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domingo, 25 de diciembre de 2011

EL SACO DE CARBÓN





El saco de carbón
Un día, Jaimito entró a su casa dando patadas en el suelo y gritando muy molesto.

Su padre, lo llamó. Jaimito, lo siguió, diciendo en forma irritada:

- Papá, ¡Te juro que tengo mucha rabia! Pedrito no debió hacer lo que hizo conmigo. Por eso, le deseo todo el mal del mundo, ¡Tengo ganas de matarlo!

Su padre, un hombre simple, pero lleno de sabiduría, escuchaba con calma al hijo quien continuaba diciendo:

- Imagínate que el estúpido de Pedrito me humilló frente a mis amigos. ¡No acepto eso! Me gustaría que él se enfermara para que no pudiera ir más a la escuela.

El padre siguió escuchando y se dirigió hacia una esquina del garaje de la casa, de donde tomó un saco lleno de carbón el cual llevó hasta el final del jardín y le propuso:

- ¿Ves aquella camisa blanca que está en el tendedero? Hazte la idea de que es Pedrito y cada pedazo de carbón que hay en esta bolsa es un mal pensamiento que va dirigido a él.

Tírale todo el carbón que hay en el saco, hasta el último pedazo. Después yo regreso para ver como quedó.

El niño lo tomó como un juego y comenzó a lanzar los carbones pero como el tendedero estaba lejos, pocos de ellos acertaron la camisa.

Cuando, el padre regresó y le preguntó:

- Hijo ¿Qué tal te sientes?

- Cansado pero alegre. Acerté algunos pedazos de carbón a la camisa.

El padre tomó al niño de la mano y le dijo: 

- Ven conmigo quiero mostrarte algo.

Lo colocó frente a un espejo que le permite ver todo su cuerpo.... ¡Qué susto! Estaba todo negro y sólo se le veían los dientes y los ojos. En ese momento el padre dijo:

- Hijo, como pudiste observar la camisa quedó un poco sucia pero no es comparable a lo sucio que quedaste tú. El mal que deseamos a otros se nos devuelve y multiplica en nosotros.

Por más que queremos o podamos perturbar la vida de alguien con nuestros pensamientos, los residuos y la suciedad siempre queda en nosotros mismos.

Desconozco el autor

 
© Ahava Iesu

2 comentarios:

  1. Ostras cielo, qué pedazo de lección.
    Todo lo que deseamos, ya sea bueno o malo se nos vuelve multiplicado. Creemos que sólo el hablar o el criticar hace daño, pero los pensamientos que se tengas también los hacen, pues sólo con pensarlo ya se pone en circulación, y lo que no se sabe, es justo que todo eso tiene unas consecuencias y que los más perjudicados somos siempre nosotros mismos.
    Un fortísimo abrazo y me lo guardo para publicarlo más adelante preciosa.

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  2. Así es, nuestro pensamiento es el primer motor que ponen en marcha al Universo. Por eso es tan importante que nuestros pensamientos sean positivos, si además después logramos acompañarlo con la palabra correcta, impoluta y sin macula muchísimo mejor, porque estaremos contribuyendo a no contaminar con nuestro pensamiento a la Madre Tierra y ella no tendrá que transmutar tanta basura como le mandamos diariamente, ¡qué digo diariamente...! Segundo a segundo...

    Un abrazo, puedes publicarlo cuando gustes. Besitos

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