden de cosas, os dije que os esclarecería este punto y ha llegado el
momento de hacerlo, ¿qué pasa con las
ramblas, barrancos y riachuelos? Hay que aclarar que muchos de ellos en la
zona del Mediterráneo no llevan agua, incluso pueden llevar décadas secos. Sin
embargo, en cuanto se produce una gota fría, el agua los va a desbordar, anegando
por ende, todo lo que encuentre a su paso y tirando abajo toda construcción
humana que entorpezca la circulación de la misma por esa vía fluvial. Os
recuerdo y reitero que el agua sí tiene memoria,
no importa que hayan pasado 50 o 100 años desde la última vez que circuló por
ese cauce, lo volverá a encontrar y con facilidad pasmosa. Bien, pues resulta
que los cauces no se limpian alegando motivos ecológicos porque hay fauna que
vive entre la vegetación que se genera en ellos y su limpieza conlleva un
impacto ambiental importante. Como bien dice Moreno Gallo, no se puede comparar
un río de Galicia donde esa limpieza podría perjudicar el ecosistema porque
hablamos de helechos, etc. y además no es necesaria, que el desbroce de una rambla de la Comunidad Valenciana cuyos cauces pueden ser inmensos, con crecimiento de cañas, troncos tirados, basura,
escombros y todo tipo de enseres, porque sí, porque los humanos somos así de
responsables y tiramos basura por donde pasamos. Si bien es cierto que la
limpieza de estas ramblas puede afectar a la población animal que las habita y
al ecosistema, peor ha sido el impacto ambiental que ha producido no haber
procedido a esas limpiezas. De hecho, los agricultores, sabiendo lo que podía
suceder, han intentado en numerosas ocasiones hacer limpiezas y han sido
multados por ello.
Ahora
bien, ¿qué ha pasado en Valencia?
Si
nos damos un paseo por la hemeroteca descubrimos que el 23 de octubre la AEMET (Agencia
Estatal de Meteorología) emite el primer aviso alertando sobre la formación de
una posible depresión aislada en altura. Hay réplicas del aviso los días
sucesivos, la última se produce el mismo martes 29 de octubre a las 7:36 de la
mañana. Estamos en alerta máxima nivel rojo, “El peligro es extremo, no viajes
salvo que sea estrictamente necesario”, se dice desde la AEMET. El presidente
del Gobierno de España el martes 29 a las 8:00 de la mañana recibe un aviso de
Seguridad Nacional alertándole de lo que iba a ocurrir ese día y los sucesivos
de la semana en Valencia. Esa misma noche, el presiente del Gobierno convocó a
4 ministros en un comité de urgencias para tratar este asunto, pero en ningún
momento se avisa a la UME, seguridad nacional, policía nacional o guardia
civil.
El
presidente de la Comunidad Valenciana Carlos Mazón, en una comparecencia el
martes 29 de octubre a las 13:00 horas aseguraba que según la previsión, el
temporal iba a desplazarse “hacia la Serranía de Cuenca” y por ello “se espera
que en torno a las 18:00 horas disminuya su intensidad en todo el resto de la
Comunidad Valenciana”. Este tuit fue borrado horas más tarde. Mazón desaparece durante
horas, se dice que estuvo comiendo en el reservado de un restaurante con la
periodista Maribel Vilaplana hasta bien entrada la tarde, sin atender el
teléfono, ofreciéndole la dirección de la televisión valenciana, mientras Utiel
y Requena ya estaban inundadas y los desaparecidos empezaban a multiplicarse. En
un principio Mazón alegó que había estado comiendo con Salvador Navarro, el
jefe de la patronal valenciana, que desmintió la noticia aduciendo que se
reunió con el presidente a las 13:30, pero que no hubo ninguna comida de por
medio. Más tarde el propio Mazón tuvo que reconocer que había estado comiendo
“con una amiga”.
Sabían
que venía un temporal importante porque la AEMET, lo llevaba advirtiendo desde
hacía unos días. Y desde el Gobierno Central Valenciano, no se dio la alarma
para alertar a los ciudadanos hasta las 20:12 de la tarde (una vez que terminó
la reunión de dos horas que se necesitó para informar al señor Mazón sobre lo
que estaba acaeciendo en el sur de Valencia), cuando la riada ya colapsaba
carreteras, barría municipios enteros y arrastraba muertos por docenas, pues la
gente había cogido sus coches para ir al trabajo, hacer las compras en centros
comerciales, es decir, había continuado con su vida sin tomar ningún tipo de
precaución.
Y
a la catástrofe y el caos ocasionado por la DANA se añadió la falta de gestión
y el caos político.
Antes
que nada cabe mencionar que Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana
lo primero que hizo cuando asumió el cargo tras ganar las elecciones el 24 de julio
de 2023 fue suprimir la UVE (Unidad Valenciana de Emergencias). Jactándose de
que ese era el primer paso de la reestructuración del sector público anunciada
por el Gobierno valenciano.
