CLAVOS
QUE DEJAN HUELLA
Esta
es la historia de un muchachito que tenía muy mal carácter.
Su
padre le dio una bolsa de clavos y le dijo que cada vez que perdiera la
paciencia, debería clavar un clavo detrás de la puerta.
El
primer día, el muchacho clavo 37 clavos detrás de la puerta. Las semanas que
siguieron, a medida que el aprendía a controlar su genio, clavaba cada vez
menos clavos detrás de la puerta.
Un día
descubrió que era más fácil controlar su genio que clavar clavos detrás de la
puerta. Llego el día en que pudo controlar su carácter durante todo el día.
Después
de informar a su padre, éste le sugirió que retirara un clavo cada día que
lograra controlar su carácter.
Los
días pasaron y el joven pudo anunciar a su padre que no quedaban más clavos que
quitar de la puerta...
Su
padre lo tomo de la mano y lo llevo hasta la puerta. Le dijo:
- Has
trabajado duro, hijo mío, pero mira todos esos hoyos en la puerta…
Nunca
más será la misma. Cada vez que tú pierdes la paciencia, dejas cicatrices
exactamente como las que aquí ves.
Tú
puedes insultar a alguien y retirar lo dicho, pero del modo como se lo digas lo
devastará, y la cicatriz perdurará para siempre. Una ofensa verbal es tan
dañina como una ofensa física.
Desconozco el autor
© Fran S
No hay comentarios:
Publicar un comentario
✿•*¨`*•.Déjanos una chispita de tu sabiduría.•*¨`*•✿
༺♥༻ ༺♥༻ Gracias ༺♥༻ ༺♥༻