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viernes, 5 de junio de 2020

ECLIPSES PENUMBRALES Y SOLARES DE 2020. LA LUNA DE FRESA O LUNA DE MIEL.

Eclipses Penumbrales y Solares de 2020

La Luna de Fresa o Luna de Miel

Los eclipses siempre son momentos de cambios profundos que afectan tanto al campo magnético de la Tierra como al de sus habitantes.

Esta nueva etapa de eclipses llega justo en un momento de agitación en el planeta Tierra. Sin embargo, es momento de abandonar esa idea ancestral con connotaciones peyorativas que todavía nos ronda cuando hablamos de eclipses. Es momento de dejar de sentir miedo de la oscuridad y de agradecer a estos eclipses lunares que nos “obligan” a ponernos en contacto con nuestras emociones y a ahondar en nuestras sombras o partes más oscuras de nuestra personalidad. Solo quien aprende a conocerse a sí mismo, a acompañarse sin juicio y a abrazar sus sombras será capaz de iluminarlas y de evolucionar en todos los aspectos de su vida.

Después de la mayor llamarada solar registrada desde el 2017 y que tuvo lugar el pasado 29 de mayo según informó la NASA, hoy se producirá uno de los fenómenos astronómicos que más llama la atención a los humanos, un eclipse penumbral sobre esta luna llena del 5 de junio (el segundo de este año, ya que el 10 de enero tuvo lugar el primero de ellos). Esta es la última luna de la primavera y se la conoce como la Luna de Fresa en América y Luna de Miel de la Hidromiel o Luna Caliente en la antigua Europa.

A este eclipse lunar le seguirá uno solar anular el 21 de junio. Este tipo de eclipse se da cuando la luna está en su apogeo (momento en el que su órbita está más alejada de la Tierra), al estar más lejos de la tierra de lo habitual no puede cubrir toda la cara del Sol y eso produce un añillo brillante de luz que marca la silueta de la luna, esos haces de luz se convierten en anillos de fuego.

          El 5 de julio tendremos un nuevo eclipse penumbral.

Quedarán dos más para completar la fase de eclipses de este 2020 que está siendo, cuanto menos, intenso. El 30 de noviembre se producirá de nuevo un eclipse lunar penumbral y terminaremos el ciclo de eclipses el 14 de diciembre con un eclipse total de sol, este último fenómeno es el más esperado de todos los eventos astronómicos del año, será visible sobre todo desde Sudamérica (principalmente en zona de la Patagonia Argentina y Chile) y su duración será de 59 minutos y 10 segundos.

Para resumir y que quede mejor visualizado:

10 de enero de 2020: Eclipse Lunar Penumbral

5 de junio de 2020: Eclipse Lunar Penumbral

21 de junio de 2020: Eclipse Solar Anular

5 de julio de 2020: Eclipse Lunar Penumbral

30 de noviembre de 2020: Eclipse Lunar Penumbral

14 de diciembre: Eclipse Total de Sol

Como decíamos, los eclipses siguen siendo uno de los fenómenos astronómicos más estudiados por los astrólogos de todos los tiempos y una de las manifestaciones celestes que más han impresionado a la humanidad de manera perniciosa y aún sigue haciéndolo en algunos círculos, aunque afortunadamente ya empiezan a considerarse  como “momentos de crecimiento” más que como un “castigo divino”.

Si analizamos etimológicamente la palabra "eclipse" viene del latín "eclipsis", que a su vez proviene del griego "écleipsis", y significa “desaparición”. Y esto es precisamente lo que ocurre durante un eclipse, se produce una desaparición transitoria total o parcial de un astro por interposición de otro cuerpo celeste ante los ojos de quienes lo observan.

El eclipse de hoy tendrá lugar a las 21:12 (hora española) y la luna se verá completa desde la madrugada del 4 al 7 de junio.

Los eclipses no son más que la oportunidad de ponernos en contacto con nosotros mismos. Esa falta de “luz”, nos brinda la posibilidad de poder “ver” con mayor claridad nuestras sobras para aprender a sentirnos cómodos con ellas y a la vez, aprender a iluminarlas, a llenarlas con nuestra luz completando así nuestro propio aprendizaje. Debemos recordar que todo empieza en nosotros, pues el trabajo es siempre esencialmente con nosotros mismos. Estas “sombras” a las que podemos enfrentarnos más fácilmente durante los eclipses, podrían causarnos una crisis personal, ya sea física o emocional si no estamos preparados. Y estar preparados es simplemente tener conocimiento de que es estos momentos estamos mucho más sensibles y en lugar de exigirnos, debemos mimarnos mucho más y ser pacientes con nosotros mismos, no nos está pasando nada malo, simplemente se nos está obsequiando una oportunidad para conocernos mejor, acompañarnos, comprendernos y amarnos.

Es un buen momento para cuidar nuestra alimentación, beber más agua, hacer ejercicio físico que nos ayude a drenar los excesos de energía, meditar, respirar conscientemente de modo que nos resulte más sencillo reencontrar ese equilibrio que podríamos perder con facilidad. Escuchar música, dirigir nuestra energía a hacer algo creativo, a mimarnos dándonos por ejemplo un baño renovador con sales, aceites esenciales y flores. Recordemos que en estos momentos nos volvemos más viscerales, por tanto es importante relajarse, no perder la calma, no tomar decisiones precipitadas y contar hasta 10.000 antes de dar una mala respuesta de la que después, sin ninguna duda, nos lamentaremos. Así mismo, no es momento de tomar decisiones trascendentales, más bien de estar calmados y atentos a cómo nos sentimos y a nuestras propias reacciones, pues ellas van a ser la clave que nos indique dónde debemos seguir trabajando con nosotros mismos. Allí donde más nos duele, es donde debemos de poner más amor porque es justo donde debemos sanar.

