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jueves, 3 de febrero de 2011

PARAMAHANSA YOGANANDA ~ EL CAMBIO ESTÁ EN TI,




MANIFIESTA LO MEJOR DE TI

“Somos aquello que pensamos ser. La tendencia habitual de nuestros pensamientos determina nuestros talentos y habilidades, así como también nuestra personalidad. Por ejemplo, algunos piensan que son escritores o artistas, hacendosos u holgazanes, y así sucesivamente. ¿Qué ocurriría si quisieras ser distinto a lo que piensas que actualmente eres? Puede que argumentes que otros nacieron con un talento especial que tú no tienes, pero desearías tener, lo cual es cierto. Sin embargo, ellos tuvieron que formar el hábito de esa habilidad alguna vez, ya sea en su vida presente o en una vida anterior. Así pues, no importa lo que desees ser, comienza desde ahora a cultivar el hábito de serlo. Puedes implantar de inmediato en tu conciencia cualquier tendencia, siempre y cuando imprimas en tu mente un potente pensamiento. Entonces tus acciones y todo tu ser obedecerán a ese pensamiento.

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Nunca se debe perder la esperanza de mejorar. Una persona es vieja sólo cuando rehusa esforzarse por cambiar. Ese estancamiento es la única “vejez” que yo reconozco. Cuando alguien me dice una y otra vez: “No puedo cambiar, ésa es mi manera de ser”, no me resta más que decirle: “Muy bien, continúe de esa manera, ya que ha decidió ser así”.

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Cualquiera que sea su condición actual, el ser humano pude mejorar mediante el autocontrol, la disciplina, la adopción de una dieta adecuada y la observancia de las leyes de la salud. ¿Por qué piensas que no puedes cambiar? La pereza mental es la causa de todas las flaquezas.

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Todos tienen idiosincrasias autolimitativas, pero éstas no fueron colocadas en tu naturaleza por Dios sino creadas por ti mismo. Son esas idiosincrasias las que debes cambiar, teniendo presente que estos hábitos, peculiares de tu naturaleza, no son más que manifestaciones de tus propios pensamientos.

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En esencia, todas las cosas están hechas de conciencia pura, y su apariencia finita no es sino el resultado de la relatividad de la conciencia. Por lo tanto, si deseas cambiar algún aspecto tuyo, debes cambiar el proceso mental que causa la materialización de la conciencia en diferentes formas de materia y acciones. Éste es el modo, el único modo, de remodelar tu vida.

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Afortunadamente podemos empezar a practicar en –cualquier momento y lugar- aquellas buenas cualidades de que carecemos, si nos concentramos en cultivarlas. Si nos falta fuerza de voluntad, por ejemplo, concentrémonos en esta cualidad y, mediante la realización de un esfuerzo consciente, seremos capaces de crear en nosotros una poderosa fuerza de voluntad. Si deseamos liberarnos del miedo, debemos meditar en el valor, y a su debido tiempo quedaremos libres de las cadenas del miedo.

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Simplemente, aquello que debes hacer es desechar los pensamientos que deseas eliminar, reemplazándolos por pensamientos constructivos. Ésta es la llave que abrirá las puertas del cielo, la tienes en tus manos.”

Fragmento de “Donde Brilla la Luz” del Swami Paramahansa Yogananda.

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Con la lectura de este fragmento escrito por el Swami Paramahansa Yogananda, habrás comprendido que tu misión no es cambiar el mundo, ni pretender que otro cambie, ya sea tu pareja, tu hijo, hermano, madre o padre, ni tu vecino, ni tu mejor amigo o amiga... No puedes conseguir que nadie cambie excepto tú mimo. Sin embargo pasa una cosa muy curiosa y es que cuando tú decides cambiar algunas de tus conductas, pensamientos, hábitos, costumbres... te das cuenta de que todo cambia a tu alrededor porque todo se ve sometido a la influencia de la energía vibracional que tú estás moviendo a través de ese cambio que decides experimentar.

El primer paso para cambiar es darte cuenta de que no estás cómodo o cómoda con la vida que tienes. El tomar conciencia de ese hecho, reactiva el deseo de producir un cambio, simplemente con ese pensamiento todo empieza a activarse en el sabio universo para que en tu vida aparezcan las personas, situaciones y circunstancias adecuadas para que ese cambio que deseas pueda producirse.
 
Somos como máquinas programadas para actuar de un modo determinado según aquello que han ido codificando en nosotros desde antes incluso de nacer, digamos desde el momento de concebirnos, aunque podríamos ir mucho más allá. Esas programaciones, hechas con toda la buena voluntad del mundo, son las que hacen que actuemos de un modo concreto y no siempre acertado.

