HALLOWEEN Y SUS ORÍGENES
Lo que hoy conocemos como
la “Noche de Brujas” o “Halloween” se celebraba hace ya más de 3.000 años por
los Celtas, un pueblo guerrero que habitaba zonas de Irlanda,
Inglaterra, Escocia y Francia. Precisamente el 31 de octubre, los Celtas
celebraban el fin de año con el Samhain,
una fiesta pagana. Con la inmigración europea a los Estados Unidos,
principalmente la de los irlandeses católicos en 1846, llegó la tradición de
Halloween al continente americano.
Cuando se habla de Halloween
o Día de las Brujas se piensa en disfraces, maquillaje, fiesta, dulces y
niños; pero la tradición indica que su celebración no siempre fue festiva y
alegre, y que los ritos que se practicaban durante la noche tenían un carácter
purificador y religioso.
¿Quiénes eran los celtas?
Procedían originariamente
de Asia y formaron el tronco, como miembro del pueblo indogermánico, que se
estableció en el occidente de Europa. En el siglo XX a.C. ya habitaban el
centro y norte de Europa. Para el año 1.000 a.C. se extendieron por las Islas
Británicas, norte de Francia, parte de Suiza y norte de Italia. Invadieron
España en el siglo IX a.C. Su lengua era indoeuropea, de la cual se conservan
escasos registros literarios.
En el siglo IV a.C. fueron
desplazados del centro y norte de Europa, a consecuencia de la llegada de otros
pueblos, los grupos germánicos.
Los días especialmente
significativos para un pueblo dicen mucho de él. La fecha del 1° de SAMONIS,
que significa "reunión", y es el equivalente a nuestro 1° de
noviembre, los celtas iniciaban el año. La llegada del cristianismo lo
transformó en el día de Todos los Santos (y todos los Difuntos). SAMONIS se
hizo samuin o SAMAIN en irlandés antiguo, y samhain [sâuñ] en el
moderno.
Ese día, además, se
celebraba el encuentro amoroso, a orillas de un río, de Morirîganî con
Teutatis, el Dios de la Tribu, padre de los hombres y señor del mundo inferior.
Ella era la única diosa céltica, en su aspecto de señora del mundo inferior y
de la guerra, "la Reina de espectros". La versión de esa pareja para
los irlandeses eran Morirían y Dagda; en las Galias (Francia) se llamaban
Sucellos y Herecura; y en Hispania, Endovellicos y Ataicina. La cita amorosa
tenía una consecuencia importante, pues la diosa le proporcionaba a su amado
los secretos para salir victorioso en la próxima batalla mítica.
Para el folklore,
Hallowe’en, recuerda que es, en el hemisferio norte, el comienzo del año
oscuro. Los celtas, como otros pueblos antiguos, empezaban los ciclos
temporales por la mitad oscura: el día terminaba con la caída del sol y la
jornada siguiente tenía su inicio con la oscuridad de la noche, el año nuevo
comenzaba en esta fecha con el principio del invierno (boreal).
Un punto de vista
interesante para tener en cuenta es que este festival se asociaba con el aire.
Agua, fuego, tierra y aire no eran solo los elementos fundamentales de los
griegos presocráticos, sino que como categorías de aprehensión de la realidad
fueron de todos los indoeuropeos y también de muchas otras culturas.
Las otras festividades
celtas eran: Ambiwolkà ("circumpurificación"), hacia el primero de
febrero, correspondía al agua. Belotenià ("fuego brillante"), que
giraba en torno de los fuegos de primavera, el 1° de mayo, una fiesta aún
celebrada el siglo pasado por los campesinos de Europa como la fiesta de los
Mayos y hoy curiosamente reciclada en el día del Trabajo. Lugunàstadà
("matrimonio de Lugus") era la celebración del matrimonio sagrado del
dios-rey Lugus con la Tierra el 1° de agosto. SAMONIS tenía que ver con el
aire, es decir, con los espíritus.
El 31 de octubre es una
fecha asociada con los muertos, las almas en pena, las brujas y los hechizos.
Estas características se deben a su cercanía con el día de los difuntos, que
originó la iglesia católica y que se conmemora el 1 de noviembre. Como en
otros festivales de año nuevo, en esta fecha los muertos volvían a estar entre
los vivos. Los celtas hacían sacrificios humanos y de animales, en honor al
dios Samhaím, señor de la muerte.
