Rituales
para la Noche de San Juan
Son
innumerables los rituales propios de la Noche de San Juan, que se conmemora la
víspera del 24 de Junio
Los
antiguos celtas llamaban Alban Heruin a este festival y su principal
significado era el de celebrar el instante en el que el Sol se hallaba en su
máximo esplendor, cuando duraba más tiempo en el cielo y mostraba su máximo
poder a los hombres, y al mismo tiempo, el día en que empezaba a decrecer en el
Solsticio de Invierno.
Para
conmemorar y al mismo tiempo para atraer su bendición sobre hombres, animales y
campos, se encendían grandes hogueras. Este festival se lo asocia a rituales
destinados a obtener pareja o a conservarla.
Son
innumerables los rituales propios de la Noche de San Juan, que se conmemora la
víspera del 24 de Junio, pero todos giran en torno a la glorificación del
fuego. De hecho, este es el festival del fuego por excelencia.
Realmente
la noche del solsticio es la del 21 de Junio aunque la Iglesia la ha adaptado a
la festividad de San Juan.
De igual
forma, la presencia del agua es uno de los grandes símbolos de las
celebraciones de San Juan que parece no tenerse en tanta consideración y que
sin embargo, es una parte esencial de numerosos ritos de esta festividad.
El
apelativo de "Verbena" a esta fiesta se lo dio la costumbre
practicada en algunos lugares por las jóvenes casaderas de ir a recoger verbena
a las doce de la noche en la víspera de San Juan, creyendo que con ello
conseguirían el amor del hombre deseado por su corazón.
Otra de
las creencias era que la pareja que saltaba unida la hoguera conseguía
felicidad y buena fortuna.
Otra de
las tantas costumbres es aquella en que las jóvenes arrojan guirnaldas
trenzadas por ellas a sus amados a través de las llamas y ellos deben
recogerlas antes de que caigan al fuego. Las guirnaldas se guardan como
talismanes de buena fortuna y, ocasionalmente, se quemaba alguna cinta en el
hogar para procurar protección de sus habitantes y animales.
Algunos
grupos para finalizar las ceremonias se introducen entre las olas, comulgando
por un corto tiempo con el mar y recibiendo de él toda su fuerza.
Antecedentes
paganos a esta festividad es la celebración celta del Beltaine (significa
“fuego de Bel” o “bello fuego”), que se realizaba el primero de mayo y era un
festival anual en honor al dios Belenos. Durante el Beltaine se encendían
hogueras que eran coronadas por los más arriesgados con largas pértigas.
* Los druidas hacían pasar el ganado entre
las llamas para purificarlo y defenderlo contra las enfermedades y rogaban a
los dioses que el año fuera fructífero y solían sacrificar algún animal, para
que sus plegarias fueran mejor atendidas.
* Las fiestas griegas dedicadas al dios
Apolo, se celebraban en el solsticio de verano encendiendo grandes hogueras de
carácter purificador.
* Los romanos, por su parte, dedicaron a la
diosa de la guerra Minerva unas fiestas con fuegos y tenían la costumbre de
saltar tres veces sobre las llamas y por entonces, se atribuían propiedades medicinales
a la hierbas recogidas en aquellos días.
El Ritual
de la Noche de San Juan utiliza la magia de las velas para conseguir nuestros
propósitos. Está formado por un altar, seis velas con los colores del Arco
Iris, una vela color marrón, una vela negra de menor tamaño, un recipiente con
agua de manantial y unas hojas de laurel.
El altar:
Es el soporte sobre el cual vamos a realizar nuestro ritual. En él encontramos
un círculo que representa los hechos consumados, es decir los deseos ya
cumplidos, los propósitos conseguidos. Dentro del círculo se circunscribe un
heptágono, polígono de siete lados, porque el siete es el número mágico por
antonomasia y simboliza los grados de perfección.
Las velas
de colores: Las seis velas de colores representan a la luz blanca del Sol,
símbolo de pureza, que al descomponerse da como resultado los seis colores del
Arco Iris (rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul y violeta). A estos seis
colores le sumamos el marrón de la séptima vela, color que simboliza la Tierra,
madre fecunda y regeneradora, necesaria para que todo pueda nacer. Siete velas
en total que en su conjunto representan nuestros deseos de luz, de pureza y de
regeneración. Eso es lo que queremos conseguir, el lado bueno que nos espera
representado en estas siete velas donde, una vez más, encontramos el número
mágico por excelencia que nos ayudará a que el ritual sea un éxito.