Por
tanto, ante la eminente emergencia, en Valencia no existía Unidad de Emergencia
a la cual llamar para que hiciera la primera toma de contacto y evaluara daños
para proceder y convocar a los efectivos necesarios para ayudar a subsanar la catástrofe acaecida por las inundaciones.
Las
competencias de emergencia en España corresponden a las comunidades autónomas, luego,
el mayor responsable a la hora de tomar decisiones es el presidente del
Gobierno Autonómico (Carlos Mazón, PP). Si éste se viera superado por la situación,
ha de solicitar ayuda al Estado, al presidente del Gobierno (Pedro Sánchez,
PSOE). Pero si esa ayuda no se solicita en tiempo y forma, el presidente del
Gobierno puede asumir el control de la situación y desplegar los dispositivos
necesarios para mandar la ayuda que se considere oportuna, a la UME (Unidad
Militar de Emergencias) para evaluar la zona y al ejército, que son los que
profesionalmente están más capacitados en estas situaciones de emergencia, para
empezar a trabajar.
El
estado de alarma está regulado por la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de
los estados de alarma, excepción y sitio. En el capítulo II, artículo 4 reza
así:
“El
Gobierno, en uso de las facultades que le otorga el artículo ciento dieciséis,
dos, de la Constitución podrá declarar el estado de alarma, en todo o parte del
territorio nacional, cuando se produzca alguna de las siguientes alteraciones
graves de la normalidad.
a) Catástrofes, calamidades o desgracias públicas, tales como terremotos, inundaciones, incendios urbanos y forestales o accidentes de gran magnitud”.
El Gobierno Central de España, podría haber declarado el estado de alarma, pero no hizo nada, porque declarar el estado de alarma hubiera supuesto asumir el control de la situación y gestionar la postcatástrofe.
Durante
4 días no se hizo absolutamente nada más que rechazar las ayudas procedentes tanto
de los cuerpos del estado de otras comunidades autónomas, como la de otros
países, entre ellos Francia. Los profesionales de los Cuerpos de seguridad del
Estado estaban paralizados porque no había “orden” que les permitiera hacer su
trabajo. Hubo conatos de abandonar los uniformes y empezar a trabajar como
ciudadanos voluntarios “fuera de servicio”, pero no les dejaron.
La
peor coordinación jamás vista en la historia de la humanidad en un país
desarrollado (amén de la de la COVID). Han tenido a voluntarios tanto profesionales,
como gente de a pie dando vueltas y llevándolos en autobuses a zonas donde no
se necesitaba ayuda o no era tan urgente como en otros municipios, mientras los
ciudadanos del territorio afectado convivían con los fallecidos o no podían
acceder a ellos para brindarles la sepultura y el descanso que merecían.
El
presidente del Gobierno, Pedro Sánchez manifestó: “Si necesitan ayuda, que la
pidan”, “Si necesitan más recursos, que los pidan”, mientras decenas de
cadáveres poblaban las calles y los ciudadanos y voluntarios achicaban agua en los
pueblos y municipios afectados de L’Horta Sud de Valencia. Mi hija, que
estuvo allí, me contaba compungida y con el corazón roto que se oían los gritos de aquellos voluntarios que abrían las puertas
de los coches amontonados intentando encontrar supervivientes, en tanto que
eran cuerpos sin vida lo que hallaban.
Mientras
algunas personas comenzaron a organizar grupos de voluntarios y a recoger
artículos de primera necesidad y comida para enviar a Valencia desde todos los
puntos del país, tanto el Gobierno de la Comunidad como el del Estado central se
dedicaron a reírse de los ciudadanos y sobre todo de los valencianos, sin
prestar ayuda requerida ante un evento de tales características e impidiendo que la ayuda externa de la UME y el ejército actuase
porque nadie asumía sus responsabilidades. Al parecer, ni la UME, ni el
ejército pueden actuar ni brindar su ayuda hasta que no reciben la “orden”
pertinente y lamentablemente ésta, no llegaba. Obviamente, no gobierna el mismo
partido político en la Comunidad Valenciana, que en el Gobierno central. Pero
aunque lo hiciera, no sé si habría habido mucha diferencia en la gestión (o
falta de gestión) de la situación. Parecería que nada se movió durante esos 4
días a propósito, para conseguir que la situación fuera todavía espantosamente más
dramática y espeluznante. Por muchas imágenes duras que veamos, nada tiene que
ver con la realidad in situ.
Pero
como dice el slogan, “El pueblo salva al pueblo” y hordas de voluntarios
aparecieron por todas partes para prestar su ayuda, unos con la limpieza, otros
preparando comida, otros repartiéndola y haciéndola llegar donde hacía falta.