Pero es el momento de decir basta, es el momento de decidir que ya no nos sirven los “viejos patrones familiares”, que estuvieron muy bien en su momento, pero ahora decidimos llevar una nueva vida, en la que no necesitamos de la aprobación o la guía externa. Durante un tiempo decidieron por nosotros porque no éramos lo suficientemente maduros como para tomar nuestras propias decisiones, pero ahora, sabiamente, decidimos que los que eligieron por nosotros lo hicieron lo mejor que pudieron pero ahora somos lo suficientemente autónomos como para tomar nuestras propias decisiones y desde el perdón, la aceptación y la comprensión permitimos que la antigua forma de pensar, sentir y actuar se marche y comenzamos a generar nuevos patrones de pensamiento, de aceptación, de alegría, de valor… Cada día, nos dedicamos un tiempo a nosotros mismos para escribir unas cuantas frases con nuestras nuevas metas, para respirar unos minutos conscientemente sin pensar en nada más. Nos dedicamos unos segundos para bailar una melodía, para escuchar una canción que nos guste, para leer unas cuantas páginas de un libro… para observarnos sin juzgarnos aprendiendo de nuestro día y dándonos cuenta de dónde podemos mejorar en nuestras relaciones con los demás y con nosotros mismos.

Nos dedicamos unos segundos a felicitarnos por las mejoras que hemos introducido hoy en nuestra vida, por un éxito conseguido (como haber tenido paciencia con alguien que estuvo todo el tiempo quejándose, un éxito laboral, el haber prestado un hombro a un amigo que necesitaba echar unas lágrimas, unas palabras de aliento a quien lo necesitaba, por haber ayudado a alguien a hacer una tarea simple que ya no puede hacer bien sólo o sola, por haber dado un abrazo al niño o niña en lugar del castigo que pensábamos merecía…) en fin, hay tantas cosas al día por las cuales deberíamos de felicitarnos en lugar de pasárnoslo criticándonos por lo que no hemos conseguido hacer o por lo que consideramos que nos falta.
La vida son segundos pero hay algo maravilloso y es que  tú eres dueño de tu tiempo y tú eres la única persona que decide cómo emplearlo. Saca un poco de tiempo al día para estar con los tuyos, para cultivar amistades, para escuchar de verdad, para el silencio, para la diversión, para el trabajo, para tus hijos, para tu esposo o esposa… para ti. Si tu quieres, tendrás  tiempo de sobra para poder hacerlo todo, pero si decides que no, siempre andarás escaso y nunca llegarás a nada… ni a nadie. Como decía Henry Ford “Tanto si piensas que sí, como si piensas que no, estás en lo cierto”.

Para cambiar, analiza primero la situación y averigua con qué no estás cómodo en tu vida y qué necesitarías para vivir mejor y sentirte feliz. Entonces comienza a trabajar sobre ello, aquí te doy unas cuantas ideas:
Comienza con pequeñas cosas, haz afirmaciones, vigila el modo en el que te expresas pues la palabra tiene un gran poder creador, pero mal empleada puede ser muy destructiva. Ten palabras de afecto y amor para ti y también para los demás, para tu entorno, tus hijos, esposa o esposo...

Plantéate una serie de metas al día, que no sean imposibles de alcanzar, por ejemplo hoy voy a no criticar y cuando alguien critique cerca de mí, me voy a marchar o voy a permanecer en silencio enviando pensamientos positivos para que esa persona que está hablando mal de otros deje de hacerlo. O bien puedes decidir que hoy no te vas a quejar de nada y cuando te descubras quejándote, vas a sonreír y a dejar pasar el pensamiento concentrándote de nuevo en la alegría y el bienestar. También puedes centrarte en tus pensamientos y en que van a ser todos positivos y si hay algo que no es tan bueno como quisiéramos vamos a verle la parte buena, la que nos enseña algo aunque simplemente sea a saber cómo no queremos comportarnos, o ser… Hoy vamos a controlar nuestro mal humor, nuestro genio y cuando aparezca vamos a profundizar para analizar por qué lo sentimos o qué situación hace que nos enfademos y porqué. Y sin juzgar, ni culpar a nadie (ni a ti mismo) vamos a empezar a solucionar cosas. Y si nos damos cuenta de que no hemos conseguido controlarnos en todos los casos, vamos a centrarnos en los que sí nos han salido bien y en el esfuerzo que hemos hecho para cambiar. Y nos felicitaremos por ello y porque al menos hemos conseguido darnos cuenta de cuándo nos hemos vuelto a equivocar reincidiendo en la “vieja costumbre”.

Cambiar es un viaje sin límite, sin vehículo concreto, sin destino aparente, casi sin billete… un día viajarás en primera, otra en “economic class”, irás a pie en determinados tramos, irás sólo o en compañía. Habrá tristezas y alegrías, recompensas y retos constantemente, vivirás continuamente los complementarios, para que aprendas a valorar lo bueno que tienes y lo que aún te queda por aprender… Aprenderás que al final, todo es cuestión de ACTITUD, pues tú decides continua y constantemente cómo te tomas las cosas y siempre tendrás opciones, actuar como una víctima que se alimenta de la queja y la culpa (generalmente hacia los demás) o con la sabiduría de saber cuándo hay que aceptar algo o cuándo debemos seguir luchando. Esta sabiduría de la que te hablo está en todos los seres humanos y se apoya en la intuición, el valor, el equilibrio, la ecuanimidad…, sólo que la mayoría no lo sabe. Pero lo importante es que decidas emprender este viaje con todas sus consecuencias y no olvides que nunca viajas solo, aunque aparentemente no veas a nadie a tu lado.



©Paqui Sánchez ~ Namasté
 
 

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