La vela
negra: Simboliza la oscuridad que procede del negro, los males que nos acosan.
Es de menor tamaño y por eso se encuentra en inferioridad con respecto a la luz
blanca representada en el resto de las velas. La oscuridad del negro será
vencida por la claridad del blanco.
El agua
de manantial: Según antiguas leyendas, el agua de los manantiales que
utilizamos la Noche de San Juan cura los males, ahuyenta el mal de ojo, atrae
juventud y belleza y contienen, además, virtudes fecundantes.
Las
plantas: Tradicionalmente las plantas que se utilizan esa noche tienen
propiedades curativas o pueden utilizarse como amuletos protectores. El laurel,
además es un símbolo de victoria y ahuyenta los malos espíritus.
La
oración: Si queremos verbalizar nuestras intenciones en esta noche podemos
recurrir a estas oraciones que recogen el sentido del ritual y los fines que
esperamos conseguir.
Oración
al encender la vela negra:
"Esta
vela representa la oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será
vencida por la fuerza de la luz del Sol".
Oración
al encender las demás velas y por cada una de ellas:
"La
luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las tinieblas de la larga noche y todo mal
pasado, presente y futuro será vencido".
Esparcimos
alrededor del altar algunas gotas de agua siguiendo el sentido de las agujas
del reloj de manera que cerremos un círculo completo. Luego encendemos las
velas, primero la negra pronunciando la oración: "Esta vela representa la
oscuridad que se inicia esta noche de San Juan y será vencida por la fuerza de
la luz del Sol". A continuación encendemos las demás velas por orden de
numeración y pronunciamos la segunda oración por cada una de las velas en el
momento de encenderlas: "La luz del Sol, del Arco Iris, vencerá las
tinieblas de la larga noche y todo mal pasado, presente y futuro será
vencido".
Nos concentramos fijando la atención en
nuestro propósito y si lo deseamos escribiremos en dos hojas de papel, en una
lo negativo que quemaremos con la vela negra (o en la hoguera) y en otro lo que
deseamos que suceda que guardaremos hasta la próxima noche de San Juan,
recordando las oraciones, pensando que todo lo malo quedará eliminado, vencido,
excluido de nuestra vida. Sentimos cómo la luz que sale de las seis velas del
Arco Iris se funden en el blanco purificador del Sol empujadas por la fuerza
que fluye de la luz de la Tierra, luz fértil y regeneradora.
Unidas
las siete fuerzas comienzan a devorar la luz que procede del negro, de las
tinieblas arrasando los males pasados, presentes y futuros. El lado oscuro que
queremos destituir va sucumbiendo. Lentamente se impone la claridad. La luz
domina sobre las tinieblas. El círculo se cierra, los hechos se han consumado.
Visualizamos los deseos cumplidos encerrados en el círculo donde nadie nos los
puede arrebatar, percibimos la alegría que nos produce caminar hacia lo
saludable.
Luego,
siguiendo las costumbres ancestrales, saltamos por encima del fuego como acto
que culmina el definitivo cumplimiento de nuestros propósitos. Finalmente, si
no disponemos de tiempo para que las velas se consuman por sí solas, las
apagamos empezando por la negra y terminando por las de colores en el mismo
orden en que las encendimos. El laurel que hemos utilizado en el ritual podemos
colocarlo en cualquier lugar de nuestra casa porque de él seguiremos obteniendo
la protección que necesitamos.
Con la
culminación del Ritual de la Noche de San Juan hemos conseguido una vez más que
la luz triunfe sobre las tinieblas, que el lado oscuro quede sepultado
definitivamente bajo la espléndida luz blanca que acompaña todo lo bueno que a
nuestro alrededor existe. Y ahora, alborozados, empapados de nuestros buenos
deseos dejemos que nuestro ser sea capaz de rezumar y regalar la concordia y
luz que hemos conseguido, al menos hasta la próxima Noche de San Juan.
Otros Rituales de la Noche de San
Juan
Fuego y agua se conjuran en una
noche mágica donde la diversión y superstición se dan la mano.