Cientos de jóvenes han estado caminado kilómetros y kilómetros todos los días
para desplazarse a los pueblos y prestar su ayuda y apoyo desinteresado. Serán
sí, la generación de “Cristal”, pero han demostrado que la humanidad y
solidaridad que los caracteriza sigue siendo la misma que siempre ha demostrado
el pueblo español unido frente a las adversidades.
Sin luz, sin agua, sin medios, miles de familias han sido afectadas por esta DANA y lo han perdido todo, incluso la vida. El agua alcanzó hasta 2 metros en los bajos y cuando el agua se fue todo quedó lleno de lodo y barro que había que seguir limpiando.
Se
han perdido negocios familiares de toda una vida, vehículos y hogares. Los esfuerzos
de multitud de familias que ahora deben reinventarse y empezar de nuevo, por no
hablar de sueños rotos, recuerdos arruinados y vidas.
Hubo
personas que lucharon por mantener sus vidas agarrándose a árboles, farolas o
techos de vehículos. Otros rompían cristales para poner a salvo la vida de unos
niños en una academia de idiomas, otros intentaban llegar a los más
desfavorecidos, los ancianos de las residencias, para intentar rescatarlos. Otros
aprovecharon el momento para devastar supermercados y negocios, incluso robar
en las viviendas ya de por sí devastadas. Cada uno, según su nivel de
conciencia, ha actuado a su manera.
Y
después de irse el agua, nos queda el lodo, coches atorados bloqueando el paso
en las calles unos encima de otros, enseres, recuerdos, todo lo que el agua
arrastró queda depositado en las calles. Los sueños muertos, la vida rota,
familias enteras desaparecidas y otras destrozadas por la pérdida de algunos de
sus miembros. Quedan horas y horas de trabajo achicando agua, empujando lodo,
después de un mes sigue habiendo agua en los sótanos dañando la estructura de
los edificios, convertidos en focos de infección.
Queda mucho trabajo por hacer, el
pueblo se siente huérfano porque no hay políticos en los que pueda confiar y
que les brinde ayuda real. Se habla de que los préstamos tiene fecha de
caducidad y se deben devolver y no quiero seguir hablando del tema porque creo
que ya he dicho suficiente, tanto por lo que he contado, como por le he
callado.
Y, como ya os imagináis, no ha habido
responsabilidades políticas, no ha habido dimisiones de los
realmente responsables y no creo que las haya.
Una última apreciación, que creo merece ser
mencionada porque yo sí tengo memoria y me despido. Tres años después del la
tragedia que supuso la erupción del volcán de La Palma, muchas familias siguen
viviendo en barracones. No digo más.
Antes
de irme, pido perdón por el cariz sarcástico e irónico empleado en algunos
momentos, pero es que necesitaba una cierta vía de escape que me ayudara a mantener un poco cordura y paz mental y que mi vibración
permaneciera lo más alta posible y no perder el equilibrio. No puedo permitir
que la política, ni los políticos me conviertan en una persona que no soy.
Me siento muy
triste porque en esta ocasión las imágenes elegidas no son bonitas aunque
representan un de las realidades más crueles a las que nos podemos enfrentar.
Millones de
gracias por acompañarme hasta aquí.
©Paqui
Sánchez
[i] El proyecto MEDIFLOOD (con
colegas de universidades de Barcelona, Lleida, Murcia, Alicante y el Servicio
Meteorológico de Cataluña) ha podido documentar de manera precisa inundaciones…
Este trabajo de catalogación y clasificación ha registrado 14.500 casos de
inundación por lluvias y desbordamientos de cauces desde el 3 de noviembre de
1035 hasta el 31 de julio de 2019. Fuente: Mil años de DANA: ha habido y habrá
peores 'gotas frías' | Newtral
[ii] www.elespanol.com/alicante/vega-baja/20241105/damnificados-dana-vega-baja-anos-despues-chs-no-hecho-rio-barrancos/898660657_0.htm
[v] Sin ir más lejos acabo de leer la noticia de
que el Gobierno de Moreno Bonilla expropia 100.000 olivos en Jaén para
construir megaplantas solares. Será que en el sur de España no hay suficientes
horas de sol y hemos de cargarnos la agricultura que mantiene a la provincia de
Jaén para poner placas solares, me pregunto con qué finalidad. Debe ser que
seguir talando árboles no supone un impacto ambiental. Así estamos pagando en
España 10€ de media por el litro de aceite de oliva, cuando somos productores,
mientras en Dublín se paga a menos de 4€ el extra virgen importando de España…
Y no me lo han contado, lo vi el verano pasado con mis propios ojos. ¿Qué está
pasando en el mundo?
[vi]
Os
recomiendo encarecidamente ver el vídeo en su canal de You Tube, Geografía de
una inundación: La DANA de Valencia. Me ha servido mucho de referencia para la
redacción de este artículo.
©Paqui Sánchez