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viernes, 24 de diciembre de 2010

¡FELIZ NAVIDAD!





Os ofrezco la parte de la Navidad que se aleja de los días de locura, compras desenfrenadas y consumismo exacerbado. Os propongo una pequeña meditación, una reflexión en la tranquilidad y el calor de vuestro hogar, que os ayude a calmar la agitación interna para que consigáis el sosiego, la calma y la paz y halléis la sabiduría del Silencio en vuestro corazón. En esta Navidad, os quiero obsequiar un presente tan necesario e ignorado a la vez,  pero tan preciado y necesario para todos, os quiero entregar el Perdón.


Es momento de reflexión, de quitarnos la coraza y decidir retirarla para siempre, decidir no volver a vestirnos de nuevo con ella, pues cuando la llevas puesta, podrás intentar evitar sentir el dolor externo, pero tampoco estarás dejando fluir tus emociones y estarás viviendo a medias. 

Es momento de perdonarnos, de perdonar nuestros errores del pasado, nuestras equivocaciones y de reconciliarnos con él. Para poder vivir y disfrutar plenamente del regalo del PRESENTE, del Aquí y el Ahora que es el único momento real que tenemos para vivir, tenemos que perdonar el pasado, no olvidarlo, sino perdonarlo, no es lo mismo. Además, cuando hayas conseguido perdonarte y perdonar a quién te hirió, ya no lo vivirás ni recordarás con dolor. 

Cuando te hayas perdonado a ti mismo, serás capaz de reconciliarte con el resto del mundo. Sentirás un calor abrasador en tu corazón, una inmensa alegría y no podrás dejar de sonreír o de llorar, no te aflijas porque, en este caso, las lágrimas te ayudarán a ver con mayor nitidez todo aquello que no eras capaz de dilucidar porque no le dejabas entrar, porque no te permitías ver con claridad.


Te invadirá una cándida sensación de liberación, de libertad,  como si tu corazón tuviera alas y pudiera volar, esa es la consecuencia del perdón, cuando perdonas liberas y a quien primero liberas es a ti mismo.


Y si alguien no quiere perdonarte, ya no es tu problema, respétalo porque cada cual es libre de hacer lo que considere más adecuado con su vida, pero tú libera la culpa y reconcíliate en tu corazón. A veces dejamos de vibrar en la misma frecuencia energética de personas queridas para nosotros. No pasa nada, vive tu vida y quizá llegue el momento en el que esa persona querida vuelva a estar en tu misma vibración y si no es así, no te aflijas, otras personas llegarán. Recuerda que no podemos intervenir en los procesos evolutivos de los demás y respeta que cada uno tiene el libre albedrío de elegir lo que considera mejor para su vida independientemente de lo que pienses tú.

Abre la ventana de tu corazón y deja que salga la rabia, la envidia, la impotencia, la desilusión, el miedo, la vergüenza, la culpa, el odio, la crítica, los celos, el dolor, la tristeza... todos tus bloqueos, tus "no puedo" o "no me lo merezco" y cuando todos se hayan marchado y tu corazón se haya ventilado bien, abre una gran vano, como un arco de medio punto lleno de flores de variopintos colores y dulces y almizcleños aromas a su alrededor, no pongas puerta para que nunca más puedas cerrarla y deja que pase el cariño, la empatía, la comprensión, el afecto, la ternura, el valor, la esperanza, el coraje, la asertividad, la confianza y el amor incondicional hacia ti mismo y hacia los demás.


Que la llama del amor y la luz prenda en vuestros corazones para iluminar mejor el camino de vuestra vida y os resulte mucho más sencillo alcanzar vuestro destino.





Os Deseamos a todos una  

Entrañable y  Feliz Navidad

y un Venturoso Año Nuevo

lleno de 

Paz, Amor y Esperanza


¡Confiad en la Vida!


Un cálido abrazo de 

amor y esperanza 

para todo el Mundo. 

Juntos somos UNO






©Paqui Sánchez ~ Namasté

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