Todos los
años, el 23 de junio a las 12 de la noche, los más supersticiosos y los más
fiesteros realizan varios rituales para aprovechar las energías mágicas de la
noche de San Juan. Pero, ¿de dónde viene esta magia? Todo se relaciona con San
Juan el Bautista y el solsticio del 21 de junio.
El 24, se celebra el
nacimiento de San Juan, quien preparó a la humanidad para la llegada de Jesús.
Su nacimiento ocurrió en una fecha
muy cercana a un solsticio (de invierno para el hemisferio
sur, y de verano para el hemisferio norte), lo que quiere decir que lo que está
en juego son poderosas energías solares actuando en la Tierra.
Pasar por encima de las hogueras que se
encienden esta noche o meterse en el mar y saltar olas, son sólo algunas de
esas leyendas que permiten, según se dice, que se cumplan algunos de los deseos
que pedimos durante esta noche tan llena de magia.
El fuego dará protección todo el
año a aquellos que se atrevan a saltar por encima de las llamas. En Galicia el ritual marca que
es necesario saltar nueve veces mientras que en Alicante y Valencia siete es el número mágico.
Si cuando se está saltando al fuego se arroja una trenza hecha con flores o cintas
de colores a la persona amada y esta la recoge antes de que caiga, habrá
felicidad entre ambos y buena fortuna.
El agua es otro elemento
importante. Darse un baño en el mar durante la noche de
San Juan, asegura salud para todo
el año. Si se saltan nueve olas dando la espalda al mar, se
consigue también la eliminación de energías negativas y aumentar la fertilidad
femenina.
En Andalucía la gente se lava la
cara a medianoche con la intención de mantenerse sanos o
guapos (según las versiones) todo el año. Un detalle: esa noche nadie puede mirarse al espejo después
de bañarse si se quiere que el hechizo sea efectivo.
Las plantas juegan un papel
importante en esta noche de rituales. En Galicia se recogen
plantas aromáticas de varias clases que se dejan en agua para lavarse en la
mañana siguiente; se le atribuyen propiedades terapéuticas y limpiadoras.
También se hacen dibujos o manchas de tinta para adivinar el futuro, ya que esa
noche todo es posible.
Otros rituales para tus
propósitos
La
tradición nos proporciona varios
rituales mágicos relacionados con la noche de San Juan. Estos son algunos de ellos:
Para conseguir un deseo pon
bajo tu almohada una rama de hiedra común y un papel blanco con un mensaje
positivo escrito. Antes de irte a dormir enciende una vela blanca, deja que se
consuma. Introduce junto al papel y la hiedra la cera que haya quedado y
acuéstate. Al día siguiente quema el papel y entierra todos los elementos bajo
tierra para que haga fructificar tus esperanzas.
Si lo que deseas es encontrar el
amor antes de las doce de la noche de San Juan enciende dos
velas rojas en tu dormitorio. Escribe en un papel tu nombre y el de la persona
a la que deseas atraer. En el
caso de que no conozcas a nadie concreto pon las iniciales A.
G. (alma gemela). Luego pon a cocer hasta llegar a ebullición: tres partes de
milenrama, tres partes de lavanda, tres partes de verbena, 12 pétalos de rosa
roja y una parte de jengibre. Una vez hecho esto, cuela la infusión y déjala
enfriar. Después rocía con ella tu dormitorio. Dobla el papel con el resto de
la cera y guárdalo bajo la almohada. Es posible que tengas algún sueño
profético sobre tu futuro sentimental.
Para tener sueños proféticos recoge 9
flores de cualquier clase y colócalas bajo tu almohada. Acuéstate y pide que el
sueño te revele algún aspecto que desees conocer sobre tu futuro.
Pide un deseo: pon
muérdago bajo tu almohada y se convertirá en realidad.
El agua
de manantial recogida la mañana siguiente a la noche de San Juan tiene
propiedades curativas y ahuyenta el mal de ojo. Asimismo, lavarse la cara y el pelo con esta agua o
la de rocío de la noche de San Juan asegura salud y belleza para el resto del
año.
Hacer una cruz en los árboles a
medianoche hace que las promesas hechas junto a ellos se mantengan toda la
vida.
Para conseguir que un deseo se cumpla la víspera de San Juan se planta una
hortensia en una maceta. Si florece, las aspiraciones se harán realidad.
La fertilidad de la tierra
se consigue enterrando en ella un pedazo de vela que haya ardido durante la
noche de San Juan.
© Ahava
Iesu