Este día marcó la
finalización del verano y la cosecha, y el comienzo del oscuro y frío invierno,
momento del año que a menudo se asoció con la muerte humana. Los celtas creían
que la frontera entre los mundos de los vivos y de los muertos se volvía
incierta en la noche antes del Año Nuevo. La noche del 31 de octubre celebraban
Samhain, fecha en la cual se creía que los espíritus de los muertos regresaban
a la tierra. Para ahuyentar a estos malos espíritus, los celtas se vestían con
cabezas y pieles de animales mientras que los sacerdotes de druida realizaban
sacrificios con fuego para celebrar el día de un modo más cristiano.
Después de que los romanos
conquistaran la mayoría del territorio celta en el año 43 D.C., se incorporaron
dos festivales de origen romano además de la tradicional celebración de
Samhain. Durante cuatro siglos, Feralia fue un festival en el que se rendía
culto a los muertos y Pomona fue el festival de la cosecha cuyo nombre se debe
a la diosa de los frutos (manzanas) y árboles.
Durante la ceremonia del
31 de octubre los celtas se disfrazaban con las pieles de los animales
sacrificados para sacar del pueblo a los demonios que los visitaban y poder
regresar a la normalidad al día siguiente. Con las cenizas y restos de los
sacrificios hacían un rito para conocer el futuro de los siguientes meses.
Así mismo, se celebraba el
"sabbath" o fiesta de brujas. En ella, las brujas y brujos se reunían
para ofrecer sacrificios a Satanás, señor de la muerte, mediante ritos, actos
sexuales y muerte. En la Edad Media se quemaban gatos negros por creerlos
amigos de las brujas.
En Estados Unidos
comenzaron a celebrar esta fecha las pequeñas comunidades de irlandeses
católicos a mediados del siglo XIX, ya luego entrado el siglo XX (el de la comercialización)
se esparció la tradición al resto del planeta, entre ellos Puerto Rico.
¿Qué significa halloween?
Cuando
el emperador Constantino decretó que los habitantes de su imperio se
convirtieran al cristianismo, se introdujeron muchos ritos paganos. Fue así
como el festival de Samhain se infiltró.
Hacia el siglo VIII, la
Iglesia Cristiana convirtió el día 1 de noviembre en el día de Todos los Santos
para rendir homenaje a todos los santos que no tuvieran un día particular de
celebración. A lo largo de los años, estos festivales se combinaron, y la
mayoría llamó "All hallowmas" (la masa de todos los santos, de las
personas santas) al Día de Todos los Santos. La noche anterior se conoció como
"All Hallows Eve" (Víspera del Día de Todos los Santos). Con el
tiempo, su nombre se convirtió en Halloween.
Las brujas, reinas del
Aquelarre
En la Edad Media comienza
la persecución de todos los ritos paganos, (todo lo que no es cristiano)
y es perseguido por su presunta vinculación con el maligno. Sin embargo, es con
la Contrarreforma y con los distintos cismas protestantes cuando la persecución
de la brujería se incrementa notablemente. Fue con la bula papal Summis
desiderantis affectibus, del Papa Inocencio VIII el 5 de diciembre del año
de 1484, con la que se legitimó la persecución de brujas, tortura y ejecución,
generalmente ardiendo en la hoguera, empezando así la Inquisición a perseguir
la hechicería. La figura histórica más famosa que fue condenada a arder en la
hoguera bajo la acusación de bruja fue Juana de Arco.
Lejos de ser mujeres con
verrugas, algo sucias y que surcan el cielo montadas en una escoba, las brujas
también eran jóvenes bellas que utilizaban sus conocimientos para hacer el bien
a su comunidad.
Esa es la revisión del
mito de las brujas que diversos expertos llevaron hace algunos años en un
congreso en Sassello, ciudad ubicada al norte de Italia, y en el que
participaron psicólogos, y religiosos, para dar su punto de vista sobre
un fenómeno inquietante, con una buena carga de dosis de mitos y leyendas.
"Brujas, fascinación
y misterio. ¿Seductoras perversas o encantadoras seducidas?", ese era el
lema del congreso llevado a cabo en Triora en 1588. Las historias alrededor de
estas se parecen a las historias del "Cuco" o "Coco" que le
hacían los padres a sus hijos antes de acostarlos a dormir, todo era una
amalgama de absurdos productos de su imaginación.
Caza de brujas
En la localidad de la
Liguria, conocida por ser la "Salem italiana", hace más de cuatro
siglos fueron quemadas más de cuatrocientas mujeres, acusadas de brujería, lo
que ha otorgado a esta zona del norte del país una fama secular de actuaciones
fuera de lo normal, bien aprovechada desde el punto de vista turístico.