¿Cómo sanar?

Te voy a ayudar un poco, ¿qué es lo que viene a tu mente en este momento o qué es lo que sientes que creías que ya habías superado? ¿Una ruptura de amistad, de pareja, laboral, algún aspecto de tu personalidad con el que no te sientes bien…? Pues si después de un tiempo creías que esto ya estaba superado y vuelve a ti, es que no lo está. Esa situación necesita que la abraces, que la llenes de amor, de comprensión y de cariño para ayudarla a sanar. Y mágicamente, al sanar esa situación, sanará algo también dentro de ti y cuando lo haga, será maravilloso. Tal vez lo más importante para sanar es trabajar con la aceptación y el perdón. Perdonarnos principalmente a nosotros mismos por hacernos sentir mal por aquello que pasó y que nos resistimos a superar y, aceptar que la vida sigue y que aquello o aquellos que vamos dejando por el camino (o que nos dejan a nosotros) es porque ya no tienen nada más que aportarnos y ha llegado el momento de seguir caminando hacia una nueva dimensión. Nada se pierde, todo evoluciona. Cuando una situación o una persona ha cumplido su misión contigo o bien la tuya hacia ellos, solo nos queda agradecer por lo vivido y dejar marchar. Dejar marchar es uno de los actos de amor mayores que existen, al menos para mí. Probablemente sí, me dolerá que te vayas, me dolerá dejarte ir, me costará aceptarlo, pero comprendo que cuando esto ocurre es porque lo que teníamos que compartir ya está cumplido y que ahora hemos de evolucionar por caminos separados. Yo te seguiré mandando mi afecto y agradeciendo cada uno de nuestros encuentros y momentos compartidos y cuando acepte que así debe ser, entonces dejará de doler. ¿Cuándo me daré cuenta de que algo está superado? Cuando lo recuerde con cariño, desde el amor y se dibuje una sonrisa en mi rosto al evocar a esa persona o situación. Me daré cuenta de que ya no duele y si tampoco hay ni una pizca de resentimiento, pues ya está.

Volviendo al eclipse y a la importancia de cuidarnos, no solo durante los eclipses, pero sí especialmente durante ellos: ¿Recordáis aquella cita que estudiábamos en latín “Mens sana in corpore sano” que pertenece a una de las sátiras del poeta romano S.I Juvenal? Aunque el sentido original de aquella frase estaba más relacionado con la necesidad de tener un espíritu equilibrado en un cuerpo equilibrado y la cita no está completa, la podemos adaptar perfectamente al sentido que le daríamos hoy en día. Si somos capaces de controlar nuestra mente y mantenerla sana, nuestro cuerpo también estará sano.

Los eclipses pueden ser también utilizados sabiamente para cerrar o concluir ciclos y así poder dar comienzo a nuevas etapas en nuestra vida. Aprovechemos los eclipses para hacer limpiezas, para depurarnos, renovarnos, cambiar malos hábitos y patrones que no nos son favorables. Sobre todo dejemos de ser tan autocríticos y exigentes con nosotros mismos, amémonos más y centrémonos en las cosas buenas y positivas de la vida. Seamos más agradecidos y generosos empezando por nosotros mismos. Y por qué no, sí, también es momento de hacer limpiezas de hogar, reorganizar cajones y armarios, porque cuando ponemos orden dentro de nuestra casa, también lo hacemos en nosotros mismos.

Y si te apetece hacer magia durante un eclipse, hazla. Haz aquello que sientas porque al fin y al cabo vivimos de prejuicios heredados, muchas veces fundamentados en miedos que ni tan siquiera hemos sentido en esta vida y hay que romper con esos patrones, sobre todo con los patrones del miedo.

¿Por qué Luna de Fresa o Luna de Miel?

Como ya dijimos, no es que vayamos a ver esta noche la luna rosa ni pintada de rojo, el nombre de Luna de Fresa a esta última luna de la primavera viene dado porque así la bautizó la tribu Algonquin de nativos americanos, ya que este plenilunio era el momento que marcaba el comienzo de la recogida de la cosecha de las fresas en el noreste de Estados Unidos. Los nombres que otorgaban a cada uno de los plenilunios están recogidos en el “Almanaque del Granjero de Maine”.

Sin embargo en nuestra vieja y ancestral Europa también tenemos un nombre especial para esta última luna de primavera, aquí se la conoce como Luna de Miel, Luna del Hidromiel o Luna caliente.

La hidromiel o agua miel es una bebida alcohólica que se obtiene de la fermentación del una mezcla de agua y miel, a la que a veces se le agrega frutas y especias. Se dice que fue la primera bebida alcohólica ingerida por humanos y que es la precursora de la cerveza, siendo su uso fuertemente difundido por los pueblos de la antigüedad.

En el hemisferio sur por el contrario están en la última luna del otoño y esta sería la Luna Fría.

¿Qué ocurrirá durante el eclipse?

Pues para contarlo brevemente diremos que produce una alineación entre la Luna, el Sol y la Tierra. La Tierra se interpondrá entre la Luna y el Sol, bloqueando parcialmente la luz solar que se refleja en la luna. Al interponerse un cuerpo opaco (la Tierra) entre ambos cuerpos celestes, la luna quedará parcialmente en sombra.

©Paqui Sánchez

©Paqui Sánchez

2 comentarios:

  1. Interesante este artículo sobre los eclipses.
    Este año está siendo muy significativo, veremos a ver cómo queda.
    Besos

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    1. Muchas gracias Maite. Sí, sin duda un año sin precedente, aprendiendo día a día la mejor manera de encajar estos cambios en nuestras vidas.

      Un abrazo muy grande Maite.

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