Los expertos en brujería
coincidieron en que las mujeres consideradas en la Edad Media como tales no
tenían necesariamente el sentido negativo con el que han pasado a la posteridad
y, que incluso, eran conocidas por hacer el bien a quienes les rodeaban.
Así, en años oscuros de
pestes, hambrunas y guerras, las "brujas buenas" curaban a los
enfermos con hierbas, ayudaban a las parturientas a dar a luz y hacían surgir
parejas gracias a sus "filtros de amor".
Conjuros de amor
Estos últimos no eran nada
espectacular ni especialmente misterioso, sino perfumes que, en tiempos en los
que la higiene no estaba muy extendida, permitían a las mujeres atraer la atención
de los hombres.
Eso sí, los filtros debían
ser preparados la noche del viernes con la Luna en cuarto creciente y constaban
con ingredientes como madera de abeto en polvo, ámbar, pétalos de rosa, sándalo
y violetas, todo ello sabiamente mezclado.
Como contraste, también
podían elaborar una pócima para los casos que reclamaban venganza, y entonces
debía prepararse un martes, con sangre de dragón, polvo de planta rutácea,
granos de pimienta molida, una pizca de azufre y otra de limadura de hierro,
todo ello mezclado y guardado en una cajita de metal.
Algunos de estos productos
empleaban hierbas peligrosas para la salud, según el farmacéutico Giorgio
Giordani, quien confirma que algunas pociones eran usadas contra la frigidez
femenina y la impotencia masculina, pero también como remedio contra la gripe.
Los participantes en el
congreso de Sassello han estado de acuerdo en que las consideradas brujas eran
en muchas ocasiones jóvenes de gran belleza, motivo por el cual eran envidiadas
y a veces perseguidas, según explicó el psicólogo Fabio Parigi.
Para confirmarlo se cuenta
la historia de Wasa, la bella hija del propietario de una venta para viajeros
enfrentado a los señores poderosos de la región, a quien ella ayuda haciendo
prisioneros a los dos hijos del gobernador, motivo por el cual fue quemada viva
sin proceso previo, acusada de bruja.
A pesar de su mala fama,
los temidos "aquelarres" no eran necesariamente una manifestación
demoníaca y maligna, sino la reunión de personas que actuaban de manera
desaforada gracias a la ingestión de alguna sustancia alucinógena. Todo tiene
una explicación.
La Calabaza / la lámpara
para ahuyentar los malos espíritus
La costumbre de ahuecar y
tallar una calabaza para convertirla en un farol llamado Jack-o-lantern
tiene su origen en el folklore irlandés del siglo XVIII. Según se cuenta, Jack
era un notorio bebedor, jugador y holgazán que pasaba sus días tirado bajo un
roble. La leyenda cuenta que en una ocasión, se le apareció Satanás con
intenciones de llevarlo al infierno. Jack lo desafió a trepar al roble y,
cuando el diablo estuvo en la copa del árbol, talló una cruz en el tronco para
impedirle descender. Entonces Jack hizo un trato con el diablo: le permitiría
bajar si nunca más volvía a tentarlo con el juego o la bebida.
La historia dice que
cuando Jack murió no se le permitió la entrada al cielo por sus pecados en
vida, pero tampoco pudo entrar en el infierno porque había engañado al diablo. A
fin de compensarlo, el diablo le entregó una brasa para iluminar su camino en
la helada oscuridad por la que debería vagar hasta el día del Juicio Final. La
brasa estaba colocada dentro de una cubeta ahuecada "llamada nabo"
para que ardiera como un farol durante mucho tiempo.
Los irlandeses solían
utilizar nabos para fabricar sus "faroles de Jack", pero cuando los
inmigrantes llegaron a Estados Unidos advirtieron que las calabazas eran más
abundantes que los nabos. Por ese motivo, surgió la costumbre de tallar
calabazas para la noche de Halloween y transformarlas en faroles introduciendo
una brasa o una vela en su interior. El farol no tenía como objetivo
convocar espíritus malignos sino mantenerlos alejados de las personas y sus
hogares.
Dulce Halloween
La costumbre de pedir
dulces de puerta en puerta (trick-or-treating) se popularizó alrededor de 1930. Según se cree, no se remonta a la cultura celta sino
que deriva de una práctica que surgió en Europa durante el siglo IX llamada souling,
una especie de servicio para las almas. El 2 de noviembre, Día de los Fieles
Difuntos, los cristianos primitivos iban de pueblo en pueblo mendigando
"pasteles de difuntos" (soul cakes), que eran trozos de pan
con pasas de uva. Cuantos más pasteles recibieran los mendigos, mayor sería el
número de oraciones que rezarían por el alma de los parientes muertos de sus
benefactores. En esa época se creía que los muertos permanecían en el limbo
durante un período posterior a su fallecimiento y que las oraciones, incluso
rezadas por extraños, podían acelerar el ingreso del alma al cielo.
La práctica se difundió en
Estados Unidos como un intento de las autoridades por controlar los desmanes
que se producían durante la noche de Halloween. Hacia fines del siglo XIX,
algunos sectores de la población consideraban la noche del 31 de octubre como
un momento de diversión a costa de los demás, probablemente inspirado por la
"noche traviesa" (Mischief Night) que formaba parte de la
cultura irlandesa y escocesa. La diversión consistía en derribar cercos,
enjabonar ventanas y taponar chimeneas, pero gradualmente dio lugar a actos de
crueldad contra personas y animales, llegando a su punto máximo en la década de
1920 con las masacres perpetradas por los enmascarados del Ku Klux Klan.
Diversos grupos de la
comunidad comenzaron a proponer alternativas de diversión familiar para
contrarrestar el vandalismo: concursos de calabazas talladas y disfraces o
fiestas para niños y adultos. De este modo, se proponían retomar el espíritu de
los primitivos cristianos, que iban casa por casa disfrazados o con máscaras
ofreciendo una sencilla representación o un número musical a cambio de alimento
y bebida.
Halloween:
Aunque muchos religiosos piensan que esta festividad se hace con el propósito
de venerar al diablo o a los demonios, lo cierto es que se ha convertido en una
fecha para la diversión infantil. Niños disfrazados de vaqueros, indios,
calabazas, piratas, princesas, hombre araña y también los ogros disfraces que
no nos caen nada bien. En fin habrá quien tome la celebración como una ofensa
al cristianismo y habrá otros que lo vean como una oportunidad de salir
sanamente a pedir dulces con sus hijos y compartir con ellos. No importa
como usted piense, la voluntad de Dios está por encima de las festividades y
ello no cambiara en nada los planes que ya el tiene con nosotros. No se
calienten la cabeza, ni deje que se la calienten, sea usted mismo y haga buenas
obras lo mismo el 31 de octubre o el 1 de noviembre, no importa el día, todos
los días son iguales para hacer el bien a nuestro prójimo. Los demonios
no están afuera, están adentro de la cabeza de quienes los atraen con sus
pensamientos.
Tradiciones y Símbolos de Halloween
* Pumpkin (la calabaza):
Aunque no se concibe una
fiesta de Halloween sin esta hortaliza, la calabaza no es un símbolo propio del
primitivo Samhain ni del Halloween que celebraban los pueblos célticos de
Europa. Los emigrantes irlandeses descubrieron la calabaza (pumpkin) al llegar
como colonos a América. Para conocer el origen de este fruto simbólico de la
noche de las brujas y su empleo como candil terrorífico, tienes que conocer la leyenda
de Jack o de Jack-o-lantern, ya citada arriba. Hoy día, en la
noche de Halloween los niños norteamericanos se disfrazan y van de casa en casa
con una vela introducida en una calabaza previamente vaciada. Cuando se abren
las puertas de las casas estos gritan “trick or treat” (truco o trato), para
dar a entender que gastarán una broma a quien no les dé una especie de
aguinaldo, golosina o dinero.
* Trick or Treat:
Los niños y aquellos que no
lo son tanto se disfrazan, a la vez que entre ellos compiten por ver cuál es el
disfraz más horroroso de todos, y van de casa en casa concediendo el famoso
ultimátum “trick or treat” (truco o trato). Conoce el origen y el significado
de esta famosa expresión, sin duda la favorita de los niños en la noche de
Halloween.
* Dulces (sweets):
Otra costumbre muy
arraigada en Halloween es la de pedir y comer dulces. Según parece la tradición
comenzó en Europa en el siglo IX cuando, cada 2 de noviembre (Día de todas las
Almas, Day of All Souls), los cristianos iban de pueblo en pueblo pidiendo
"tortas de alma" (soul cakes) que eran pedazos de pan dulce.
Cuantas más “soul cakes” recibían, más prometían rezar por la paz de los
familiares fallecidos de los que les daban tal limosna. Con el tiempo esta
costumbre se fue fusionando con la fiesta de Halloween hasta convertirse en
otro rasgo típico de la celebración.
© Ahava Iesu